Sergio Massa: “Los trapitos sucios se lavan en casa; si tengo un debate para dar, va a ser puertas adentro”
El presidente de la Cámara de Diputados se mostró “tranquilo” al decir que habrá “sentido común y racionalidad” para aprobar el acuerdo; evitó definiciones políticas y tampoco anticipó si podrían votarse por separado el financiamiento y el programa económico
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Mientras busca apoyo en el oficialismo y en la oposición para que se apruebe el acuerdo del Gobierno con el Fondo Monetario Internacional (FMI), el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, mostró un perfil moderado este mediodía y solo hizo una escueta mención a las divisiones que hay en el Frente de Todos respecto a cómo resolver la deuda. “Me crie en un barrio y los trapitos sucios se lavan en casa. Si tengo un debate para dar, va a ser puertas adentro”, aseguró el líder del Frente Renovador y así pospuso las discusiones, en medio del clima revuelto. Sin embargo, dijo estar “tranquilo” de que habrá “sentido común y racionalidad” para que la iniciativa obtenga el visto bueno.
Massa también evitó delinear la postura de la vicepresidenta Cristina Kirchner -que aún se mantiene en silencio sobre la convergencia que trazó con el FMI el ministro de Economía, Martín Guzmán- y tampoco quiso referirse a su hijo, el diputado nacional Máximo Kirchner, con quien ostentaba un fluido ida y vuelta cuando el jefe de La Cámpora era presidente del bloque oficialista. Incluso, evitó anticipar si está la posibilidad de votarse por separado el financiamiento -que acompañará Juntos por el Cambio- y el programa económico.
“Cuando estás en situaciones como esta, hay debates que los das cuando las terminás de saldar. En mi caso, por mi rol, mi responsabilidad. En este momento mi análisis o mi cabeza está puesta en que tengamos la mejor ley, que la Argentina tenga la herramienta para avanzar en el board del Fondo y que de alguna manera consigamos el mayor nivel de consenso” , planteó Massa en Radio 10 y fue ahí cuando habló de las tensiones en el Frente de Todos: “Me crie en un barrio y en mi barrio una de las máximas era que los trapitos sucios se lavaban en casa. Si tengo ese debate para dar, lo daré donde lo tenga que dar y no por los medios”.
El posicionamiento que adoptarán los Kirchner es todavía una incógnita que Massa evitó develar. Cuando le preguntaron por Cristina Kirchner, solo deslizó: “Tengo un trabajo semanal fluido en mi rol de presidente de la Cámara y ella, en su rol de presidenta del Senado. En este tema lo que venía era tratando de absorber o tener el mayor nivel de información posible, como cada uno de nosotros. Hoy está el tiempo de Diputados y, si conseguimos respaldo para avanzar en la aprobación, cuando llegue la tarea del Senado cada uno de los senadores fijará su opinión. No me gusta ponerme en vocero de otro, como no me gusta que hablen en nombre mío”.
La misma estrategia discursiva utilizó cuando lo consultaron por Máximo Kirchner, quien dejó la presidencia de la bancada con fuertes críticas a Guzmán, disconforme con el acuerdo, y que no estuvo cuando el presidente Alberto Fernández abrió las sesiones ordinarias. “Yo no hablo en nombre de terceros, no es mi área. No soy quien para señalar, no es mi rol. Me parece que si hay algo que tenemos que aprender todos es a tolerar las diferencias”, planteó Massa.
En esa línea, minimizó los matices en la coalición gobernante y recordó cuando los legisladores del Frente Renovador votaron en contra de la reelección de los intendentes, apoyada por otra parte del espacio. “No hay que dramatizar las diferencias, hay que saber metabolizarlas”, sostuvo el presidente de la Cámara de Diputados, que citó al Papa Francisco cuando habló de la necesidad de forjar “unidad en la diversidad”.
“El Frente de Todos tiene que aprender a construirse y a debatir en la idea de la unidad en la diversidad. Entender que hay temas en los que podemos opinar distinto”, refirió Massa, que sin embargo quiso dar una imagen de solidez en el tema de la deuda. “Trabajo con la colaboración de todos los sectores para que la Argentina no entre en default. Y cuando digo ‘todos los sectores’, digo todos los sectores”, manifestó.
Entonces, de cara a una votación que se espera para el final de esta semana, se mostró esperanzado. “Estoy tranquilo de que el sentido común y la racionalidad le van a dar a la Argentina una ley para resolver esta deuda”, dijo Massa. En tanto, esta mañana los legisladores del Frente Patria Grande -con referencia en el dirigente social Juan Grabois y parte del Frente de Todos- ya anticiparon su voto negativo.
“Mis errores me enseñaron a no querer comerme el postre antes de la entrada”
Pero otra negociación abierta que tiene Massa es intentar convencer a la oposición. Mientras los principales referentes de Juntos por el Cambio ya anticiparon que acompañarán el financiamiento, pero fustigaron el programa económico, no quiso decir si está la posibilidad de que ambas cuestiones se voten por separado.
“Me parece que anticiparse es estar preimponiendo condiciones a los propios o a los extraños. Yo tengo que encontrar ese punto de equilibrio para todos, tengo la responsabilidad del equilibrio y tal vez mis propios fracasos, frustraciones y errores me enseñaron a no querer anticiparme, a no querer comerme el postre antes de la entrada”, ironizó al respecto. Además, tampoco habló de Mauricio Macri, blanco común de las críticas del kirchnerismo cuando se aborda el tema de la deuda externa.
En tanto, Massa contó que está en diálogo permanente con todas las vertientes del Parlamento y al tanto de las observaciones de cada bloque. También, que estuvo en contacto con el staff técnico del FMI, para tratar de “encontrar un equilibrio entre lo que la Argentina necesita y lo que las distintas fuerzas proponen”.
“Estamos resolviendo un problema enorme que, irresuelto, para la Argentina se transformaría en un drama”, aseguró Massa, que indicó: “El desafío nuestro es cumplir con mostrar buena fe como deudores y con los compromisos que se establecen en ese contrato. Sabiendo que es un tema absolutamente desagradable desde el punto de vista político y personal. Siempre es una situación amarga, no es una situación elegida por el Gobierno, pero existe. La tenemos que afrontar con responsabilidad y buscando el mayor nivel de consenso para darle una solución a los argentinos”.
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