Sergio Massa despliega una estrategia en etapas para derrotar a Javier Milei y llegar a la Casa Rosada
Con una comunicación pensada y ejecutada al detalle, el postulante de Unión por la Patria fue sorteando obstáculos; confía en imponer su imagen “previsible” ante el “caos” libertario
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Primero fue la instalación del “Massa ministro”, concentrado en despejar los rumores de helicóptero inminente, presentarse como garante de la unidad del espacio y brindar certezas a una economía tambaleante con un gobierno en crisis casi terminal. El segundo paso, el de “Massa candidato”, se centró en golpear a sus rivales -especialmente al libertario Javier Milei- mientras desgranaba anuncios y promesas, en su doble rol de ministro y postulante, sobre todo en los debates.
Ahora, aseguran desde el comando de campaña de Unión por la Patria, llega el último tramo de la campaña. Allí se verá el “Sergio Massa Presidente”, un candidato que ganó la primera vuelta sin dejar de proponer y escindido de su mochila de ministro kirchnerista, pero que asumirá ya la impostura, presencia y declaraciones “de primer mandatario”, en las semanas que faltan para el decisivo balotaje del 19 de noviembre, intentando dejar a la inflación y el dólar en un lejanísimo segundo plano.
“Hasta ahora hicimos una campaña milimetrada. Ahora Sergio va a salir a hablar, porque era y es el único que da la talla para este momento del país”, resumen desde uno de los pisos del edificio de la calle Mitre, a metros de la Casa Rosada, que sirve de búnker de campaña de UP.
Mostrar un Massa cercano pero a la vez ya en ejercicio de su hipotético rol de inquilino de la Casa Rosada, con su propuesta de gobierno de “unidad nacional” será el objetivo a cumplir en estas semanas que restan hasta el balotaje. Semanas en las que además de Massa y los dirigentes y colaboradores que lo acompañan desde siempre tallarán el consultor catalán Antoni Gutiérrez Rubí, encargado de esa mirada estratégica, y los “cinco o seis” asesores brasileños, sigilosos y enviados por el presidente Luiz Inácio Lula da Silva, que en el último mes y medio de campaña se encargaron de “los contenidos en las redes sociales”, las cápsulas que mostraban al candidato en actos y recorridas. Son los mismos asesores a quienes el ex presidente Mauricio Macri, flamante respaldo de Milei en la segunda vuelta, acusó el viernes de “meter miedo” a los votantes en los mensajes mediáticos, y de ese modo fortalecer a su postulante en su lucha por llegar, como finalmente lo hizo, al balotaje contra Milei.
Pasos
En una mirada retrospectiva, cerca de Massa destacan esas tres etapas de la campaña como un todo que permitió al ministro de una economía en crisis llegar a disputar la Presidencia con chances reales de triunfo. “Lo primero fue dejar en claro que estábamos unidos, a diferencia de Juntos por el Cambio que se peleaban”. Allí, Gutiérrez-Rubí, el experto en comunicación Santiago García Vázquez y el vicejefe de gabinete Juan Manuel Olmos concluyeron que esa unidad y el perfil moderado y de centro que buscaban incluía “alejar” a los símbolos del kirchnerismo, como el presidente Alberto Fernández y sobre todo a la vicepresidenta Cristina Kirchner y su hijo, el diputado Máximo Kirchner. “Todo fue coordinado con ellos y con los equipos de la Rosada y el kirchnerismo”, se atajan desde el massismo.
La segunda etapa, la de las propuestas, se vio “con claridad” en los debates presidenciales, aseguran cerca del tigrense. “En los debates dio una imagen de seriedad, y pudo sembrar dudas sobre la factibilidad de las propuestas de Milei”, se ufanan en el búnker del microcentro porteño. La combinación de esa batalla por “desarmar” las ideas de Milei coincidieron con la batería de medidas en favor de distintos sectores, el “plan platita” que esta semana tendrá su efecto concreto con la exención del pago de Ganancias y la devolución del IVA a consumos básicos. “A Milei no le pegamos, le discutimos sus ideas”, recalcan voceros del armado electoral de UP.
En ese camino, los encargados de la estrategia política y comunicacional distinguen algunos hitos: los debates, en los que “se vio un Massa firme y seguro”; pasos mediáticos polémicos como el programa de Pedro Rosemblat, dónde el tigrense entonó jingles de campaña junto al conductor, se rió y mostró “picardía”; la defensa de la quita voluntaria de subsidios al transporte público de pasajeros, con el que Massa buscó “dejar en claro cuánto va a valer el boleto si ganan Bullrich o Milei”. Desde el búnker de UP reconocen el fuerte impacto que tuvo esta última iniciativa, desestiman las críticas opositoras y defienden afirmando “que sólo dijimos la verdad. Si generamos miedo, fue un miedo real”, retrucan.
¿Y el caso Martín Insaurralde y su yate en Marbella? “Le pidió la renuncia, lo sacó de la campaña. Fue una respuesta rápida de gestión en un momento de crisis”, explica un incondicional de Massa. “El que pagó el costo fue Insaurralde”, resumen, recordando que luego del escándalo un hombre del ex intendente de Lomas de Zamora, Federico Otermín, terminó siendo electo para ese cargo.
El sprint final
Para la etapa del “Massa Presidente”, afirman esos voceros, estarán los mismos nombres, incluidos Malena Galmarini-parte de la mesa política junto a Olmos y Eduardo “Wado” de Pedro-, su hermano Sebastián Galmarini, a cargo de las encuestas y sondeos de opinión diarios, y el intendente de San Fernando, Juan Andreotti, a cargo de las sensibles y estratégicas redes sociales.
La estrategia para estos días ya comenzó a plasmarse. “Trabajo, diálogo y responsabilidad” son los atributos buscados de Massa, contra la “incertidumbre y el caos” que puede generar Milei con sus propuestas. “Ni Bullrich ni Macri pueden cambiarlo. Pueden moderar su programa o sus ideas, pero no su personalidad”, destacan los estrategas de UP.
Habrá, como es de prever, mensajes de seducción para la UCR, los votantes de Juan Schiaretti y los moderados de Pro cuya cara visible es Horacio Rodríguez Larreta. Y críticas abiertas al pacto entre Milei y el ala dura de Pro, “tres políticos escondidos, en medio de la noche, queriendo decirle a sus votantes lo que tienen que hacer”. Cerca de Massa insisten en que “no habrá que moverse mucho estos días, y que Milei y Juntos por el Cambio se sigan peleando” luego de conocida la alianza del libertario con el ex presidente y su rival del domingo pasado.
En la agenda próxima figuran pasos por Tucumán, el domingo, y otras provincias como Jujuy y Salta en esta semana que se inicia, más un paso por Mar del Plata. En el medio, Massa estará en la celebración anual de la DAIA, el lunes, en el que la presencia del tigrense será leído como respaldo hacia Israel en su pelea con el terrorismo del grupo Hamas. Y más adelante llegarán las visitas postergadas a Santa Cruz, Mendoza y Córdoba, dónde trabaja el ex ministro de Justicia y dirigente peronista Juan José Alvarez.
“Las Paso las ganó la bronca, la primera vuelta ganó el miedo. Ellos van a instalar la pelea kirchnerismo contra antikirchnerismo. Y nosotros iremos con la democracia contra el autoritarismo”, resumió un miembro del gabinete que logró llegar a un cargo legislativo en las generales del domingo pasado, y que ve un escenario parejo, dónde los estrategas de Massa esperan volver a ganar.
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