Sergio Massa buscará tender puentes con el sector moderado de Juntos por el Cambio con dos objetivos en la mira
Frente a un escenario legislativo adverso, el desafío del presidente de la Cámara baja es avanzar con el presupuesto 2022 y el acuerdo con el FMI
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La debacle que sufrió el oficialismo en las primarias augura un escenario legislativo adverso para el Gobierno: de cristalizarse en noviembre el resultado de las primarias, el Frente de Todos perderá todo control en ambas cámaras. Consciente de la necesidad de asegurar la gobernabilidad, el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, buscará tender puentes hacia los sectores moderados de la oposición para avanzar en al menos dos temas inmediatos, la ley de presupuesto 2022 y el acuerdo de renegociación de la deuda con el Fondo Monetario Internacional.
Golpeado por el resultado de las primarias, Massa se recluyó en Tigre para analizar con sus allegados los pasos a seguir. El panorama se presenta complejo; si se replica el resultado de las primarias en las generales, el bloque que comanda Máximo Kirchner perderá bancas e incluso su condición de primera minoría. Una catástrofe cuando todavía faltan dos años de mandato.
El tigrense intenta no dramatizar y confía en su buen diálogo con referentes moderados de la oposición para garantizar la gobernabilidad. Apunta como interlocutores a Emilio Monzó, Horacio Rodríguez Larreta, Cristian Ritondo -quien podría liderar el interbloque de Juntos por el Cambio tras la renovación parlamentaria-, María Eugenia Vidal y al gobernador Gerardo Morales, candidato a presidir la UCR a partir de diciembre.
En Juntos por el Cambio prima la cautela. “Sergio es, en este contexto, el mejor articulador que tiene el Gobierno para dialogar con la oposición. Eso no quiere decir que Juntos por el Cambio acceda sin más; eso se definirá según la agenda que proponga el Gobierno –anticipó un encumbrado miembro opositor que conoce bien al tigrense–. Para nosotros no será una tarea sencilla: será transitar sobre una cornisa muy fina entre la especulación electoral, porque queremos ganar en 2023, y la responsabilidad política.”
Otros dirigentes no disimulan su desconfianza. “Un acuerdo de gobernabilidad debería comprometer a la dirigencia empresaria, la sindical y la sociedad civil sobre políticas de largo plazo, la reforma laboral, las jubilaciones, las tarifas, el FMI. No debería limitarse al oficialismo y a la oposición; si Massa cree que un acuerdo se alcanza tomando un café en su despacho está equivocado. Lo conocemos demasiado”, desliza un operador radical.
Los opositores más moderados barruntan que el Gobierno no tiene margen político para radicalizar su gestión en estos próximos dos meses, como advierte el ala más dura de Juntos por el Cambio.
“Si lo hiciera presionado por el kirchnerismo difícilmente resista la unidad del Frente de Todos: los primeros en saltar del barco serán los gobernadores del PJ”, razona un dirigente peronista hoy enrolado en la oposición. “Fernández necesitará de la oposición; por eso estará obligado a mostrarse más moderado. Solo así podrá aprobar sus leyes en el Congreso”, asevera.
Leyes congeladas
En el entorno de Massa coinciden que no hay lugar para locuras. Descartan, en este sentido, que el oficialismo aproveche su efímera superioridad numérica en los próximos dos meses para forzar la sanción de la reforma judicial y la del Ministerio Público, dos iniciativas que permanecen congeladas hace un año en la Cámara baja por falta de respaldo opositor.
“El clima político cambió; radicalizar ahora los ánimos en el Congreso le daría aire a la oposición y sería contraproducente para nosotros si queremos remontar la derrota de las primarias. La agenda tiene que ser distinta, pensada en la gente”, admiten cerca de Massa.
En lo inmediato, la urgencia estará puesta en el debate del presupuesto 2022, que se presentaría el miércoles en la Cámara baja. Aún no está confirmada la presencia del ministro de Economía, Martín Guzmán, uno de los funcionarios más golpeados tras el resultado electoral.
En la oposición predomina la cautela y la expectativa. “Veremos cuál es la agenda que traerá el oficialismo, pero no vamos a aprobar locuras”, anticipó Ritondo. Conscientes de la fragilidad política que envuelve al Gobierno, en Juntos por el Cambio no hay ánimo de obstaculizar la gestión e incluso facilitarían el debate del presupuesto 2022.
“Daremos quorum, como siempre lo hemos hecho. Respecto del acuerdo con el FMI, lo someteremos primero al debate de nuestros economistas. Solo si dan luz verde avanzaremos”, anticipan.
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