Sergio Massa busca suturar heridas y unificar la campaña con el kirchnerismo: estrategia, búnker y discurso
El ministro de Economía comenzó su actividad proselitista en San Martín; primeras reuniones de los equipos de comunicación; en la carrera a las PASO, Massa aspira a presentarse quien logró cerrar la interna peronista
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Ayer fue un sábado de largada para Unión por la Patria (UP). A una semana de haber parido las listas, los principales candidatos se calzaron jeans y zapatillas y se dispersaron en distintos actos en el conurbano. Sergio Massa finalmente abandonó el traje de ministro de Economía para hacer su primera recorrida proselitista con vecinos en San Martín, el lugar en donde estudió en el colegio agustiniano. Empezar por ese distrito es cábala para el líder del Frente Renovador.
Los equipos de comunicación de las distintas tribus del oficialismo ya tuvieron su primer encuentro de coordinación el jueves por la noche. También hubo sesión de fotos con los candidatos, el miércoles, en el Complejo C de Chacarita. El consultor catalán Antoni Gutiérrez Rubí está en Buenos Aires y ya repartió sus primeros consejos. Según pudo saber LA NACION, Unión por la Patria ya reservó unas oficinas en el centro porteño que podrán habilitarse como “búnker” en los próximos días.
La organización de la campaña, no obstante, aún es incipiente, después de una semana en donde hubo que hacer gestos forzados para disimular las heridas que dejó el cierre de listas. La cúpula de UP está decidida a suturar rápidamente las lesiones que quedaron con la entronización del ministro de Economía. A partir de acá, la estrategia de campaña pasará por poner en valor la unidad del espacio y olvidar la conflictividad interna.
En la carrera a las PASO, Massa aspira a presentarse como la figura que logró cerrar la brecha de la interna peronista. También como un gestor que trajo “estabilidad” y “alivio” con su llegada al ministerio de Economía, dos de las ideas fuerza que surgen de las reuniones con Gutiérrez Rubí en el Palacio de Hacienda. El consultor catalán tiene llegada a todas las terminales del oficialismo. Había asesorado a Eduardo “Wado” De Pedro en el video de lanzamiento de su candidatura fallida, pero se adaptó rápidamente al cambio de escenario con Massa, a quien conoce desde hace muchos años.
En las primeras reuniones de equipo de esta semana circuló la idea de que los candidatos sean “hablados por los otros”. Es decir, que los principales dirigentes comiencen a lanzarse flores y no flechas, como hicieron durante casi todo el gobierno. “Coralidad en la unidad”, fue la línea que bajó uno de los responsables de la campaña, con la idea de contrastar con la confrontación que hay en Juntos por el Cambio.
Esa máxima de campaña explica la gestualidad que tuvieron Cristina Kirchner y Massa al reunirse con Daniel Scioli -el principal perjudicado por la anulación de la interna presidencial- y el encuentro del ministro de Economía con Juan Manzur, que acarició la candidatura a vicepresidente y luego vio frustrado su plan.
Convivencia de jefes políticos
La convivencia entre el Frente Renovador y el kirchnerismo tiene, no obstante, un desafío de origen. En 2019, Alberto Fernández era un candidato sin estructura. Pero Massa es el jefe político de un espacio. “Sergio tiene un partido verticalista. No le gusta que Cristina le marque la cancha, no le gusta perder la centralidad, pero va a tener que vivir con eso”, dijo a LA NACION un colaborador del gobierno que conoce al ministro desde hace muchos años.
Para mostrar convergencia, Massa le propuso a Wado que oficie de jefe de campaña. También sonó para ese cargo el vicejefe de Gabinete, Juan Manuel Olmos, principal mediador entre Cristina y Fernández. Más allá de los ofrecimientos -que aún no fueron confirmados- el ministro de Economía les hizo saber a De Pedro y a Olmos que quiere conformar un “trío dialoguista” que fomente la tranquilidad interna.
Mientras el candidato presidencial buscaba el cese de hostilidades en la cúpula del Gobierno, Tigre (su pago chico) ardía en una interna atroz. El intendente Julio Zamora ventiló por los medios presuntas amenazas del massismo mientras pujaba por la boleta de Unión por la Patria para disputar una PASO con la titular de Aysa, Malena Galmarini. La alianza oficialista primero le escatimó la boleta a Zamora pero ayer dio un volantazo y finalmente habilitó la interna.
“El pedido de arriba fue que había que ordenar esto. Es Cristina pidiendo un ordenamiento y Massa coincidiendo. En el distrito del candidato presidencial no podemos tener este enchastre”, dijo un importante referente de Unión por la Patria.
La vicepresidenta, hasta acá, no soltó la centralidad política. Con su discurso del lunes, dejó en claro que ella está proscripta y que su candidato era De Pedro, pero el Presidente no lo iba a aceptar.
En los actos de ayer en el conurbano Cristina no participó. Pero Máximo Kirchner, en Hurlingham, soltó: “¿Ustedes tienen ganas de que se meta en la campaña, Cristina? ¿Quieren que nos dé una mano la compañera?”. Así, coqueteó con la idea de que la vice le ponga el cuerpo a la campaña y volvió a darle protagonismo.
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