Sergio Massa busca armar una estructura en Córdoba en la construcción de una candidatura

CÓRDOBA.- No tan en silencio Sergio Massa arma su tejido político en Córdoba, “corazón productivo” del país, según él mismo definió en el lanzamiento del programa para tamberos que hizo. En Villa María lo recibió el intendente kichnerista Martín Gill, exsecretario de Obras Públicas y con aspiraciones de escalar en esta provincia. Después del acto oficial, el ministro compartió una cena con unos 80 intendentes parte de una suerte de “liga” armada por el villamariense.

Algunos de los intendentes que estuvieron anoche con Massa admitieron a LA NACION que aunque “después se verá” cómo termina decantando la situación, el tigrense “siempre tuvo ambiciones políticas” y desde su arribo al ministerio “se posicionó mejor”. Esa lectura la comparten también algunos gobernadores, aunque no hay consenso.

Gill, durante su gestión como secretario de Obras Públicas, hizo un trabajo intenso con intendentes y armó un grupo de entre 80 y 100 alcaldes con los que busca disputar poder al schiarettismo local. En los últimos tiempos profundizó sus lazos con la diputada nacional Natalia de la Sota. Son definidos como “dialoguistas” con el peronismo provincial, en especial con Martín Llaryora, candidato a gobernador

En 2015 Massa y José Manuel de la Sota eran aliados en el espacio Una Nueva Alternativa (UNA) -el tigrense ganó la interna para la candidatura presidencia- en el que proponían una “tercera posición”. En aquellos años el actual ministro venía seguido a Córdoba y elogiaba mucho al “Gallego”.

Después, en 2018, también fue parte del intento de recrear UNA del que participaron también Juan Schiaretti, Miguel Angel Pichetto y Juan Manuel Urtubey y que quedó en la nada cuando él y Pichetto desertaron. Con el actual gobernador de Córdoba el vínculo es puramente institucional, en lo político domina la desconfianza.

Antes de aterrizar en Córdoba ayer, Massa designó a un exministro delasotista, Ángel Elletore, presidente de la Casa de la Moneda; el próximo martes se reunirán en CABA. Carlos Caserio fue el hilo conductor. Otro massista, el ministro de Transporte de la Nación, Diego Giuliano, estuvo en el taller de Trenes Argentinos Cargas. Muchas coincidencias en poco tiempo.

Caserio, actual vicepresidente del Banco Nación, fue mano derecha de De la Sota y se alejó de Schiaretti cuando el gobernador rechazó hacer campaña por Alberto Fernández. Hace dos meses dijo que el kirchnerismo cordobés irá con lista propia a la elección provincial. Ayer no estuvo con Massa; tampoco fue de la partida la diputada camporista Gabriela Estévez.

“En una Córdoba antikirchnerista, Massa no es lo mismo que los K -describió un intendente que comió con el ministro-. Es otra cosa. Por su cargo, por supuesto, genera más interés que antes. Faltan muchos meses, pero hay que ir pensando qué se hará”.

En la cena el ministro repitió algunos de los conceptos con que hizo el anuncio para los tamberos y que se ajustan al ambiente antikirchnerista que existe en esta provincia desde hace años “La Argentina nos necesita a todos; nada bueno sale de las peleas. Pero mucho bueno sale de trabajar juntos”.

Por la tarde había enfatizado un “gracias a Villa María por abrirnos las puertas, por abrirnos el corazón, por abrirnos la provincia de Córdoba” y había destacado el trabajo de Gill, a la noche lo ratificó. El villamariense también fue parte del peronismo cordobés y después emigró al kirchnerismo, aunque hace su propio juego.

Otra aliada que supo tener Massa en Córdoba en 2014 fue Olga Riutort, quien también fue socia de Luis Juez. Hoy está al frente del PAMI local y ya adelantó que será candidata a intendenta en la ciudad capital.

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