Senado: la letra chica del reglamento que demuestra por qué Villarruel debió convocar a la sesión que pidió la oposición para tratar el DNU de Milei
Con cinco o más legisladores se puede solicitar una sesión especial para tratar un tema concreto; hubo cuatro pedidos, varias semanas de dilación y el apoyo final de un libertario
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Victoria Villarruel no pudo negarse a convocar la sesión para discutir el Decreto de Necesidad y Urgencia 70/2023 firmado por Javier Milei. A pesar de los ataques dentro de las filas libertarias y tras cuatro pedidos concretos para someter a votación la vasta norma que desregula numerosas áreas de la economía y la política, la vicepresidenta debió acceder a la solicitud del kirchnerismo así como de un compendio de legisladores dialoguistas que se sumaron a la exigencia para que el oficialismo ponga a funcionar el Senado.
En la Casa Rosada la presión para desbaratar la sesión persistió hasta ayer a la tarde noche, cuando la cuenta de X de la Oficina del Presidente emitió un críptico comunicado en el que, sin nombrarla, cuestionaba la decisión de Villarruel y expresaba “preocupación” ante sectores de la clase política que pretenden avanzar con una “agenda propia e inconsulta” que entorpece las negociaciones con los gobernadores.
— Oficina del Presidente (@OPRArgentina) March 13, 2024
Si bien Villarruel trató de dilatar todo lo que pudo la convocatoria a discutir la medida en el recinto, incluso durante la reunión de Labor Parlamentaria de anoche, el peso de esta decisión erosionaba la letra chica del reglamento y generaba ruido incluso entre los senadores dialoguistas. Los artículos 19 y 20 del manual de procedimiento de la Cámara alta define que la titular del cuerpo no puede negarse a convocar a una sesión si está formulada la petición “de cinco o más” legisladores que definan un temario expreso.
Se le sumaba a la cuestión legal que a casi tres meses de su firma, los efectos del decreto empezaron a hacerse sentir en la vida cotidiana de la sociedad, como con el aumento de las prepagas, que engordó las voluntades para ponerlo a consideración.
El camino del DNU
Cada vez que el Presidente emite un DNU, el Jefe de Gabinete debe enviarlo a la Comisión Bicameral de Trámite Legislativo, compuesta por ocho senadores y ocho diputados, que tiene diez días hábiles para remitir un despacho. Superado ese plazo, el Congreso, puede someterlo a discusión en cualquiera de sus Cámaras. Bajo este paraguas legal, el kirchnerismo en el Senado acumuló tres pedidos diferentes para forzar su discusión en el recinto: para el 1°, el 15 y el 23 de febrero.
A fines de febrero, y ya expuesta la estrategia dilatoria de Villarruel, un heterogéneo compendio de senadores dialoguistas se sumaron al pedido del kirchnerismo que acrecentaron la presión de mantener sin funcionamiento al Senado. La nota llevó la firma de los integrantes del bloque de peronistas díscolos Unidad Federal, de los provinciales de Misiones, Río Negro y Santa Cruz y del radical fueguino Pablo Blanco.
A diferencia de los insistentes pedidos impulsados por Unión por la Patria, este grupo de legisladores no le puso fecha a su reclamo, sino que dejó a consideración de la presidenta de la Cámara alta la definición del día y la hora de la convocatoria. Esta última petición fue un punto de quiebre para la presidenta de la Cámara, quien entendió que ya no tenía más cuerda para retrasar la discusión del megadecreto.
Si bien los números están muy justos, un tropiezo en el Senado no implica una derrota total. El mecanismo legal que rige el tratamiento de los DNU dictados por el Poder Ejecutivo define que para derogar un decreto de necesidad y urgencia se necesita el pronunciamiento de ambas cámaras. Por eso, el posible rechazo de hoy no implica la caída del 70/23 ya que falta que este proceso sea replicado en en la Cámara de Diputados, que preside el riojano Martín Menem.
Fuego amigo
No obstante, el fuego amigo no tardó en llegar. “Creo que hay un tema de presiones en la Cámara alta para incorporar el tratamiento del DNU y que la vicepresidenta lo podría haber evitado, pero la presión la hizo incorporar ese punto. No veo segundas intenciones en eso, creo que tal vez haya sido un error ceder a esa presión”, señaló esta mañana el ministro del Interior, Guillermo Francos, en diálogo con Radio Rivadavia sobre la decisión de Villarruel.
Estos comentarios se dan en el marco de una tensión creciente entre el Presidente y su vice, quienes mantienen un gélido vínculo desde antes de asumir. El corrimiento de Villarruel de la mesa chica de MIlei, y la negativa de cederle las carteras de Defensa y Seguridad -hoy en manos de Luis Petri y Patricia Bullrich- erosionaron el diálogo.
Uno de los alfiles del primer mandatario, como el diputado nacional por La Libertad Avanza (LLA) José Luis Espert cuestionó a la vicepresidenta. Ante la consulta de LN+ sobre si había querido desestabilizar al Gobierno con su decisión, el legislador lo puso en duda. “No sé”, contestó. “Fue una decisión política”, agregó. Espert dijo que reglamentariamente la vicepresidenta podría haber eludido la sesión.
No obstante, quienes conocen la cocina parlamentaria entienden que la decisión no podía seguir postergándose. Por eso, el legislador de La Libertad Avanza (LLA), Francisco Paoltroni, apoyó a la vicepresidenta y subrayó en diálogo con Radio Mitre que “tenía que convocar, no podía demorar más”.
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