Senado: pese al portazo opositor, el kirchnerismo dio un paso para quitarle las escuchas judiciales a la Corte Suprema
En medio de un clima de fuerte tensión política, la oposición en pleno pegó un "portazo virtual" y se desconectó de la sesión remota del Senado, en protesta por la decisión del Frente de Todos de rechazar el decreto de necesidad y urgencia de Mauricio Macri que le pasó el control de las intervenciones telefónicas a la Corte Suprema de Justicia.
En un paquete que contenía media docena de decretos, el oficialismo también ratificó el DNU 457/20, que le otorga amplias facultades al jefe de Gabinete para modificar y reasignar partidas del presupuesto bajo el paraguas de la emergencia sanitaria dictada por la pandemia de coronavirus.
El desplante opositor en la sesión de este jueves no impidió que el oficialismo avanzara con la orden dictada por Cristina Kirchner y aplicara su mayoría para rechazar la decisión adoptada por Macri en diciembre de 2015. Así, con el apoyo de fuerzas provinciales aliadas, el decreto fue rechazado por unanimidad de 42 votos.
La jugada de la vicepresidenta no tiene, por el momento, efectos jurídicos; pero constituye un claro gesto político hacia el máximo tribunal, al que acusa de haber sido funcional a la guerra judicial (lawfare) que habría montado el macrismo para complicarla judicialmente una vez que abandonó el poder en 2015.
Sin embargo, a pesar del voto del Senado, la medida sigue vigente. De acuerdo con la ley de trámite legislativo, sancionada en 2006 y redactada por la actual vicepresidenta, para derogar un DNU se necesita el rechazo de las dos cámaras legislativas.
La oposición abandonó la videoconferencia luego de un duro discurso del jefe del interbloque de Juntos por el Cambio, Luis Naidenoff (UCR-Formosa), quien acusó al oficialismo de "revanchismo", de atropellar a la oposición aplicando su mayoría y de violar las reglas de juego de las sesiones remotas en la Cámara alta, que limita los temas a discutir aquellos relacionados con la pandemia.
"No vamos a acompañar la sesión porque se ha violado el acuerdo de discutir temas relacionados con la pandemia y porque no vamos a aceptar que se toque una música ajena a los intereses de la gente", afirmó Naidenoff.
El líder opositor cuestionó también el hecho de que el oficialismo haya vuelto a dictaminar un decreto que ya había sido despachado en sentido favorable por la Comisión Bicameral de Trámite Legislativo en febrero de 2016.
En un su discurso, Naidenoff denunció que la agenda impulsada por Cristina Kirchner busca tapar la floja respuesta del Gobierno a los efectos de la pandemia, entre los que mencionó "la pérdida de empleo, la desesperación de las familias por cobrar una ayuda estatal y las pymes que bajan sus persianas".
Además, el radical advirtió sobre las "groseras violaciones a los derechos humanos que se están dando en los últimos tiempos, como consecuencia del brutal obrar de la policía en muchísimos rincones de la Argentina".
Así, el líder opositor comparó la actitud del oficialismo en el Senado con la orquesta del Titanic. "Mientras el transatlántico se estaba hundiendo y algunos pasajeros peleaban por sus vidas y otros la perdían, la orquesta seguía tocando en la cubierta su propia música como si nada pasara", afirmó el legislador.
Música oficialista
"No estamos para convalidar la música que ustedes están tocando en este transatlántico", concluyó Naidenoff, tras lo cual los senadores de la oposición se desconectaron de la sesión. El portazo tuvo también escenificación presencial, ya que los legisladores Martín Lousteau (UCR-Capital) y Laura Rodríguez Machado (Pro-Córdoba), que se encontraban sentados en sus bancas por ser autoridades de la Cámara, abandonaron el recinto.
La actitud provocó la réplica del líder del Frente de Todos, José Mayans (Formosa), quien calificó de "artera" la maniobra opositora. "Nosotros vamos a seguir trabajando", agregó el senador, para justificar la decisión del oficialismo de seguir, en soledad, con la sesión.
A su turno, el neuquino Oscar Parrilli, que suele decir en los debates lo que Cristina Kirchner no puede por no ser senadora, no anduvo con medias tintas y acusó a la Corte de complicidad con el gobierno de Macri en el montaje de un aparato ilegal de escuchas telefónicas.
"Desde esa oficina [del máximo tribunal] se montó una monumental oficina de inteligencia, paralela a la que tenía en la AFI [Gustavo] Arribas, desde la que empezaron a hacer pinchaduras telefónicas, algunas legales y otras ilegales", denunció.
Al respecto, Parrilli dijo que mediante ese mecanismo le inventaron dos causas judiciales, tras lo cual insistió en señalar que existió "un perverso mecanismo de inteligencia ilegal" a cuyo frente puso al expresidente Macri.
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