Senado: el kirchnerismo enfrenta el abismo de perder la mayoría absoluta
En las primarias perdió en seis de las ocho provincias que renuevan su dotación; si se repite, caería a 35 senadores, dos menos que el quórum
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Será una batalla crucial, compartiendo el centro de atención con la provincia de Buenos Aires. Hoy todas las miradas estarán dirigidas a las ocho provincias que definirán si Cristina Kirchner podrá mantener la mayoría que le permitió manejar el Senado a sus anchas en los últimos dos años o si, por el contrario, perderá el control a manos de un conglomerado opositor liderado por Juntos por el Cambio (JxC).
Si se repiten los resultados de las primarias, el Frente de Todos perdería seis escaños y su bancada reducida, a partir del próximo 10 de diciembre, a 35 senadores. El número no es despreciable, pero está dos voluntades por debajo del quórum reglamentario para aprobar proyectos y sancionar leyes sin depender de otras fuerzas.
Tal como lo establece la Constitución, el Senado se renueva por tercios cada dos años. En esta elección, es el turno de las provincias de Córdoba, Chubut, La Pampa, Mendoza, Corrientes, Tucumán, Catamarca y Santa Fe.
La clave para que la vicepresidenta pueda salir airosa y retener la mayoría en el Senado, aunque más no sea de manera ajustada, pasa por la suerte que corra el Frente de Todos en La Pampa y Chubut.
La provincia gobernada por Sergio Ziliotto fue una de las sorpresas de las PASO, al punto de convertirse en paradigma de la profundidad del castigo que la sociedad le infligió al gobierno de Alberto Fernández en las primarias.
Hasta septiembre último, sólo una vez el peronismo pampeano había perdido una elección, también una PASO. Aquel antecedente terminó revirtiéndose en las generales posteriores. A esa mística, al hecho de que el PJ gobierna la provincia desde 1983, a la agudización del clientelismo político en los últimos dos meses y a encuestas con diferencias cerradas que están dentro del margen de error se aferra el Frente de Todos para ilusionarse con dar vuelta la elección y retener las dos bancas que pone en juego.
La elección en La Pampa tampoco es inocua desde los nombres. La segunda en la lista del Frente de Todos es María Luz Alonso, dirigente de La Cámpora y una de las favoritas de Cristina Kirchner. Desde de diciembre de 2019 está al frente de la Secretaría Administrativa del Senado. Si el oficialismo volviera a perder, “La Luchy”, como todo el mundo conoce a la joven peronista, se quedará con las ganas de ser senadora.
Desde el punto de vista numérico, el golpe más duro para el oficialismo podría venir de Chubut, en donde perdería dos de las tres bancas que pone en juego de repetirse los resultados de las primarias.
Si bien se sabía desde el principio que Juntos por el Cambio iba a arrebatarle al kirchnerismo la banca de minoría, que hace seis años se la había quedado el kirchnerismo mediante la maniobra electoral de presentarse en dos boletas con opciones peronistas, en esta oportunidad la división del PJ no hizo más que perjudicar sus chances electorales y permitirle a la coalición opositora convertirse en la primera fuerza de la provincia. Un escenario impensado tres meses atrás.
El eje SanCor (Santa Fe-Córdoba) también promete traer malas noticias para el Frente de Todos y la vicepresidenta, con la pérdida de bancas que hoy ocupan senadores que en los últimos dos años fueron piezas claves para el manejo discrecional que hizo Cristina Kirchner de la agenda legislativa en la Cámara alta.
En Córdoba, el kirchnerismo caerá a tercera fuerza del distrito, por detrás de Juntos por el Cambio, que retendría los dos escaños que pone en juego; y del peronismo del gobernador Juan Schiaretti, que recuperaría así el control de la banca que hoy ocupa Carlos Caserio y que perdió cuando, en noviembre de 2019, Cristina Kirchner llamó a la unidad del PJ en el Senado y el veterano senador cordobés, actual presidente de la Comisión de Presupuesto y Hacienda, decidió sumarse.
En Santa Fe, en tanto, el Frente de Todos perdería la primacía en la provincia a manos de Juntos por el Cambio y, por lo tanto, uno de los dos escaños que pone en juego, que pasaría a manos de la coalición opositora, que sumaría una banca a la que pone en juego. En este caso, la derrota dejaría fuera del Senado a María de los Angeles Sacnun, presidenta de la Comisión de Asuntos Constitucionales.
Tanto Caserio como Sacnun fueron, además, activos participantes de la comisión bicameral de seguimiento y control del Ministerio Público, plataforma que la vicepresidenta usó, sin éxito, para desplazar a Carlos Casal de la conducción interina de la Procuración General de la Nación.
La sexta banca que perdería el oficialismo es en Corrientes. En un batacazo electoral, el PJ obtuvo la mayoría en las elecciones de 2015 y se quedó con dos de las tres bancas.
Seis años después, el oficialismo provincial, Encuentro por Corrientes, liderado por el gobernador radical Gustavo Valdés, aplastó al peronismo en las elecciones provinciales y repitió el resultado en las primarias, con una ventaja cercana a los 50 puntos. Si se repite, Juntos por el Cambio sumaría un escaño, pone en juego uno, en detrimento del Frente de Todos. Perdería su banca Ana Almirón, dirigente de La Cámpora, presidenta de la Comisión de Legislación General y segunda en la lista del Frente de Todos.
Los dos distritos donde la suerte promete sonreírle al oficialismo son Tucumán y Catamarca. En ambos casos el peronismo había ganado seis años atrás, por lo que renovará los escaños que pone en juego. Si bien Juntos por el Cambio retendría la banca por la minoría en ambos distritos, el radicalismo perdería un representante a manos de un peronista disidente en el Jardín de la Republica.
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