Senado: el kirchnerismo acelera a fondo para ampliar la Corte Suprema: cuáles son los votos que le faltan
El sector más duro del bloque oficialista quiere aprobar cuanto antes en la Cámara alta la agenda legislativa de Cristina Kirchner
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Con la adrenalina del intento de magnicidio todavía corriendo por sus cuerpos, el kirchnerismo en el Senado se juramentó hace un par de semanas acelerar a fondo para tratar de sacar antes de fin de año los proyectos de la agenda política legislativa que venía impulsando Cristina Kirchner.
La ampliación de la Corte Suprema a 25 miembros y la regulación de la consulta y de la iniciativa populares para poder apelar con mayor facilidad a estas herramientas de la democracia directa, sobre todo en épocas de vacas flacas en las mayorías legislativas, figuran al tope de la lista de temas que marcarán la prioridad de los próximos días en la Cámara alta.
“Todavía nos falta un voto para poder aprobar la Corte”, admitió un senador oficialista que suele frecuentar las reuniones que los senadores del kirchnerismo duro mantienen con Cristina Kirchner de manera casi periódica, como parte del constante desfile de legisladores, gobernadores peronistas y dirigentes kirchneristas que pasan por el despacho de la vicepresidenta desde que fue acusada por el fiscal Diego Luciani en la causa Vialidad, peregrinación que se multiplicó tras el intento de atentado de la noche del 1 de septiembre pasado.
Hasta el momento, ese voto no aparece. El principal obstáculo que los seguidores de Cristina Kirchner apuestan a remover es la negativa de Adolfo Rodríguez Saá (San Luis) a votar el proyecto que la vicepresidenta acordó con los gobernadores peronistas hace ya casi tres meses.
El senador puntano se plantó públicamente en su rechazo con el argumento de que la iniciativa no respeta el federalismo, ya que en ningún momento el texto establece que las provincias podrán nominar a un juez cada una para el tribunal, como aseguraron sus autores cuando la presentaron.
En realidad, Rodríguez Saá se ofendió porque el proyecto que había presentado, que amplía la Corte a nueve miembros y que dio pie para que el kirchnerismo instalara el tema en el Senado, fue desechado sin discusión cuando los gobernadores peronistas irrumpieron en el debate con el objetivo de presionar al máximo tribunal de cara al fallo que debe emitir sobre el reclamo de la Capital Federal por los puntos de coparticipación que le fueron arrebatados en 2020 para financiar a la provincia de Buenos Aires.
Rodríguez Saá no es el único “rebelde” que entorpece los planes del kirchnerismo duro. También se resiste a votar el proyecto la riojana Clara Vega, la peronista disidente que pasó de opositora a aliada del Frente de Todos en diciembre del año pasado. A ella se suma Alberto Weretilneck (Juntos Somos Río Negro), habitual aliado del oficialismo que, como Rodríguez Saá, impulsa un proyecto propio que amplía el tribunal a 16 jueces.
Lo más llamativo del caso es que el proyecto de los gobernadores obtuvo dictamen de comisión el 29 de junio último. Desde entonces, una cadena de ausencias de senadores oficialistas con diferentes dolencias –ahora el complicado es el misionero Maurice Closs, que hace poco más de dos semanas superó una cirugía mayor– se ha complotado con los reacios a votar la iniciativa para que el Frente de Todos no pueda reunir la mayoría que le permita aprobar el texto y enviarlo a Diputados.
Venganza silenciosa
La misma mala suerte parece perseguir a los proyectos de reforma de la consulta y de la iniciativa populares, movida que impulsa el ultrakirchnerismo a través del neuquino Oscar Parrilli.
Hace diez días, y después de varias semanas de postergaciones por diferentes razones, Parrilli logró que su compañero de bancada Guillermo Snopek (Jujuy) convocara a la Comisión de Asuntos Constitucionales para emitir dictamen y dejar los textos listos para su debate en el recinto.
Sin embargo, la reunión de comisión terminó fracasando por falta de quorum. Con la oposición ausente, molesta por el apuro con el que había sido convocado el encuentro, el oficialismo se quedó a tan solo un senador de conseguir los diez presentes que hubieran habilitado que se pasara el texto para su firma.
El ausente clave fue José Mayans (Formosa), el jefe de la bancada oficialista, que en el momento de celebrarse la reunión prefirió quedarse en su despacho.
“Estuvo de reunión en reunión”, explicaron en el entorno de Mayans para justificar su ausencia. Sin embargo, a un legislador del Frente de Todos no le pasó desapercibido una situación que se había registrado el día anterior. “No habría que descartar que le haya pasado una factura por la forma en que los desautorizó Parrilli”, explicó el legislador.
Se refirió así al tuit del neuquino con el que salió al cruce del pedido de Mayans después del intento de atentado contra la vicepresidenta para que se suspendiera el juicio por la causa Vialidad como forma de ayudar a la paz social. “Para CFK, sólo Justicia. Sin paralizaciones, o injerencias extrañas. Y con jueces imparciales”, escribió Parrilli que, al día siguiente, sufrió en carne propia la contrarréplica de su compañero de bancada.
Este miércoles, a las 17, Parrilli irá por la revancha; ya consiguió que Snopek vuelva a llamar a la Comisión de Asuntos Constitucionales para tratar el tema. Jura el neuquino que esta vez, sí, será la definitiva.
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