Senado: ante la demora oficialista, el kirchnerismo busca votos para rechazar el DNU en el recinto
Mientras el oficialismo tarda en constituir la comisión bicameral, el bloque que conduce José Mayans explora alianzas para alcanzar una mayoría; posible movimiento combinado con diputados
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La conducción del bloque kirchnerista del Senado, encarnada en la figura de José Mayans (Formosa), comenzó a explorar caminos con la intención de buscar los votos que le permitan rechazar el decreto de necesidad y urgencia 70/23 que el Gobierno de Javier Milei remitió hace poco más de diez días al Congreso.
“Estamos en eso”, respondió Mayans ante la consulta de LA NACION sobre la posibilidad de que el bloque de Unión por la Patria pida la semana próxima una sesión en la Cámara alta con la intención de rechazar el controvertido DNU.
Según la ley que rige el tratamiento legislativo de los DNU, una vez pasados diez días hábiles desde el envío del decreto al Congreso, las cámaras legislativas quedan habilitadas para su discusión en el recinto sin necesidad de dictamen de la comisión bicameral que debe analizar la constitucionalidad de la medida. Ese plazo se vence este viernes.
Con 33 senadores, el kirchnerismo está a tan sólo cuatro votos de alcanzar la mayoría absoluta que le permitiría imponer condiciones en el recinto y tiene disponible una miríada de legisladores de fuerzas provinciales que gobiernan sus distritos y que ya han hecho notar su disgusto no sólo con el DNU, sino también con muchas de las medidas incluidas en el megaproyecto “Bases” que afectan intereses económicos regionales.
Según pudo saber este diario, el jefe de la bancada kirchnerista de la Cámara alta ha estado activo desde la semana pasada y, en sigilo, viene tanteando el terreno entre senadores de diferentes bloques en su búsqueda de masa crítica para derogar el decreto. En la mira están los senadores de Juntos Somos Río Negro y del Frente Renovador de la Concordia de Misiones, pero como con ellos no alcanzaría para asegurarse la derogación del decreto, también ha entablado contactos con legisladores que integran el archipiélago de bloques en que se dividió Juntos por el Cambio.
“Nuestra visión es que el DNU establece un esquema de avasallamiento de la Constitución con la excusa de que hay que bajar el déficit. Nosotros tenemos una visión diametralmente opuesta”, explicó Mayans, quien viene manteniendo una activa agenda pública de reuniones con diferentes sectores productivos y sociales que rechazan el decreto, como los productores yerbateros y vitivinícolas y las 62 Organizaciones Sindicales Peronistas. En la tarde de este miércoles, además, encabezó un pronunciamiento de legisladores nacionales patagónicos del PJ en contra de las medidas adoptadas por el gobierno de Javier Milei.
La ofensiva podría traducirse en un movimiento de pinzas si en la Cámara de Diputados la bancada de Unión por la Patria, que comanda Germán Martínez (Santa Fe), realiza una movida similar. Sin embargo, la situación del kirchnerismo en la Cámara baja es diferente, ya que tiene 102 legisladores y, hasta el momento, sólo contaría con el apoyo de los cinco votos de la Izquierda, que también ha manifestado su oposición cerrada al DNU y al proyecto de ley ómnibus.
Según la ley de trámite legislativo, sancionada en 2006 y que fue redactada e impulsada por la entonces primera dama y senadora nacional Cristina Kirchner, para derogar un DNU se requiere el rechazo de las dos cámaras legislativas. Mientras eso no suceda, la medida siguen vigente. Hasta el momento, ningún decreto fue repudiado por ambas alas del Poder Legislativo.
Comisión en cámara lenta
Bautizado con el ambicioso nombre de Bases para la Reconstrucción de la Economía Argentina, el DNU 70/23 fue dictado por el Poder Ejecutivo el 21 de diciembre pasado y remitido al Congreso diez días hábiles después, el viernes 5 de enero, para su discusión en la Comisión Bicameral de Trámite Legislativo, integrada por 8 senadores e igual número de diputados.
Sin embargo, la comisión sigue sin constituirse, empantanada por una supuesta discusión en la Cámara de Diputados en torno a la cantidad de miembros que les corresponde nombrar al kirchnerismo.
El bloque que preside Martínez envió una lista de cuatro nombres, pero la conducción de la Cámara, a cargo del libertario Martín Menem (La Rioja), sostiene que sólo tres peronistas deben integrar a dotación correspondiente a Diputados y decidió no avanzar hasta que Unión por la Patria decida a quién quitará de la lista.
La demora es funcional a ambas partes, tanto que nadie se ha quejado por el hecho de que hayan transcurrido casi dos semanas sin que se haya constituido la bicameral, y ha dado a sospechas y versiones de un supuesto pacto secreto de no agresión entre kirchneristas y libertarios.
Por lo pronto, a Menem y al Gobierno le sirve para dilatar una discusión política compleja que podría dejar al desnudo que hasta la oposición racional no está dispuesta a aceptar el DNU tal cual fue dictado por el Gobierno. Al kirchnerismo, en tanto, pasar directamente el debate en el recinto le permite evitar una discusión en la comisión bicameral en la que estaba destinado a quedar en minoría.
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