Seis "miniclarines" para salvar la audiencia y los recursos
El plan propuesto por el Grupo Clarín plantea una división en seis unidades independientes cuyos titulares "serán definidos a medida que avance el proceso de adecuación"
El plan de adecuación voluntaria propuesto hoy por el Grupo Clarín plantea una división en seis unidades independientes cuyos titulares "serán definidos a medida que avance el proceso de adecuación". La estructura societaria de Clarín la asemeja mucho a una empresa familiar, con cuatro socios principales que controlan el 70% de las acciones. Eliminando la firma holding y poniendo en cabeza de cada uno de esos accionistas (Herrera de Noble, Magnetto, Aranda y Pagliaro), no habría impedimentos para la división. Incluso, las sociedades titulares de cada unidad podrían reflejar la composición actual del grupo en un nivel menor y con futuros herederos como accionistas.
El orden de prelación en las que el grupo presentó esos seis "miniclarines" ayer en un comunicado y la "densidad" empresaria y comunicacional de cada una de ellos permite especular con las intenciones detrás del conglomerado empresario: conservar sus canales de TV y radio de mayor penetración y rating para salvar su influencia pública, y reducir al mínimo la partición de Cablevisión-Fibertel, para conservar la principal fuente de sus recursos. Para eso estaría dispuesto a desprenderse de medios de comunicación en el interior del país y, al parecer, a dejar de cotizar en la bolsa o tratar de "ajustar" el free float en alguna de las futuras nuevas empresas.
Estaría dispuesto a desprenderse de medios de comunicación en el interior del país y, al parecer, a dejar de cotizar en la bolsa o tratar de "ajustar" el free float en alguna de las futuras nuevas empresas
De los seis "miniclarines", el primero conserva los medios clave: los canales 13 de Capital y 12 de Córdoba, y las emisoras de radio AM y FM en esas ciudades y Mendoza, además de la señal de noticias TN. Además, prevé que esta unidad -las más grande de todas en términos de licencias, pero no necesariamente la más importante en términos económicos- conserve 24 licencias para la distribución de TV por cable en las localidades donde no tenga TV abierta (lo que está prohibido por la ley).
El segundo "miniclarín" conservará el grueso de las licencias de Cablevisión, y conservará a Fintech como socio. Operará en 24 localidades, y posiblemente exija extensiones de licencias (como ya planteó en su momento Fintech al Afsca en la carta enviada hace un año y recordada recientemente con insistencia por Martín Sabbatella). Seguramente, el Grupo Clarín tratará también en este caso de salvar la red troncal de fibra óptica por la que se presta el servicio de TV por cable en el centro de la Argentina, incluidas sus ciudades más importantes.
El tercer "miniclarín" se limita a ser una porción de 20 licencias, escindidas del actual Cablevisión, cuya localización no fue informada.
Primer, segundo y tercer "miniclarines" conservarían buena parte de los negocios y la influencia del grupo y permitiría a sus accionistas esperar con paciencia una futura ley de telecomunicaciones o la reforma de la actual ley de medios, si eso ocurriera en un próximo gobierno de distinto signo político.
Del cuarto al quinto "miniclarines" asoman las posibilidades de venta a terceros no vinculados al grupo. El cuarto agrupa las señales de TV paga para las que la ley creó incompatibilidades con la TV abierta y la distribución de TV por suscripción, que quitarán recursos genuinos a la producción de contenidos argentinos y fomentarán la extranjerización de la grilla de la TV paga. El tono en el que Grupo Clarín se refiere a estos canales (Volver, Magazine, TyC Sports, Quiero Música y Canal Rural, entre otros) hace pensar que estaría dispuesto a sacrificarlos. Incluso, no es necesario que los venda. De no haber compradores tiene el derecho de cerrarlos (tal como ha escrito la Corte en su fallo por la constitucionalidad de la ley).
Si esta propuesta de adecuación prospera, ¿Grupo Clarín estaría cumpliendo con la ley? De las declaraciones de Sabbatella y otros funcionarios del gobierno se infiere que sí
Algo similar puede decirse del quinto, que incluirá licencias de FM en Tucumán, Bariloche, Bahía Blanca y Santa Fe; y el sexto, que incluirá el canal 7 de Bahía Blanca y una participación minoritaria en Canal 9 de Mendoza. Hace un año, un concurso para crear 220 nuevos canales de TV digital abierta en todo el país fracasó por falta de interesados. Entre otras ciudades, esos canales –cuyo modelo de negocios se basa en la venta de espacios publicitarios– se iban a abrir en esas localizaciones. Si habrá o no interesados por esas licencias, es una incógnita difícil de resolver.
Si esta propuesta de adecuación prospera, ¿Grupo Clarín estaría cumpliendo con la ley? De las declaraciones de Sabbatella y otros funcionarios del gobierno se infiere que sí. Fue el grupo Manzano-Vila el que marcó el camino cuando propuso un plan de adecuación muy parecido (aunque menos organizado) que el de Clarín. Manzano y Vila quieren repartir sus licencias entre ellos, hermanos, hijos y amigos. Si el Afsca decide que es válido para uno, entonces debería serlo para el otro.
Si el Afsca acepta la propuesta y el proceso avanza, ¿qué pasará con los "miniclarines"? Cada una de esas seis unidades –que según Afsca deben ser completamente independientes aunque nada les impediría asociarse, vender de manera conjunta algunos de sus productos (como hacen ahora Telefónica y DirecTV) o comprar de la misma forma algunos de sus insumos, etcétera)– podría seguir creciendo hasta los topes previstos en el artículo 45 de la ley. Es decir, podría ser más grande. No ya con una sola cabeza, sino con cuatro o seis.
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