Sebastián Basso: "El principal sospechoso del atentado contra la AMIA podría estar en el Líbano"
El fiscal que heredó la investigación de Nisman apunta contra Salman Salman, un ciudadano libanés acusado de haber sido el coordinador local de Hezbollah en el ataque contra la mutual judía
A 25 años del ataque contra la AMIA, la Justicia confía en tener al primer detenido acusado de poner la bomba: el fiscal federal Sebastián Basso trabaja por estas horas sobre Salman Salman, un libanés acusado de haber sido el coordinador local del grupo terrorista que voló el edificio de la mutual judía.
"Se lo está siguiendo; tenemos información de que podría estar en el Líbano y pedimos su detención con su nombre verdadero", dijo a LA NACION el fiscal Basso, quien señaló que la Unidad AMIA sigue trabajando para identificar al grupo que ingresó al país para colocar la bomba, mientras desclasifica montañas de documentos de la ex SIDE.
Basso asumió a comienzos de año en la Unidad AMIA, luego de que se alejaron Sabrina Namer y su grupo de fiscales, que ocuparon ese lugar tras la muerte de Alberto Nisman. Hoy Basso está al frente de unas 60 personas que trabajan en la investigación. Recibe a LA NACION en la oficina que ocupó Nisman, frente a la Plaza de Mayo, que hoy luce impersonal, casi despojada, a excepción de una bandera argentina.
Basso no quiere generar falsas expectativas y responde con prudencia. Relata que con sus colaboradores trabajan sobre el origen del explosivo y las fichas de Migraciones de todas las personas que entraron y salieron del país antes y después del 18 de julio de 1994. "Es difícil que realmente los podamos encontrar. No somos ingenuos: 25 años después, las expectativas siguen, pero reconocemos que con el paso del tiempo se han perdido pruebas", señala.
Sostiene que actuaron tres grupos: los operativos, comandados por Salman Salman, a quien la Justicia argentina conocía como Salman El Reda, con falso pasaporte colombiano; los encargados de recolección de información, que llegaron previamente al atentado, y el grupo de limpieza, que se encarga de que no queden rastros en las casas que usó el grupo operativo.
Basso afirma que Mohse Rabbani, exagregado cultural de la embajada de Irán, era el jefe local de la inteligencia iraní y que de la documentación desclasificada de la SIDE surge que los espías argentinos hacían contrainteligencia sobre los iraníes.
Salman Salman es libanés, se casó con una argentina, y su hermana era la secretaria privada de Rabbani, quien los casó. Salman Salman tiene pedido de captura internacional desde 2018 y las investigaciones permitieron establecer que entre el 1º y el 18 de julio a la mañana, antes del ataque, se comunicó con un celular a nombre de Andrés Marques en Foz de Iguazú. Ese celular, 55459751161, recibió una llamada desde la Argentina por primera vez el 1º de julio de 1994, desde el aeropuerto de Ezeiza, y dejó de operar con una última comunicación recibida desde Aeroparque, horas antes del atentado. La primera llamada es para avisar la entrada al país y la segunda, la salida, antes de la explosión, que quedó en manos del grupo de ataque. Las llamadas de Salman Salman a ese celular permiten mapear su recorrido por Buenos Aires en esos ocho días, siempre por la zona de Pasteur 633.
-¿Qué pudieron probar en 25 años?
-Que el edificio de la AMIA se derrumbó por una explosión y que murieron 85 personas. Tampoco hay dudas de que fue por un coche bomba, cargado con 300 o 400 kilos de explosivos con nitrato de amonio. Una Renault Trafic pasó meses antes por las manos de Carlos Telleldín. Para la fiscalía -y con las evidencias que tenemos- el autor es el brazo armado de Hezbollah. El coordinador de ese grupo era Salman Salman, un terrorista de origen libanés que estuvo en julio de 1994 en la Argentina coordinando el atentado. También está probado que el gobierno iraní tuvo participación. Dos de los acusados son iraníes de la embajada de Irán que estaban en la Argentina: Mohse Rabbani y Ahmad Asgari. Rabbani era secretario cultural y, como se ve en los documentos desclasificados, tenía vínculos con la inteligencia iraní y en la Argentina hacía contrainteligencia.
-¿Cuál fue el motivo del ataque?
-Uno de los motivos que Nisman pone en su dictamen es la suspensión de los contratos de transferencia nuclear. Pero estás hablando de terrorismo internacional, donde no hay un solo motivo concreto.
-¿Qué se conoce del modus operandi?
-Viendo cómo funcionaba Hezbollah, la fiscalía entiende que los terroristas se dividían en tres: la parte operativa (Salman Salman); un grupo de recolección de información, que llega previamente, y un grupo de limpieza, que pasa por las casas seguras y se lleva lo que queda.
-¿Se confirmó la identidad del chofer suicida como Ibrahim Hussein Berro?
-Es una hipótesis de los servicios de inteligencia. Eso Nisman lo sostiene en un dictamen, pero es una hipótesis de trabajo. Hay un suicida, claramente, pero puede ser que no hayan quedado restos de esa persona.
-¿Trabaja en la identificación de esta célula operativa y el explosivo?
-Es nitrato de amonio, que se consigue en el mercado porque se usa como fertilizante y hay toneladas. Hay que dilucidar cuál fue la partida de nitrato de amonio, dónde se alojó ese grupo operativo y quiénes les dieron cobertura en el país.
-¿Qué se sabe de eso?
-Tenemos pistas, hay domicilios identificados. Es difícil que realmente los podamos encontrar. No somos ingenuos, 25 años después, las expectativas siguen vigentes pero reconocemos que el paso del tiempo ha borrado y se perdieron pruebas.
-¿Dónde está Salman Salman?
-Se lo está siguiendo, tenemos información de que podría estar en el Líbano. Es un país políticamente muy peculiar. Además, pedimos su detención con su nombre verdadero.
-¿Se trabaja para saber qué otros actores intervinieron acá, más allá de Carlos Telleldín?
-El juicio a Telleldín que hoy está en curso es parte de la conexión local y hay que considerar que Rabbani operaba desde la embajada de Irán.
-¿Del material desclasificado, hay elementos vinculados a la bonaerense o a la Federal?
-Que había policías bonaerenses haciendo macanas, extorsiones y otros delitos surge en los archivos desclasificados, pero no es novedoso. Pero no hay vinculación con el ataque.
-¿Qué se mantiene en pie de lo que elaboró Nisman?
-Ya la gestión Nisman se dedicó a despejar prueba contaminada. Las capturas internacionales surgieron de dictámenes previos de Nisman. Ninguna de esas líneas se tiraron abajo. Los fiscales que seguimos después mantuvimos todos la misma línea de investigación.
-¿El juicio en ausencia puede ayudar al esclarecimiento?
-Como todavía no salió la ley, sería imprudente de mi parte decirlo.
-¿Qué efecto puede tener si se firma el decreto para declarar a Hezbollah grupo terrorista?
-A nivel judicial, nosotros miramos para el pasado y los políticos miran hacia el futuro. Hay que ver si sale y qué alcances tiene. Pero nosotros miramos un hecho de hace 25 años, una foto en sepia.
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