“Se lo tragó la tierra”: la desaparición de Jones Huala sigue sin respuestas en Chile
En febrero de este año, la justicia trasandina le perdió el rastro al activista mapuche, quien debía volver a la cárcel para cumplir su condena por incendio y porte ilegal de armas
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SANTIAGO, Chile.– El caso aún sonroja a exfuncionarios chilenos y desde la esfera judicial reconocen que el desenlace era más que “previsible”. A casi ocho meses de haber sido declarado como “prófugo” por el entonces gobierno de Sebastián Piñera, la situación de Facundo Jones Huala sigue sin resolverse y no hay pistas concretas sobre su paradero.
En febrero, y luego que la Corte Suprema le revocara la libertad condicional dispuesta por la Corte de Apelaciones de Temuco, el líder de la Resistencia Ancestral Mapuche (RAM) no se presentó ante la justicia chilena y esquivó su regreso al Centro de Cumplimiento Penitenciario de Temuco. En esa prisión, el activista mapuche debía cumplir con el total de su condena fijada hasta junio de 2024 por los delitos de incendio en propiedad y portación ilegal de armas, cometidos el 9 de enero de 2013 en el fundo Pisu Pisué, en la Región de Los Ríos.
“La verdad es que se lo tragó la tierra, nadie sabe nada de él”, reconoció a LA NACION un funcionario ligado al Poder Judicial chileno y que está al tanto de la situación de Jones Huala. “No hay indicios de dónde estará, pero lo más probable es que no se encuentre en el país hace meses y que haya cruzado la frontera [hacia la Argentina] en un paso no habilitado”, añadió la misma fuente, en una declaración que comparten desde el gobierno y la policía chilena, pero que se complejiza reconocer al menos públicamente.
Tras su desaparición del mapa durante el verano, las autoridades trasandinas intensificaron los controles en las fronteras y de algunos pasos clandestinos en la cordillera. Sin embargo, y con el correr de las semanas y los escasos resultados que lograron las pesquisas, el interés mediático sobre el caso se fue diluyendo. Pese a ello, la orden de detención que dictó en febrero el juez titular del Juzgado de Letras y Garantía de Río Bueno, Pablo Salas Donoso, sigue vigente.
“Se interrogó a familiares, a conocidos y otras personas que en su minuto integraron su círculo de confianza, pero o no tenían información real o el pacto de silencio fue muy bien respetado. Con el cambio de gobierno, en marzo, el caso ya dejó de ser prioritario y los esfuerzos se volcaron a la situación de violencia de la Macrozona Sur, que continúa bajo Estado de Excepción y cuya extensión se prorrogó por octava vez”, indicó un expersonero de la administración de Sebastián Piñera.
De igual modo, los rumores sobre la aparición del activista en Río Negro y la versión del presidente de la Junta Vecinal de Villa Mascardi, Diego Frutos, quien dijo haber visto a Jones Huala del otro lado del cerco de su propiedad, no han alterado los planes de las autoridades chilenas y la búsqueda sigue su curso, aunque se entiende que hoy la tarea resulta más compleja ante la ausencia de pistas determinantes. Desde la Policía de Investigaciones (PDI), precisamente, señalaron que Jones Huala “tiene una alerta de Interpol y se está trabajando en su búsqueda”. Mientras que desde la Subsecretaría del Interior se excusaron de entregar su versión para esta nota.
“Sin fronteras”
“La verdad es que desde que dejé de trabajar con él no tuve más contacto y perdí toda comunicación, pero sí entiendo que para cualquier gobierno, ya sea argentino o chileno, encontrar a Facundo va a ser un premio”, dijo a LA NACION Karina Riquelme, exabogada defensora del lonko y quien renunció en febrero al patrocinio de Jones Huala por expresa solicitud de él.
“Y será un premio porque ambos gobiernos sitúan al mapuche como un enemigo del Estado y eso ayuda a entender el por qué Facundo toma esta decisión de no seguir dialogando con estos estados que han sido represivos con el pueblo mapuche, que está presente en ambos territorios. Son esos mismos estados los que lo fragmentaron y tienen responsabilidad en esa ocupación. Facundo es alguien que se desplaza sin las fronteras que establecieron dichos estados y que tiene contacto en ambos lados de la cordillera, porque considera este territorio preexistente”, añadió la penalista.
Para Aucán Huilcamán, vocero del Consejo de Todas las Tierras, el caso de Jones Huala tiene que ver con una continuidad de la relación mapuche con Chile, “tanto del lado del territorio chileno como del lado argentino”.
“Yo desconozco el paradero de Jones Huala. No tengo ninguna información asociada a dónde está él ahora, pero el vínculo de la gente mapuche no se puede cortar, eso tiene que quedar claro porque son muchos los pueblos y una sola cultura”, señaló Huilcamán.
“Aquí los Estados han tenido el mismo comportamiento de ambos lados de la cordillera y hoy vemos cómo el mismo gobierno de Argentina hoy ha mostrado un claro doble estándar y es increíble el carácter represivo que se ha tomado y ha sido hasta más fuerte que el gobierno de Macri”, añadió el dirigente, en relación a la tensión generada por el desalojo de la comunidad Lafken Winkul Mapu en Villa Mascardi.
Un incordio para los gobiernos
Desde que el nombre de Jones Huala se hizo conocido en Chile por las investigaciones que lo vincularon con diversos atentados, su caso ha generado incomodidad en los respectivos gobiernos que han debido manejar su situación, en medio del aumento de la violencia en la Macrozona Sur, el epicentro del conflicto mapuche durante los últimos años.
Incluso, entre Chile y Argentina surgió una fricción diplomática después de la participación del embajador Rafael Bielsa en una audiencia de la Comisión de Libertad Condicional de Temuco y que solicitó la entonces defensa del referente mapuche.
Por otra parte, la confirmación de los vínculos de Jones Huala con la Coordinadora Arauco Malleco (CAM) y su líder Héctor Llaitul -quien hoy está detenido en el país por la Ley de Seguridad del Estado- también encendieron algunas alarmas en los organismos chilenos. Llaitul incluso lo visitó en la cárcel en septiembre de 2018 y lo calificó como “un preso político”.
“Si bien parte de las acciones de Jones Huala en Chile se desarrollan durante el gobierno anterior de Sebastián Piñera, sí o sí tendrá implicancias también para el presidente Gabriel Boric. Se trata de una de las primeras veces en que Chile exporta un conflicto y, por ende, lo que acá están en juego son dos de los principales problemas que ha tenido en el último tiempo el presidente Boric: la agenda de política exterior y la seguridad de la Macrozona sur”, señaló Mario Herrera, académico del Centro de Análisis Político de la Universidad de Talca.
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