Se espera un rápido fallo de la Corte que podría dilatar el inicio del juicio oral
La mayoría de la Corte se comprometió a dar celeridad al caso; podrían disponer un peritaje
Si hasta ahora la decisión de la Corte que impide iniciar el primer juicio por corrupción contra Cristina Kirchner desató la indignación del oficialismo, que considera que implica la consagración de la impunidad, todavía falta lo peor: lo que se apresta a dictar el máximo tribunal sobre los reclamos de la expresidenta.
La mayoría de la Corte, con la disidencia de su presidente, Carlos Rosenkrantz, pidió al tribunal que iba a juzgar a Cristina Kirchner desde el martes el expediente del caso. El tribunal oral se lo entregará hoy y formalizará la suspensión del inicio del juicio. En la práctica, sin expediente no hay juicio.
La Corte tomó esta sorpresiva decisión para analizar siete recursos de la defensa de Cristina Kirchner, Carlos Kirchner y Julio De Vido. En cuatro de esos recursos se quejan porque les rechazaron las pruebas que propusieron para defenderse, incluida la realización de un amplio peritaje sobre la obra pública para probar que no se favoreció a Lázaro Báez, sino que el reparto fue equitativo. Pero el rechazo de medidas de prueba no es apelable. A pesar de la paralización del juicio, la Corte debe ahora responder si acoge o no los planteos de Cristina Kirchner y los otros acusados.
Los jueces Ricardo Lorenzetti, Horacio Rosatti, Juan Carlos Maqueda y Elena Highton recibieron el impacto social de la decisión que tomaron y se comprometieron a dictar un fallo con celeridad. Si admiten los reclamos de la expresidenta, la sola realización de las medidas de prueba que propuso o aun la posibilidad de que el caso penal tramite junto con una demanda civil implicarían que el inicio del juicio se dilate mucho tiempo.
La decisión de la mayoría de la Corte fue sorpresiva e inédita. Recursos como estos se resuelven luego de la sentencia que es el fallo definitivo y no estos incidentes, que no son equiparables a sentencias definitivas. Y además muchas de las medidas declamadas pueden hacerse durante el juicio.
Cuando la Justicia se hunde en su desprestigio, la mayoría de la Corte entendió que resolver ahora los planteos evitaba posteriores nulidades que aumentarían el descrédito, como ya ocurrió con la condena contra Carlos Menem. Sin embargo, la reacción política y social fue la opuesta: si pretendían devolver la confianza en la Justicia, generaron lo contrario, pues la idea que subyace al pedir la causa y evitar el inicio del juicio oral es permitir que se legitime la impunidad.
Puertas adentro los jueces de la mayoría se dieron cuenta de la repercusión de su decisión, que llevó alivio a los jueces que debían iniciar el juicio y desató la indignación del fiscal Diego Luciani y las oficinas acusadoras del Gobierno.
El camino que terminó ayer con el pedido de la causa de Vialidad se inició la semana pasada. Desde hace meses los siete recursos de las defensas de De Vido, Carlos Kirchner y Cristina Kirchner están en el tribunal y empezaron a circular en fotocopias entre los jueces.
Pero la semana pasada empezaron a circular por las cinco vocalías de los jueces de la Corte los recursos originales con la idea de que cada uno opine si se debía pedir el expediente para analizar las quejas o si entendían que se trataba de asuntos que no implicaban una sentencia definitiva y debían rechazarse sin más trámite.
Llegó el asunto a la vocalía de Rosenkrantz, el último en entender en temas penales, y dijo que para él debían rechazarse. Los recursos siguieron su vuelta y anteayer, en el acuerdo, los jueces Maqueda, Rosatti y Lorenzetti decidieron pedir la causa para analizarlos en profundidad. En el lenguaje de tribunales, cuando la Corte pide el caso en asuntos como este, es raro que no sea para darle, aun en parte, la razón al que reclama. Highton estuvo hasta última hora pendulando en su decisión hasta que se plegó a la mayoría del tribunal.
En el juego de la Corte, la conformación de la mayoría de Rosatti, Lorenzetti y Maqueda le recortó poder a Rosenkrantz como presidente y lo dejó solo en su postura.
El Gobierno responsabiliza por esta operación de lobby sobre la mayoría de la Corte a Alberto Fernández, exjefe de Gabinete del kirchnerismo y artífice de la llegada de Highton a la Corte. Su presencia en la Corte no pasa inadvertida, porque, según cuentan en el tribunal, visita a los ministros que lo reciben interesándolos en los casos que afectan a Cristóbal López, beneficiado por el kirchnerismo, pero que ahora está preso con múltiples casos penales y hasta terminó con la quiebra de parte de su grupo económico por eludir impuestos millonarios.
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