Se cumplen 22 años de los asesinatos de los piqueteros Kosteki y Santillán
Agrupaciones de izquierda realizaron un acto en inmediaciones del Puente Pueyrredón, epicentro de la protesta en la que perdieron la vida los manifestantes, que reclamaban aumento de los planes, trabajo genuino y entrega de alimentos
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A 22 años de los asesinatos de los militantes piqueteros Maximiliano Kosteki y Darío Santillán, agrupaciones de izquierda los homenajearon con una movilización al Puente Pueyrredón, en Avellaneda. El saldo trágico de la protesta sacudió al gobierno de Eduardo Duhalde, que entregaría el poder 11 meses después a Néstor Kirchner, y al del por entonces gobernador de la provincia de Buenos Aires, Felipe Solá.
Santillán (21 años) y Kosteki (22 años) fueron asesinados por efectivos policiales durante una protesta que se desarrolló el 26 de junio de 2002, con inicio en la estación Avellaneda y en la Plaza Alsina, de la misma localidad. Desde esos puntos, los manifestantes se dirigieron al Puente Pueyrredón.
Por los asesinatos, en 2006 el Tribunal Oral en lo Criminal Nº7 de Lomas de Zamora, integrado por Elisa López Moyano, Roberto Lugones y Jorge Eduardo Roldán, condenó a prisión perpetua el comisario Alfredo Fanchiotti y el cabo Alejandro Acosta. En la Justicia, no avanzaron los expedientes que se abrieron para intentar determinar responsabilidades políticas en los hechos. Los policías Carlos Jesús Quevedo, Mario Héctor de la Fuente, y Félix Osvaldo Vega fueron condenados a cuatro años de prisión, por encubrimiento. Gastón Sierra, Lorenzo Colman y Francisco Celestino Robledo recibieron condenas en suspenso.
En la protesta del 26 de junio de 2002, militantes de agrupaciones como el Movimiento de Trabajadores Desocupados (MTD) reclamaban incrementos en el plan Jefes de Hogar, la creación de puestos de trabajo genuino y la entrega de alimentos para comedores.
Tras intentar subir al Puente Pueyrredón, los piqueteros se encontraron con un cordón policial. Los efectivos reprimieron y los manifestantes retrocedieron arrojando piedras. Los efectivos dispararon. En el predio del supermercado Carrefour, Kosteki fue alcanzado por un balazo y caminó hasta la estación Avellaneda para guarecerse. Aunque no lo conocía previamente, Santillán lo vio y se quedó con él. La policía llegó al lugar y, cuando Santillán se retiraba, le dispararon por la espalda. Las dos muertes generaron una crisis política que aceleró los tiempos para la salida del poder de Duhalde, que había asumido en enero de 2002 tras la renuncia el año anterior de Fernando de la Rúa y el paso fugaz por la presidencia de Ramón Puerta, Adolfo Rodríguez Saá y Eduardo Camaño.
Alberto Santillán, padre de Darío, cargó responsabilidades sobre Duhalde y Solá. “Los 365 días del año gritamos y exigimos justicia para los ideólogos políticos que llevaron adelante la Masacre de Avellaneda y que pagamos con la sangre de Darío y Maxi, más los 33 heridos de plomo. Hablo de Eduardo Duhalde, que sigue teniendo poder en el conurbano, y de Felipe Solá, que parece que no hubiese sido el gobernador de la provincia”, afirmó el padre del piquetero asesinado al medio Tramas. Indicó que siente bronca porque Solá “sigue estando en el poder”, y subrayó: “Él siempre ha manifestado que hay que hacerse el boludo. No únicamente él se hace el boludo, sino también la Justicia se hace la boluda y también casi todo el arco político”.
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