Se cumplen 14 años del asesinato de Mariano Ferreyra y el Partido Obrero lo recordó con un acto en Barracas
Se congregaron en la intersección de las calles Perdriel y Luján, donde el militante fue abatido el 20 de octubre de 2010; qué pasó ese día y cómo afectó al kirchnerismo
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LA NACION
El 20 de octubre de 2010, Mariano Ferreyra, un dirigente de la Federación Universitaria de Buenos Aires (FUBA) y militante del Partido Obrero (PO) de 23 años, fue asesinado por un grupo de gremialistas vinculados a la Unión Ferroviaria durante una manifestación que exigía el pase a planta permanente de trabajadores tercerizados de la Línea Roca. Esta mañana, sus excompañeros de militancia lo recordaron en un homenaje en Barracas, en el mismo lugar donde ocurrió el crimen.
Lo recordaron en redes sociales figuras de la política como la diputada nacional, Vanina Biasi y los dirigentes de izquierda Néstor Pitrola y Romina Del Plá. “El mejor homenaje es extender y apoyar la lucha de las y los estudiantes en defensa de la Universidad Pública!”, escribió Del Plá en X, en plena ebullición estudiantil tras el veto de Javier Milei a la ley de presupuesto universitario.
El crimen de Ferreyra sacudió al gobierno kirchnerista, que tenía sintonía con el líder de la Unión Ferroviaria, José Pedraza. El PO denunció tanto al exsecretario de la Unión Ferroviaria y a la cúpula sindical, como también al Gobierno, al que responsabilizó por la actuación de la Policía Federal, que junto a la Policía Bonaerense impidió que los tercerizados cortaran las vías del tren y facilitó el ataque y la posterior huida de la patota que emboscó a los manifestantes.
En la mañana del 20 de octubre de 2010, los militantes y exempleados tercerizados del Ferrocarril Roca se habían replegado a la Capital tras intentar cortar las vías de tren de la estación Avellaneda, del otro lado del Riachuelo, en reclamo por trabajo.
Una semana después del asesinato de Ferreyra fallecía en El Calafate Néstor Kirchner, un hecho que marcó el final del primer gobierno de su mujer y modificó la arquitectura de poder del peronismo. El propio kirchnerismo trazaría una unión entre ambos hechos. “La bala que mató a Mariano Ferreyra rozó el corazón de mi padre”, metaforizó Máximo Kirchner, en un intento por redefinir simbólicamente un escenario que hasta entonces no ubicaba a la Casa Rosada del lado de las víctimas, sino como aliado de los victimarios. Necesitaba reconfigurar el asesinato, que chocaba de plano contra su discurso y contra las convicciones de buena parte de sus adeptos y referentes.
La muerte de Néstor Kirchner cambió el eje de la agenda pública, pero la presión permanente de la izquierda y los gremios combativos, respaldados por referentes de la cultura y los derechos humanos -e incluso dirigentes del kirchnerismo y La Cámpora-, mantuvieron vivo el reclamo de Justicia.
En 2011 y bajo el luto, la actual candidata a presidir el Partido Justicialista conseguió la reelección con el 54% de los votos.
Un año después, Pedraza fue encontrado culpable del crimen de Ferreyra. El Tribunal Oral Criminal 21 de la Capital Federal lo condenó a 15 años de prisión por ser uno de los instigadores del asesinato, al igual que otros dirigentes ferroviarios como Juan Carlos Fernández. En tanto, Cristian Daniel Favale y Gabriel Sánchez, también parte de gremio, les cayó una condena de 18 años por ser autores materiales del asesinato.
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