¿Se consolidará la actual recuperación de la economía de EE.UU.?
Debido básicamente a los impactos negativos de la pandemia del Covid-19, Estados Unidos sufrió el año pasado una caída anual de su PBI del orden del 3,0%. Siendo su economía la primera a nivel mundial, resulta de sumo interés analizar cómo evolucionaría la misma en el corto y mediano plazo. ¿Se consolidará la recuperación que se venía observando hacia finales del año pasado o, por el contrario, se caerá en una nueva recesión? Para responder esta crucial cuestión, se analizarán en esta breve nota las políticas sanitarias, monetarias y fiscales que están encarando las nuevas autoridades.
Respecto a la primera, es clara su importancia ya que los niveles de actividad dependerán en gran medida de la evolución de la pandemia. En efecto, de no lograrse su reducción a niveles compatibles con "volver a la normalidad", nuevos y severos confinamientos afectarían seriamente a la economía.
A estos efectos, la administración del presidente Biden ha iniciado un programa de vacunación masiva, el cual se propone inocular a no menos de 1,5 millones de personas por día; con un objetivo de lograr inocular a la totalidad de su población hacia el final del verano boreal. Una adecuada logística y un stock más que suficiente de vacunas, permiten estimar que es altamente probable que la meta fijada sea cumplida.
Sin embargo, sólo evitar un nuevo confinamiento no sería suficiente para consolidar la recuperación; en efecto, para ello es imprescindible acompañar las medidas sanitarias con adecuadas políticas monetarias y fiscales de estímulo.
En lo que hace a las políticas monetarias, la autoridad correspondiente (Reserva Federal) se halla firmemente comprometida a sostener la actual e incipiente recuperación. A estos efectos, desde el inicio mismo de la pandemia, ha llevado su tasa de interés al mínimo rango histórico de 0,0%/0,25% y continúa inyectando liquidez por un monto de 120 mil millones de dólares mensuales (casi un 2% de su base monetaria).
Más aún, a través de numerosos documentos y conferencias, la entidad monetaria se ha comprometido a mantener su actual y agresiva política de estímulo "por todo el tiempo que sea necesario" para cumplir con su mandato de máximo empleo con estabilidad de precios.
En relación la política fiscal, la actual Secretaria del Tesoro -Janet Yellen- en reiteradas oportunidades ha declarado que, si la nueva administración no se mueve rápidamente para incrementar el gasto público, los EE. UU. afrontarían el riesgo de una "prolongada recesión" (sic).
En concordancia con esta definición, declaró que apoya decididamente el nuevo paquete de estímulo fiscal propuesto por el presidente Biden de 1,9 billones de dólares (equivalentes a casi cinco PBI de nuestro país) destinados, entre otras asignaciones, a ayuda económica a los estados; extensión de los subsidios por desempleo; prórroga de impuestos personales y financiamiento de las políticas sanitarias.
Asimismo, se comprometió a que -en una próxima etapa- propondría otro multimillonario plan fiscal de recuperación que volcaría fondos en infraestructura, energía limpia, salud y educación. Queda claro, entonces que, en concordancia con el Presidente Biden y la autoridad monetaria, la prioridad de la Secretaría del Tesoro es impulsar la actividad económico, pero siempre sin descuidar las posibles presiones inflacionarias.
En síntesis, la actual administración está fuertemente comprometida a evitar una nueva recesión y, para ello, sus autoridades están dispuestas a implementar, en forma coordinada y por el tiempo que fuera necesario, las políticas sanitarias, monetarias y fiscales que se han detallado en los párrafos anteriores.
A este respecto, las proyecciones actuales del consenso para 2021 son las siguientes: crecimiento del PBI 5.0%/6.0%; desempleo 5.0/5,5%%; inflación no más del 2,25 anual y tasa de referencia de 0,0% /0,25% sin modificarla, por lo menos, hasta mediados de 2023. Para 2002, de mantenerse las condiciones actuales, el crecimiento estimado se halla dentro del rango del 2,5%/3.0%. Si esto se cumpliera, la recesión 2020 habría quedado atrás.
Una reflexión final. Las tres políticas analizadas son individualmente necesarias pero, solamente, se convertirían en "necesarias y suficientes" si se implementaran en forma conjunta y con gran apoyo político. Nuestras autoridades debieran tomar debida nota de este condicionamiento.
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