Se consolida el pesimismo social después de las elecciones y tras las subas de impuestos y la reelección de intendentes
La mayoría de la sociedad argentina cree que la situación del país empeorará en 2022, según se desprende de los sondeos de opinión realizados por las principales consultoras del país
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Tras un año electoral atípico, en el que se registró el mayor nivel de abstención desde el regreso de la democracia, el 2021 finalizó en medio de un clima de profundo pesimismo en el humor social de los argentinos. La afirmación se desprende del resultado de los sondeos de opinión realizados por las principales consultoras del país durante el pasado mes de diciembre. Con la inflación y la corrupción como principales preocupaciones, los distintos estudios arrojan la apreciación generalizada de que la política sigue girando sobre su propio eje sin atender los problemas concretos de la ciudadanía.
Según indica el último sondeo realizado por Synopsis al que tuvo acceso LA NACION, el 64% de los encuestados consideró que el país estará peor en el futuro. Un dato que, llevado al plano de la situación personal, mejora relativamente: se reduce al 45%. “Aunque en los últimos dos meses ha habido una ligera recuperación, lo que se destaca del clima de opinión es el pesimismo”, señala el director de la consultora, Lucas Romero, quien a su vez aclara que son datos que no incluyen el rebrote de Covid-19 registrado en las últimas semanas. “Suponemos que el hecho de que la pandemia se haya retirado bastante de la escena contribuyó a eso, sobre todo en las expectativas personales”, agrega.
“La gente siente que está peor que en el 2020, siendo que hace un año ya estaba muy mal. Hay que tener en cuenta que la perspectiva hacia adelante siempre es mejor que la mirada retrospectiva, ya que las personas conservan relativa expectativa de cara al futuro”, indica, por su parte, Mariel Fornoni de la consultora Management & Fit, de cuyo estudio realizado después de las elecciones legislativas del 14 de noviembre se desprende que solo el 23,1% de los argentinos cree que la situación del país mejorará en los próximos meses.
También coinciden con esa tendencia negativa los datos expresados en los últimos trabajos de Isonomía y Opinaia. Ambas consultoras resaltan el fuerte pesimismo social en relación tanto al balance del año que pasó como a la perspectiva de cara a 2022. Mientras que en el primero de los trabajos el 47% de los consultados indicó que cree que el país dentro de un año va a estar peor, del sondeo realizado por la consultora que dirige Juan Mayol se desprende que, en sintonía con el balance desfavorable, al momento de definir el año con una palabra, las sensaciones negativas superan ampliamente a las positivas: “incertidumbre”, “decepción” y “tristeza” fueron las más elegidas. También remarcó que el 80 % de la población calificaba entre “mala” y “muy mala” su balance del 2021 para la Argentina.
Algunas consideraciones interesantes se pueden encontrar en el estudio más reciente de Zuban Córdoba y Asociados. De ese sondeo, que se realizó entre el 17 y el 21 de diciembre y que abarcó un universo de 2100 casos, se desglosa pormenorizadamente la consideración social respecto a distintos temas de agenda. En ese sentido, por ejemplo, el 60% de los consultados indicó que está “muy insatisfecho” con el sistema impositivo del país, un porcentaje casi idéntico al que dijo estar “totalmente en desacuerdo” con que lo recaudado por el Estado esté “bien invertido” (61,5%). Mientras que, ante la consulta acerca del nivel de acuerdo con la frase “los intendentes deben ser reelectos de manera indefinida”, el 77,5% reconoció estar “totalmente en desacuerdo” con ella.
En esa línea, Federico Aurelio, otro de los especialistas consultados por LA NACION, remarcó que “predominan las valoraciones negativas en todas las cuestiones, respecto tanto de la situación del en general país, como de la situación económica”. Sin embargo, el consultor aclara que esa valoración negativa general es mayor que la valoración negativa de la gestión de gobierno en particular. “Ese fenómeno se da, en primer lugar, porque en el pesimismo de la situación económica coinciden tanto los votantes opositores como los votantes del oficialismo y, en segundo lugar, porque no todos consideran que el único responsable de la situación actual sea el Gobierno”, precisa Aurelio.
Es que, según indican sus sondeos, entre abril y julio la valoración de la gestión del Frente de Todos estaba prácticamente equilibrada, mientras que en la actualidad cuenta con un saldo negativo de 10 puntos. “Si bien hubo un deterioro muy importante de la valoración del Gobierno con la elección primaria, en la elección general se registró una recuperación, pero, de todas formas, los números actuales son peores que los del momento preelectoral”, agrega el especialista.
Las últimas semanas del 2021 dejaron muchas señales de desconexión entre las demandas sociales expresadas en las urnas y las respuestas de la dirigencia política. Allí se situaron el fracaso del oficialismo para aprobar el presupuesto, el fallido de la oposición para frenar la suba de Bienes Personales porque había tres diputados ausentes, la polémica sesión por el mismo tema en el Senado, con una legisladora riojana facilitando el quórum en contra de Juntos por el Cambio y la mencionada aprobación de la re-reelección de los intendentes en la Legislatura bonaerense, con cruces de acusaciones especialmente en la oposición.
En ese sentido, respecto a la actuación poselectoral de Juntos por el Cambio, los distintos consultores advierten acerca de la creciente desilusión que se podría generar en gran parte de la sociedad debido a la falta de un horizonte estratégico claro por parte del espacio político triunfante en los últimos comicios legislativos.
“Ahora estamos en una época especial por el período de fiestas y las vacaciones, pero creo que se va a empezar a ver una desilusión de parte de quienes pusieron expectativas en que el resultado electoral iba a permitir frenar al kirchnerismo y que ahora, por un motivo o por otro, notan que eso no ha ocurrido”, sostiene Fornoni.
Para Romero, en tanto, uno de los problemas principales de Juntos por el Cambio es que “hay en la discusión pública un reclamo para que exista una sola oposición, cuando en la práctica es muy difícil que eso ocurra”. Y que esa demanda, a su vez, está cruzada por las dificultades que tiene la coalición opositora para lograr definir un liderazgo. “Al no haber una conducción centralizada que permita definir una estrategia a seguir, se dan situaciones como las que hemos visto en estas últimas semanas”, sintetiza el director de la consultora Synopsis.
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