
Se agrava la crisis del PJ: decidió renunciar el jefe del partido
Eduardo Fellner se lo anticipó anoche a un ministro; Kirchner llamaría a otro congreso
El Presidente no está dispuesto a retroceder en su ofensiva contra un sector del justicialismo, según confió un hombre de su máxima confianza, por lo cual el peronismo quedó ayer a un paso de la fractura. En las próximas horas el jefe del partido, el gobernador de Jujuy, Eduardo Fellner, hará oficial su decisión de dejar el cargo, lo que le anticipó anoche a un ministro cercano a Kirchner para que se lo transmitiera al Presidente.
Fellner, además, habría adelantado su decisión a más de un gobernador del PJ. Así, en las próximas horas el partido quedaría acéfalo.
El ex presidente Eduardo Duhalde intentaba anoche, en principio sin éxito, que la crisis no se agravara más. Kirchner confió ayer a uno de sus ministros que apenas el partido se quede sin su flamante jefe, elegido hace cuatro días en el escandaloso congreso de Parque Norte, convocará a un nuevo congreso. Si esto no es posible, dado el agravamiento de la crisis, Kirchner está dispuesto a que se intervenga el partido, según informó ayer a LA NACION un ministro.
Después de la intervención vendrían las elecciones internas para designar nuevas autoridades. Anoche, el hombre de confianza del Presidente advirtió: "Quiero ver, si vamos a internas, quiénes son los que se atreven a hacer una lista contra la de Kirchner". Con esta frase fijó la postura del Presidente, quien, a pesar de que ha dicho que le importa poco el partido y que va a gobernar con los gobernadores o sin ellos, no está dispuesto a dejarlo en manos del sector que confronta con él, dicen a su lado.
Dos de los gobernadores peronistas con mayor peso territorial -José Manuel de la Sota (Córdoba) y Jorge Obeid (Santa Fe)- anunciaron ayer que no harán caso a la presión presidencial para renunciar a sus cargos partidarios. Con esa decisión encabezaron la resistencia a la arriesgada jugada presidencial.
En lo más alto del poder esperaban la resistencia de De la Sota, pero no la de Obeid. "Hay un malestar creciente y una división plasmada", admitió anoche a LA NACION el jefe de Gabinete, Alberto Fernández.
De la Sota, que en los últimas días se convirtió, según el entorno presidencial, en el rival de Kirchner, dijo que eran "incomprensibles" las renuncias a cargos partidarios del PJ que presentaron algunos gobernadores y advirtió: "Son los que armaron esta conducción quienes tienen que resolver el tema". Obeid, por medio de un vocero, dijo que se mantendrá en la vicepresidencia del partido porque no tiene motivos para renunciar.
Juan Carlos Romero (Salta) prefirió recluirse en el interior de la provincia para evitar sentar su posición. Sus allegados dicen que está más cerca de alinearse con el Presidente que de mantener su cargo partidario.
Kirchner se enteró anoche de que sería inminente la renuncia de Fellner. Uno de los gobernadores que hablaron con Fellner anticipó que en las próximas horas habrá más renuncias: éstas serían las de los gobernadores Gildo Insfrán (Formosa) y José Luis Gioja (San Juan).
Romero y varios dirigentes del PJ y funcionarios del Gobierno apagaron sus teléfonos ante la crítica situación.
El comienzo
Por la presión de Kirchner, anteayer habían renunciado a sus cargos los gobernadores Felipe Solá (Buenos Aires), José Alperovich (Tucumán) y Eduardo Dolantini (vicegobernador de Corrientes).
Jorge Busti enviará hoy una carta al todavía jefe del partido, el gobernador de Jujuy, Eduardo Fellner,con su dimisión. El día del congreso en Parque Norte lo hicieron Sergio Acevedo (Santa Cruz) y Mario Das Neves (Chubut), que fue quien por orden de Kirchner pasó el mensaje de que el Presidente iba a desconocer a la nueva conducción y con eso presionar para que todos renunciaran.
Eduardo Duhalde, que por estos días dijo a LA NACION que no iba a hablar más de política y quería sólo dedicarse a su trabajo en el Mercosur, comenzó a armar un posible acuerdo para mantener la "institucionalidad".
Su esposa, la diputada Hilda Duhalde, que mantuvo un severo cruce con la senadora Cristina Kirchner, no está dispuesta a dejar su cargo, con lo que a Duhalde se le volvió más compleja la estrategia de buscar acuerdo alguno.
El Presidente ayer se quedó en la residencia de Olivos y sólo mantuvo contactos telefónicos con algunos de sus funcionarios. No hizo ninguna reunión en Olivos, según dijo a LA NACION el jefe de Gabinete. Kirchner sigue furioso con lo que pasó en el congreso de Parque Norte.
En su entorno están convencidos de que De la Sota, aliado con el ex senador y sindicalista Luis Barrionuevo "usaron" (esa palabra utilizan) el congreso para pararse como opositores al Gobierno.
Kirchner ya trabaja en la realidad de un peronismo fracturado o, al menos, como dijo ayer, con un peronismo que definió quiénes apoyan al Gobierno y quiénes no. Lo que estaba pensado como trámite legal, como era la convocatoria al congreso, terminó convirtiéndose en una seria complicación para el Presidente.
En las últimas horas, en el entorno de Kirchner se admitió que habían sido "desafortunadas" las expresiones de la senadora Cristina Fernández cuando denunció "a las dirigentes portadoras de apellidos".
Sin embargo, sostienen las fuentes que igual el congreso iba a terminar mal. La duda hoy entre los kirchneristas que están al lado del Presidente es por qué los duhaldistas no hicieron nada para frenar los silbidos a Cristina Kirchner y a Acevedo.
El impacto que tendrá en el Congreso la división en el PJ no es preocupación para Kirchner, aunque debe sancionar dos leyes clave, como son la coparticipación federal y la reforma tributaria.
Sin embargo, deberá concertar alianzas si es que los legisladores de Córdoba y Santa Fe deciden seguir a sus gobernadores.
El ministro del Interior, Aníbal Fernández, dijo ayer a LA NACION que la situación era "muy complicada", pero que el conflicto ya estaba definido y que no había vuelta atrás. Al mediodía había hablado con Duhalde, que le transmitió la necesidad de acordar una salida para mantener la institucionalidad y no poner en riesgo al Gobierno.
Duhalde viene hace tiempo recibiendo quejas de gobernadores y legisladores por el estilo de gobierno del Presidente y no comparte varias de sus políticas. Pero como sabe cómo es el poder, mira las encuestas en favor de Kirchner y sabe que no es el momento de quebrar su alianza de poder con el Presidente.
Fernández habló con Kirchner y se encontró con un hombre que mantiene su posición intransigente. Está dispuesto a gobernar en la situación interna más compleja y menos inesperada: la fractura del PJ.
"Aprieta y reprime"
- SAN FERNANDO DEL VALLE DE CATAMARCA (DyN).- El titular del peronismo local, Luis Barrionuevo, aseguró que no tiene ningún contacto con el presidente Néstor Kirchner y consideró que la actitud de la senadora Cristina Fernández en el Congreso del PJ fue la misma que tiene en el Senado, donde "aprieta y reprime" a los legisladores. "Se imagina que si no recibe a los gobernadores no creo que me reciba a mí", afirmó el ex senador sobre el jefe del Estado en una entrevista concedida al diario La Unión. No obstante, aseguró que "el peronismo de Catamarca debe acompañar al presidente de la Nación".
Las posiciones, uno por uno
Eduardo Fellner
- El gobernador de Jujuy y presidente del PJ ya tomó la decisión de renunciar a su cargo partidario, según anunció ayer a un ministro cercano a Kirchner
José Manuel de la Sota
- El gobernador de Córdoba buscó ayer descomprimir su enfrentamiento con el Presidente y dijo que se equivocan los que lo quieren demonizar
Jorge Obeid
- El gobernador de Santa Fe hizo saber, por medio de sus voceros, que no renunciará a su cargo partidario porque no tiene razones para hacerlo
José Luis Gioja
- El gobernador de San Juan renunciaría a la conducción partidaria, aunque todavía no oficializó su decisión, a la espera de que lo haga Fellner.
Juan Carlos Romero
- El gobernador de Salta prefirió ayer no sentar su posición, aunque sus allegados consideran que está más cerca de alinearse con el Presidente.
Gildo Insfrán
- El gobernador de Formosa estaría también a punto de dejar su cargo en el partido, según les hizo saber ayer a dos colegas de provincias norteñas.
La respuesta de De la Sota
- Sin ruptura: "No hay fractura; no creo que el Presidente la busque, ni que el partido la quiera."
- Demonizado: "Si alguien pretende convertirme en opositor, demonizarme o hacerme el malo de la película, se equivoca."
- Contra las renuncias: "Son incomprensibles (las renuncias a cargos partidarios de otros gobernadores). Yo no me metí en el armado de esta conducción y creo que quienes la armaron tienen que resolver el tema."
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