Se agiganta el escándalo del espionaje ilegal con el hallazgo de documentos sobre la muerte de Nisman
Los tenía el expolicía Ariel Zanchetta en su computadora, junto a una “ficha” de la exfiscal Fein; hay nexos entre espías de la AFI a los que reportaba y los que declararon por haber realizado inusuales llamadas el fin de semana que murió el fiscal
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El escándalo en torno a la megamaniobra de espionaje sobre políticos, jueces, periodistas y famosos que dejó al descubierto la detención del expolicía Ariel Zanchetta, se agigantó este martes cuando se supo que entre los documentos del agente inorgánico de la AFI había información sobre la muerte del fiscal Alberto Nisman.
Asimismo los nombres de los espías a los que supuestamente reportaba Zanchetta en la AFI coinciden con los que fueron interrogados por el fiscal Eduardo Taiano, que investiga la muerte de Nisman, como los protagonistas de inusuales llamadas telefónicas realizadas el fin de semana en que se produjo la muerte del fiscal.
Por ahora se analizaron solo una computadora y un celular, pero restan analizar otros 15 dispositivos. Y al ser allanado Fabián “Conu” Rodríguez, vocero de La Cámpora, expresidente de Télam y actual directivo de la AFIP, se le secuestró una Notebook en su despacho, pero en su casa fueron retenidos 19 pendrives, 13 notebooks, 9 teléfonos celulares y otros dispositivos. Esa información será analizada y puede dar mas pistas sobre otras tareas realizadas por este espía para el funcionario camporista, a quien reportaba.
Según dijeron a LA NACION fuentes judiciales, en la computadora Toshiba secuestrada a Zanchetta se encontraron 12 páginas con evidencias sobre la causa en la que se investiga la muerte del exfiscal de la AMIA Nisman, que apareció con un tiro en la cabeza el 18 de enero de 2015 en su departamento de Puerto Madero. La Justicia estableció que se trató de un asesinato, que es investigado por el juez Julián Ercolini y el fiscal Taiano.
Otro de los nexos entre la causa por la muerte de Nisman y la computadora de Zanchetta es la exfiscal Viviana Fein, que investigó el hallazgo del cuerpo del fiscal. En la computadora se encontró un chat de Telegram de Zanchetta con una cuenta identificada como “Deleted Account”, donde este usuario le pide que revise unas “fichas” si están disponibles. Una de ellas se refiere a la exfiscal Fein. Y las otras dos al fallecido juez Norberto Oyarbide y al juez federal de Esquel Sebastián Otranto, que investigó la muerte de Santiago Maldonado.
Otro punto en común con la investigación del fiscal Taiano es la vigilancia sobre Fein. Es que Taiano tiene evidencias de que agentes de la AFI estaban controlando la fiscalía de Fein. Dos exagentes de la AFI declararon bajo juramento ante la Justicia que lo hacían cuando investigaba la muerte de Nisman para saber quiénes entraban o salían del edificio, con el objetivo de saber si se presentaría el exjefe de contrainteligencia Antonio “Jaime” Stiuso, con quien Cristina Kirchner estaba fuertemente enfrentada desde 2013.
Estos dos agentes que declararon ante Taiano integraban el grupo de la AFI que respondía órdenes de Fernando Pocino, otro jefe del espionaje local, que estaba enfrentado con Stiuso. En la época en que ocurrieron estas tareas de vigilancia sobre la fiscalía de Fein, la AFI estaba comandada por Oscar Parrilli, actual senador e incondicional de Cristina Kirchner.
Fuentes del kirchnerismo negaron a LA NACION que hubiera habido una instrucción para hacer espionaje sobre Fein, aunque reconocieron que era público que en ese momento estaban tratando de dar con el paradero de Stiuso. Incluso Parrilli, recordaron, pidió que se librara una circular azul de Interpol para poder conseguir información sobre el paradero del exjefe operativo de la AFI.
Stiuso había colaborado con Nisman en la investigación del atentado contra la AMIA, pero se distanció de la política de inteligencia de Cristina Kirchner desde 2013 y decidió dejar el país luego de la muerte del fiscal. Regresó a la Argentina en febrero de 2016.
Una de las pistas que sigue Taiano es que la muerte del entonces fiscal de la causa AMIA puede estar relacionada con una guerra interna de los servicios de inteligencia y detectó que un grupo de agentes que respondían a Pocino protagonizaron inusuales cruces de llamadas telefónicas el fin de semana de la muerte de Nisman, antes de que se conociera el deceso.
Entre ellos se encuentra Pocino y Diego Raitano, su hombre de confianza. “El nexo entre Pocino y Zanchetta era Raitano, exchofer y secretario de Pocino y su hombre de máxima confianza, hoy asignado como agregado diplomático de la AFI en la Embajada argentina de Chile”, dijo a LA NACION una fuente con acceso al expediente. Esas fuentes explicaron que surge de la causas que “Zancheta recibía directivas de a quién operar y es muy sugestivo los ataques que había a Aníbal Fernández, adversario de Pocino y también de La Cámpora”.
Zanchetta, en el currículum que está en su computadora, enumera sus habilidades como espía, sus vínculos con otros policías que trabajan para la AFI y menciona a Raitano, Pocino y a César Milani: “Desde mediados del 2010 se armo un equipo de tareas se integraba con subcrio Ariel Difilippo; Pereyra, Joaquín; Raitano, Diego; por parte de Pocino y Milani, Gerardo [SIC]”. El nombre completo del extitular del Ejército durante el gobierno de Cristina Kirchner es César Santos Gerardo del Corazón de Jesús Milani.
Esos documentos sobre la muerte de Nisman fueron compartidos por el fiscal Gerardo Pollicita con su colega Taiano. Los funcionarios de ambas fiscalías trabajarán en el análisis de esa documentación para determinar si arroja alguna nueva pista en la causa por la muerte de Nisman. Por lo pronto, Taiano le sigue tomando declaración a espías para saber si conocían sobre el crimen del fiscal.
Ya declararon los dos principales responsables de la AFI en la época en que Zanchetta oficiaba de agente inorgánico. Eran Héctor Icazuriaga y Francisco Larcher, que fueron los jefes de la inteligencia entre 2003 y 2014, hasta que Cristina Kirchner los echó. Ambos dijeron bajo juramento ante el fiscal que los agentes inorgánicos no existían en la AFI, según señalaron a LA NACION fuentes judiciales.
Zanchetta se define a sí mismo como agente inorgánico, aunque al parecer existiría en la agencia de inteligencia un legajo con su nombre. En su computadora marca Toshiba aparecen decenas de mails donde recibe pedidos de tres agentes de la AFI, cuyos nombres fueron preservados en el dictamen del fiscal Pollicita, donde le encargan que haga inteligencia sobre diferentes “blancos”.
Los agentes de inteligencia le piden a Zanchetta informes patrimoniales, que “camine” a alguien o que descubra “especialmente todo lo malo que hizo en su vida” el objetivo. En otro mail, le indican que les haga “pelo y barba” a sus “blancos”, en alusión al nivel detalle que se pretendía de la búsqueda.
Zanchetta ofreció información al diputado kirchnerista y exintegrante de la AFI Rodolfo Tailhade y al vocero de La Cámpora y funcionario de la AFIP Fabián “Conu” Rodríguez. En una conversación de 2022, Zanchetta le remitió al usuario “Rodolfo Tailhade Diputado” un archivo denominado “INFORME HISTÓRICO CAUSAS CARRIO” y un “… link donde está completo el chat de jueces y fiscales” que viajaron a Lago Escondido. Le dijo que esta última información se la había pasado el jefe de inteligencia de la Policía de Seguridad Aeroportuaria de Bariloche, donde aterrizaron en un avión privado los jueces y fiscales.
En las cercanías de Tailhade dicen que los chats ya eran públicos cuando se los ofreció Zanchetta. En otro intercambio, Zanchetta le ofrece un informe sobre el senador Luis Juez, a lo que Taihlade le dice que le mandaría un “mail seguro” para que se lo envíe y lo trata de “compañero”. En el entorno del diputado señalan que nunca se envió ningún informe.
En septiembre de 2022, Conu Rodríguez, por su parte, le pidió a Zanchetta información sobre la ministra de Desarrollo Social, Victoria Tolosa Paz. En particular, sobre las propiedades de la funcionaria cercana a Alberto Fernández y su casona en el country Grand Bell. Por esas tareas, Zanchetta cobró pauta de la provincia de Buenos Aires, gestionada por el camporista Rodríguez.
En los contactos de Zancheta se encontraban funcionarios de AFIP, policías y periodistas, entre ellos Gustavo Silvestre, de C5N, y otro identificado como “periodista Tomás”.
Cuando la ex-SIDE funcionaba bajo el dominio de Stiuso, nadie se atrevía a sacar los pies del plato. Todo se hacía bajo el paraguas y el conocimiento del hombre fuerte del organismo. Existían las internas, pero nadie jugaba por fuera, sin que Stiuso lo supiera. Como los gobiernos anteriores, el kirchnerismo se benefició de ese esquema.
Cristina Kirchner echó a Stiuso tras la muerte de Nisman y Parrilli que quedó a cargo de la AFI. Ese estallido pareció liberar la “mano de obra” de la agencia de inteligencia, que continuó atendiendo las demandas del poder de turno y no desaprovechó los requerimientos del sector privado. Pese a sus discursos de renovación, las gestiones de Mauricio Macri y Alberto Fernández no alteraron esa naturaleza.
El mismo modus operandi de Zanchetta quedó expuesto en la causa de espionaje que arrancó en Lomas de Zamora, con policías de la ciudad que durante la gestión de Macri actuaban como agentes freelance vendiendo información o caminando gente a pedido de funcionarios de la AFI o de clientes particulares. Había periodistas, políticos, gremialistas, religiosos, todos investigados. “Cuando las estructuras colapsan, cada uno sale a hacer negocios propios”, recuerda un juez federal con conocimientos sobre el tema. Pero solo caen presos cuando se quedan sin cobertura del poder político o del Poder Judicial.
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