Scioli y Massa salen por las provincias a captar el apoyo del PJ opositor
Se disputan los mismos aliados; ayer, el gobernador estuvo con De la Sota; el líder del FR visitó a Rodríguez Saá
Distinto destino, el mismo propósito. En el cada vez más intenso peregrinaje por el interior, Daniel Scioli y Sergio Massa , rivales en el camino hacia 2015, compartieron ayer un objetivo: arrimar a peronistas enfrentados con la Casa Rosada y distanciados del partido.
Después de la consagración de la nueva cúpula del PJ , en un acto el viernes pasado en Parque Norte, quedó expuesto que, pese al intento de gobernadores y dirigentes, hay tres caciques que se mantienen "neutrales" en la disputa presidencial. En esa categoría están José Manuel de la Sota (Córdoba), que administra la segunda provincia en relevancia electoral; Daniel Peralta (Santa Cruz), cuna del kirchnerismo, y Claudio Poggi (San Luis), tierra históricamente esquiva al poder central.
Se trata de una porción del universo peronista que, sin haber sellado alianzas públicas en la previa de la campaña, navega a dos aguas y aprovecha el tironeo. La sigilosa pelea por apoyos alumbró, en pocas horas, dos fotos: al mediodía, Scioli se vio con De la Sota, y a la tarde Massa se abrazó con el senador puntano Adolfo Rodríguez Saá , verdadero jefe político del distrito junto a su hermano Alberto.
El reencuentro a solas entre el ex motonauta y el cordobés duró poco -no llegó a la media hora- y se dio en el Centro Cívico, en un marco institucional, según dijeron a la nacion allegados de ambos mandatarios. No era la mejor antesala: De la Sota había calificado de "PJ vegetativo" el congreso partidario del viernes pasado del que Scioli formó parte.
La dupla dio una conferencia de prensa en la que apeló a la "amistad", relanzaron créditos al consumo y hablaron de convenios bilaterales. Sin más, el bonaerense siguió su ruta con un almuerzo en la Fundación Mediterránea y una visita al intendente de Villa María, Eduardo Acastello, un referente kirchnerista que fue premiado con un cargo en la nueva composición del peronismo. Y mantiene, a la vez, una vieja inquina con su gobernador.
En la Fundación Mediterránea, ante más de 500 hombres de negocios y la presencia sorpresiva del ex tenista David Nalbandian, Scioli disertó sobre federalismo fiscal. El deportista llegó por el presidente del Grupo Bapro, Santiago Montoya, un cordobés que ayer jugó de local. "Juntamos más empresarios que Macri y Massa, que estuvieron antes", dijeron en el sciolismo.
Massa podría aguarle el tenue acercamiento con De la Sota, con una cumbre que diseña entre intendentes cordobeses y bonaerenses, encabezada por él y el cordobés. Encajaría en la postura ambigua que transita el cordobés, que, por lo bajo, alienta su postulación para suceder a Cristina Kirchner, que hoy ve más dentro de un frente para competir con Massa.
Ayer, el líder del Frente Renovador también movió el tablero del PJ opositor. No de casualidad se tomó una postal con Rodríguez Saá en San Juan -evitó su comarca- y ofició de nexo el anfitrión, Roberto Basualdo, compañero de bloque de "el Adolfo". El diálogo tendría un correlato parlamentario si prospera la idea de plantear un trabajo en común. "Tenemos una agenda programática, con eje en las economías regionales", dijo Massa, en un giro para relativizar lecturas políticas.
Hasta ahora, el ex intendente no pudo hacer pie en el Senado, como sí lo logró en la Cámara de Diputados, con bancada propia. El pampeano Carlos Verna, que asomaba como uno de los operadores del líder del Frente Renovador, quedó postergado luego de que el senador participara de la renovación del PJ. No está dicha la última palabra: de hecho, el legislador, que apostaría otra vez por la gobernación, suele decir que "almuerza con Massa y cena con Scioli".
En San Juan, el diputado desplegó una hoja de ruta intensa, con caminatas por la peatonal, reuniones con empresarios y productores, visitas a medios locales y el encuentro con los legisladores en la sede de la fuerza Producción y Trabajo, rival del gobernador José Luis Gioja, uno de los que apuestan a repatriar a los desencantados del PJ.
Massa, que persiste en el operativo de juntar avales en contra de la reforma del Código Penal, logró que Rodríguez Saá estampara su firma en una de las 30 mesas callejeras que instaló su agrupación. A la noche, regresó a Buenos Aires con expectativa para ver el debut de su imitación en el show de TV que conduce Marcelo Tinelli.
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