Scioli se enfocó en las urgencias de su gestión y evitó hablar del 7D

Basura, paros docentes e inversiones privadas. El 7-D. ¿Qué 7-D? Mientras la Casa Rosada concluía la semana añadiendo a la Justicia a la lista de enemigos que encabeza el Grupo Clarín, el gobernador bonaerense, Daniel Scioli, se enfrascó en las urgencias de su gestión. Su silencio sobre el fallido 7-D no pasó inadvertido frente a las voces de los mandatarios que salieron en apoyo de la Presidenta. Otra vez.

"No es prioritario frente a las necesidades de la gente y la provincia que Daniel hable del 7-D", explicó un alto funcionario sciolista, para insistir en la fórmula a la que apela el gobernador cada vez que le preguntan por sus aspiraciones presidenciales o cualquier asunto que lo diferencie de la Casa Rosada: "Daniel ya dijo lo que tenía que decir".

Lo que enerva al kirchnerismo es que, mientras ministros y funcionarios nacionales acusaban a la Justicia de "alzarse" contra la democracia e intentar un "golpe", Scioli alababa la independencia de los jueces y la separación de poderes. Para peor, en entrevistas concedidas a Clarín, Perfil y LA NACION, el sábado pasado. "Yo soy profundamente respetuoso de la independencia de los poderes", dijo.

La tarde del jueves, el fatídico 6-D para el Gobierno, en el que la Cámara Federal Civil y Comercial extendió la medida cautelar que exime al Grupo Clarín de la aplicación de la ley de medios hasta que exista sentencia definitiva, Scioli se encontraba en San Pablo, Brasil, junto al presidente de la influyente Federación Industrial (Fiesp), Paulo Skaf.

Había partido esa misma tarde, en un viaje relámpago para encabezar una misión comercial que lo llevó a reunirse con empresarios de la región paulista, con el objetivo de promover inversiones privadas en la provincia. "Fue una coincidencia", afirmaron desde distintas áreas del gobierno provincial.

Fue también la puesta en práctica de uno de los latiguillos que el bonaerense viene repitiendo: "La necesidad de generar confianza y atraer inversiones". Uno de los pocos desafíos que desliza para diferenciarse de la Casa Rosada, destinado a convertirse en eslogan de una eventual campaña para 2015.

Mientras la Casa Rosada ardía por el fallo de la Cámara, la prensa de la gobernación destacaba el interés de Scioli por replicar los programas de educativos de la Fiesp.

Ese mismo jueves, antes de partir a Brasil, Scioli se había reunido en Merlo con intendentes del conurbano para abordar una de sus mayores urgencias: la basura.

Su otra prioridad es el conflicto con los gremios docentes, que cerrarán diciembre con varios paros y prometen iniciar 2013 del mismo modo si no se abren las paritarias. "¿Cómo no va a estar enfocado en el conflicto docente si amenazan con no empezar las clases?", explicó un vocero del gobernador.

"Daniel hace lo que le parece que tiene que hacer y focaliza en lo que cree que tiene que poner la cabeza", agregó la fuente. En otras palabras, el gobernador ve pocos motivos para sumarse a la pelea contra Clarín. "Tampoco le pidieron desde el Gobierno que lo haga", retrucaron.

Mucho menos que movilizara gente para el acto de esta tarde en la Plaza de Mayo, como la Casa Rosada les pidió a intendentes y sindicatos. De hecho, hasta ayer, Scioli no había sido invitado al evento, agregaron las fuentes.

Como todos los fines de semana, el gobernador no se perdió el partido de futsal con su equipo de Villa La Ñata, ayer por la mañana. Para hoy tenía previsto otro cotejo, seguido de un almuerzo con sindicalistas en Almirante Brown.

"Scioli razona como Mirtha Legrand, Susana Giménez, no como dirigente", lo cruzó ayer el diputado sabbatellista Carlos Raimundi. "Al gobernador jamás lo escuché hablar de este tema", insistió. No es el único kirchnerista que lo piensa.

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