Satisfecho por el anuncio de Pfizer, el Gobierno asegura que no habrá "discriminación ideológica" en la compra de vacunas contra el coronavirus
"La primera que esté la vamos a manotear", reitera por estas horas a sus colaboradores y con lenguaje llano el ministro de Salud, Ginés González García. Confiado por las buenas noticias que llegaron hoy desde el laboratorio norteamericano Pfizer, el gobierno de Alberto Fernández reiteró a través de voceros dentro y fuera de la Casa Rosada que no habrá "lectura ideológica" ni "discriminación" a la hora de adquirir la ansiada vacuna contra el coronavirus.
Mientras niegan que haya un contrato firmado con alguno de ellos, desde el Gobierno repitieron durante la jornada que la vacuna rusa Sputnik V, motivo de polémica por el viaje reservado de varios funcionarios a Moscú y el anuncio posterior del Presidente, es "otra buena opción" pero no la única a tomar en cuenta cuando llegue la decisión final, que aguardan concretar entre fines de este año y principios del próximo.
"Ningún laboratorio te confirma hoy el precio, ni cuándo va a estar, ni cómo las va a entregar por el problema de la temperatura de conservación necesaria. Pero estamos en la primera línea de varias", afirmaban, con optimismo, desde el ministerio que encabeza González García.
La misma sensación partía desde Balcarce 50, desde donde reafirmaban: "Como no hay fecha definida, compramos todas. Tiramos todas las líneas posibles". Así lo contó un funcionario con despacho en la Casa de Gobierno, quien también recordó la reunión en Olivos de Fernández con los representantes locales de Pfizer, en la que se acordó que la empresa comenzara los ensayos de su vacuna en el país.
La viceministra de Salud, Carla Vizzotti, dejó en claro que la vacuna rusa que fue a conocer en detalle como cabeza de la delegación a Moscú, es una opción "confiable" e intentó despejar dudas sobre una preferencia "ideológica", reforzada por el diálogo virtual que Fernández sostuvo como el primer ministro Vladimir Putin, el viernes.
"No se está salteando ningún paso" de los ensayos clínicos, dijo Vizzotti anoche a América 24. "En el momento que la ANMAT diga que es segura, se avanzará con el siguiente paso, que es generar la estrategia de implementación", indicó la funcionaria. "La dirección de la Anmat no se va a jugar el prestigio por hacerle caso al poder", afirmaba otra fuente oficial.
En tren de dar ejemplos de independencia de la política por parte de las empresas farmacéuticas, en el Gobierno elogiaban la decisión de Pfizer, que anunció la efectividad del 90 por ciento de su vacuna luego de finalizadas las elecciones en Estados Unidos, a pesar de los deseos de Donald Trump de contar con una solución antes de la votación que terminó para él en derrota.
Una solución mixta
En línea con lo anunciado por el Presidente en relación al ofrecimiento de 25 millones de dosis desde Rusia, en el Gobierno se inclinaban por una solución mixta. "Lo más probable es que terminemos comprando un poco a cada una", afirmaban funcionarios al tanto de las negociaciones.
También incluían, por cierto, a la convenida por el Gobierno con Astra-Zeneca y la Universidad de Oxford (anunciada por el Presidente junto al empresario Hugo Sigman, de la que llegarían según se supo días atrás 22 millones de dosis) y la vacuna china de Sinopharm, más la que produce Jansen, también de Estados Unidos.
"Son contratos a riesgo para asegurarnos la provisión (de vacunas)", reconoció Vizzotti en la misma entrevista, confiada como todos en el Gobierno de la llegada, en tiempo y en forma, de las soluciones que den un alivio a la gestión después de ocho meses de restricciones y crisis económica.