Santilli: el nuevo mediador entre Macri y Larreta
Su imprevisto cambio de rutina, que lo obligó a ir menos a su despacho en la Legislatura porteña y más al reciclado edificio de Seguridad del barrio de La Boca, acaba de cumplir un mes. Pero Diego Santilli, el vicejefe de gobierno porteño y flamante ministro de Seguridad de la administración de Horacio Rodríguez Larreta, no pierde un minuto en quejarse: "Lo mío es el rol de bombero, donde haya que ayudar, allí estaré", dice con gracia. Su primer tarea fue precisamente "apagar el fuego" que se encendió entre su jefe porteño y el presidente Mauricio Macri la tarde del 24 de noviembre, cuando un grupo de hinchas de River apedreó el ómnibus que llevaba a los jugadores de Boca, una semana antes de la cumbre del G-20. El incidente disparó una fuerte polémica sobre la seguridad y terminó con la eyección de Martín Ocampo, el antecesor de Santilli.
Gracias a sus oficios de "mediador", según coinciden fuentes porteñas y nacionales, ese fuego se ha ido apagando. Luego de casi treinta años de actividad política (los últimos quince en Pro), Santilli giró en 180 grados la política de seguridad de Ocampo (cuya renuncia pidió el propio Macri) y anudó, de ese modo y según afirman muy cerca de Rodríguez Larreta, un buen vínculo con la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, actualmente la "niña mimada" de Macri en el gabinete nacional.
Santilli colaboró, siempre verborrágico y extrovertido, en la distensión "necesaria" entre Larreta y Macri, que volverán a verse el viernes en el country Cumelén, donde el Presidente pasa sus vacaciones.
"Ocampo tenía una política garantista y la gente nos pide mayor dureza frente al delito", afirmó a LA NACION uno de los hombres claves del gabinete de Rodríguez Larreta, para explicar que Santilli hoy pida "más policías en la calle" y se muestre entusiasmado en el combate del delito. "Bullrich le llenaba la cabeza a Macri con críticas a Ocampo, ahora con Diego la cosa es diferente, entiende de política y tienen una relación distinta con Mauricio", completa otra fuente porteña clave, contenta con la tregua después de varios desencuentros públicos y privados.
Ministro de Espacio Público de Macri en la ciudad y compañero de ruta de Rodríguez Larreta en su -exitosa- interna contra Gabriela Michetti en 2015, Santilli sigue yendo sin falta y a pesar de sus dolores crónicos de rodilla a los estratégicos "picados" de la quinta de Olivos.
Además de su buena relación con el Presidente -participó del encuentro con el presidente chino, Xi Jinping- Santilli mantiene un vínculo con Marcos Peña, a quien alguna vez reprochó por la "falta de política" en la gestión y a quien hoy elogia por sus "gestos de apertura", como la mesa de diez dirigentes de Pro que ambos integran y que se reúne lunes de por medio. Los picados de Olivos lo unen también con el secretario general de la Presidencia, Fernando de Andreis, y otros macristas de "paladar negro". Su estrecho vínculo con Nicolás Caputo, el "hermano del alma" del Presidente, también le juega a favor en la intrincada interna del poder macrista.
Cerca de Santilli dicen que la reunión a solas con Bullrich sirvió para mejorar un vínculo que con Ocampo -hoy centro de despiadadas críticas de excompañeros- estaba virtualmente roto. "Tampoco le decimos a todo que sí, de hecho el protocolo de seguridad (que propuso la ministra) ya se aplicaba en la ciudad. Y con las (pistolas) Taser analizamos usarlas en subtes o en algunos vehículos, no en todos lados", distinguen desde el Ministerio de Seguridad porteño. Y prefieren hablar de "mano justa" y salir de la "bolsonarización" que algunos opositores atribuyen a Bullrich.
Con la Legislatura a cargo de Francisco Quintana (secretario de Pro y cercano a Peña) y Agustín Forchieri, de su propio riñón, Santilli se enfoca en "mejorar la calle". Esta semana lo preocuparon el violento asalto a un turista sueco, el anuncio de la compra de las Taser por parte de Bullrich y la puesta en marcha de medidas contra "trapitos" y negocios de las barras de fútbol, pero en general se siente satisfecho. "La fuerza (policía porteña) tiene una mejor actitud", dejó trascender.
Donde no parece haber claridad es en su futuro político. En marzo se reunirá con Rodríguez Larreta y Peña para definir si se postulará otra vez a vicejefe de gobierno o si -para desesperación de su equipo- deja pasar este turno para poder ser candidato de Pro en la ciudad en 2023, su siempre postergado deseo. El propio Macri no será ajeno a esta decisión.
"Lo tengo menos claro que (Guillermo) Barros Schelotto en Madrid", bromea el flamante ministro, mientras ajusta las clavijas en la seguridad y libera tensiones entre Macri y su sucesor en la ciudad.
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