Santiago Maldonado se ahogó a los pocos minutos de ingresar al río Chubut, confirmaron los peritajes forenses
LA NACION accedió al informe final, donde consta que un conjunto de procesos fisiológicos casi simultáneos hicieron que el cuerpo descendiera al lecho del río
Santiago Maldonado murió a los pocos minutos de ingresar con vida a las gélidas aguas del río Chubut. El joven no pudo siquiera ensayar brazadas o movimientos con sus extremidades para mantenerse a flote debido al rápido “entumecimiento de su cuerpo y a la pérdida de movilidad y de su sensibilidad corporal”.
Otros factores concomitantes decisivos desencadenaron el trágico final: las restricciones que le impusieron los casi 20 kg de peso de sus cuatro capas de ropa lastradas con agua. Todo ello derivó en la “disminución de su capacidad de reacción, seguida por una depresión cardiorespiratoria y una disminución de su estado de conciencia”, que lo sumergió en el lecho del río y le causó la muerte por “asfixia por inmersión”.
Esa es la secuencia fáctica de la muerte del joven tatuador que describe el informe forense final, de 104 fojas, que contiene los resultados de los estudios complementarios de la autopsia que se le practicó a Maldonado el 20 de octubre pasado, al que accedió LA NACION.
El informe pericial subraya que la ausencia de lesiones “permite afirmar que no hay elementos objetivos como para suponer un escenario previo a la muerte, donde se produjera violencia física sobre el cuerpo” y que la falta de signos de arrastre o de sujeción también en las ropas descartan “que el cuerpo haya estado en otro lugar que no sea el del hallazgo”.
Firmado de conformidad por todos los peritos oficiales y de parte, el estudio es esclarecedor al afirmar que el cuerpo permaneció sumergido en el lecho del río Chubut “para luego aflorar pocos días antes del hallazgo”. Para arribar a esa conclusión se estudió la fauna cadavérica y se descartó toda presencia de fauna cadavérica terrestre.
“La totalidad de la fauna hallada asociada al cuerpo es de carácter netamente acuático y bentónico, es decir, fauna que vive en el fondo del cuerpo del agua”, agrega el informe, e indica que, al momento del hallazgo, “el cuerpo flotaba desde hacía poco tiempo aunque sin poder establecer el lapso con precisión”. Aunque surge de las conclusiones, en las que se citan experimentos de descomposición de otros cuerpos en ese mismo río, que ese lapso sería inferior a los dos días.
Así, según investigadores judiciales, queda científicamente descartada la insistencia de la querella de la familia Maldonado respecto a que el cuerpo del joven fue plantado, teoría que, según las fuentes, volvieron a escucharse ayer y la semana pasada en dos nuevas declaraciones testimoniales.
"Siga, siga, que yo no sé nadar"
Ayer, en su segunda declaración testimonial, Claudina Pilquiman, la mujer mapuche que llevó a Santiago al Pu Lof en Cushamen, y madre de Lucas Pilquiman, conocido como el testigo E, dijo ante los tribunales de Esquel que su hijo fue el último en ver con vida a Maldonado. El joven le comentó a su madre que el 1 de agosto había comenzado a cruzar junto con Santiago el río Chubut, donde el agua le llegaba por debajo de la rodilla, y que en un momento Maldonado le dijo: “Siga, siga que yo no sé nadar”. Luego--continuó Pilquiman-- observó cómo Maldonado se ocultaba entre ramas de sauces, según declaró ayer bajo juramento.
Además, detalló que antes del ingreso de Gendarmería al lof ella misma le había dado a Maldonado su DNI en una bolsita plástica tipo ziplock que el joven guardó junto a su celular en su mochila, con lo cual le pareció por demás extraño--dijo-- que el documento apareciera entre las ropas del joven.
Según fuentes de la investigación, los dichos de Pilquiman apuntaron a sembrar la sospecha de que el cuerpo fue plantado por fuerzas de seguridad. También, en una información desconocida hasta ahora, reconoció que el mismo día de su "desaparición", fue hasta la Biblioteca del Río, donde vivía el joven en la ciudad de El Bolsón y se llevó uno de sus celulares con la intensión de extraer fotos de él del aparato para que sirvieran de difusión en su búsqueda. Pero el celular, que era muy antiguo, no las tenía, por lo cual le devolvió el aparato a Sergio Maldonado. Durante meses ese celular fue buscado por la Justicia.
En un sentido similar a los dichos de Pilquiman declaró la semana pasada Fernando Jones Huala, quien si bien no estuvo presente en el lof el 1 de agosto, relató la versión de los hechos que le había comentado el testigo mapuche Matías Santana. Se trata del joven que declaró bajo juramento que vio como Maldonado era golpeado, capturado, y subido a un Unimog por gendarmes.
En busca del morral y la mochila
Acompañados por efectivos de la subdelegación de la Policía Federal, el martes se realizará un nuevo allanamiento al lof en Leleque. La medida tiene como finalidad hallar en el lecho del río Chubut la mochila y el morral de Maldonado, que se presumen quedaron en el fondo del cauce, por no haberse podido completar los peritajes de rigor en medio de episodios de violencia el día del hallazgo del cuerpo.
Hay dos teorías que dividen a los investigadores judiciales, según pudo saber LA NACION. Unos creen que el joven se ahogó en el mismo lugar donde fue hallado el cuerpo mientras que otros suponen que fue aguas arriba y que, con el aumento del caudal por el deshielo, el cuerpo fue arrastrado por la corriente y hasta que una rama de sauce actuó como tope en el lugar donde fue finalmente encontrado. El juez de la causa, Gustavo Lleral, ordenó rastrillar el lecho sólo en el lugar donde fue hallado el cadáver, en una línea recta perpendicular a la ruta 40 y al emplazamiento de la construcción que sirve como guardia.
Buzos de Trelew, que no pertenecen a las fuerzas federales de Seguridad, tal como exigió la familia Maldonado, serán los encargados de rastrillar el lecho del río Chubut.
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