SanCor. Qué decía el Jefe de Gabinete ante la consulta por una eventual intervención
Ya no está la caja de caramelos Sugus que solía tener su antecesor. El mate y un conjunto de frutas reemplazan el hábito que tenía Marcos Peña hasta diciembre pasado, cuando ocupaba una de las oficinas principales de la Casa Rosada. A solo una puerta del despacho presidencial.
Santiago Cafiero recibe a LA NACION con su estilo habitual: un tono afable y el celular a un lado. La entrevista apenas se ve interrumpida cinco minutos para saludar a su padre, Juan Pablo, por su cumpleaños. El marco lo dan varias imágenes históricas sacadas por Víctor Bugge, el icónico fotógrafo presidencial. Hay una que muestra a Raúl Alfonsín en pleno regreso de la democracia, y otra más reciente con una vista aérea del presidente de la Nación y la vicepresidenta a plaza llena. También asoma una foto de su abuelo Antonio -a quien define como "un maestro"- junto a Juan Domingo Perón. La agenda cargada -con el caso Vicentin a la cabeza- lleva a que durante los 40 minutos que se extendió la entrevista la política se mezcle con la economía y la economía con la política. Una y otra vez.
-¿Por qué intervinieron y buscan expropiar Vicentin?
-Hay que entender que la política del Gobierno es de rescate de una empresa que estaba sin operar, que tiene un concurso, pero no solo por eso, sino que está concursada y no está operando. Tiene deudas muy fuertes, alguna con la banca pública. El 80% de la deuda financiera es el crédito bajo estudio con el Banco Nación, que está judicializado porque la empresa no revestía ningún criterio de aceptación por los balances que tenía. Y lo cierto es que tiene una gran deuda con productores, cooperativas. Eso genera un encadenamiento que desde el punto de vista de la actividad agroindustrial -que representa mucho en términos de creación de puestos de trabajo y cuantiosas sumas de dinero-. El gobierno nacional tomó la decisión de detener ese sendero de desguace.
-¿Tiene el Estado U$ 1300 millones para pagar la deuda de Vicentin?
-Mucha de esa deuda la tiene el Banco Nación. Habrá que ver los estados contables a hoy, la cesación de pago y los vencimientos; cómo se pueden refinanciar las deudas y cómo se pone a operar. Tiene que quedar claro que hoy la empresa no está operando. Vicentin intentó salir a comprar granos durante todo 2020 y no logró que nadie le vendiera.
-¿Es para el Gobierno algo de corto plazo, como ocurrió con Lufthansa en Alemania, que entra el Estado para después salir?, ¿o lo ven como un modelo de largo plazo?
-En principio, queremos que YPF Agro comience a cobrar un volumen mayor en cuanto a las capacidades que hoy tiene y si puede vincularse con la operación en el mercado agropecuario y de granos, específicamente, a partir de Vicentin, sería un debate interesante. El primer paso es la intervención. El segundo es la ley de expropiación, y en esa ley se va a comentar la línea de management que se tiene.
-Juntos por el Cambio ya rechazó la expropiación…
-Rechazó sin ver, y rechazó los titulares, por ahora. Pero me parece que tienen que escuchar más, leer la norma en la que se busca el tratamiento y escuchar a todos esos productores desesperados porque Vicentin no les pagó la cosecha anterior.
-La diputada Fernanda Vallejos había planteado la idea de expropiaciones como una estrategia de Gobierno. ¿Esto se vincula con esa idea? ¿Se vienen más expropiaciones?
-Para nada. Lo dejó en claro el Presidente en diversas intervenciones periodísticas. No tenemos en mente ese modelo de desarrollo del aparato productivo. Sí creemos en que el Estado debe estar presente allí donde haya un vaciamiento y sea necesario recuperar una industria.
-Otra empresa del sector en crisis es SanCor. ¿Están pensando en llevar a cabo una medida similar a la que instrumentaron con Vicentín?
-No. Para nada. SanCor entró en situaciones críticas, y la verdad que termina surgiendo, porque es una cooperativa láctea muy grande. Queremos que sanee sus pasivos, acompañando programas de diferimientos impositivos, programas fiscales que son para todas las compañías, no solo para esta, y creemos que quizá la empresa, a partir de eso, pueda volver a crecer. La diferencia con Vicentín es que SanCor está operando.
-Pero en el caso de Vicentin se trata de una empresa concursada…
-Lo que pasa es que la situación de Vicentín se viene prolongando hace tiempo: lograron a partir de este crédito excepcional, cuestionado y judicializado del Banco Nación suplir un déficit de administración y de sustentabildad de su núcleo de negocios, pero el problema lo arrastran desde hace tiempo. En diciembre se concursó y hasta ahora no había solución de nada, ni un socio, ni nada. Insisto con esto: hay muchas empresas concursadas. Y nosotros no vamos a expropiar todas las empresas concursadas. Claro que no. El concurso es parte de una instancia judicial y de la vida de muchas empresas. Pero en este caso particular evaluamos que Vicentin no tenía perspectivas de operar. El mercado de granos requiere confianza. Fundamentalmente la empresa la había perdido porque salió a comprar y nadie le vendió. Esto es importante.
No tenemos en mente una devaluación; no vamos a devaluar. No vamos a ir en esa línea""
-Hablando de granos, había iniciativas en el oficialismo de ir hacia una Junta Nacional de Granos.
-Hoy no tenemos en estudio ese tipo de políticas. Sí consideramos que la Argentina es líder en este rubro y necesitamos desarrollar aún más la actividad agroindustrial. De ese modo estamos tratando de colaborar, fomentar y estimular iniciativas. Así como hay partes del campo que se alzaron con reparo a la política que nos estamos dando con Vicentin, otras se mostraron a favor porque entendieron que buscamos poner en el juego un nuevo operador y porque vamos al rescate de muchos pequeños productores que de buena fe operaban con Vicentín y hoy no están cobrando.
-De la micro de Vicentin a la macro de la deuda: ¿cuánto le preocupa un default?
-Es algo que no deseamos. En todo momento la Argentina promovió el diálogo, la negociación y el acuerdo. Nunca nos fuimos de ninguna mesa de negociación. Siempre tuvimos vocación de acuerdo. Ahora, ese acuerdo tiene que ser en el marco de la sostenibilidad de la deuda. Solo nos podemos comprometer a asumir los compromisos de deuda que no se tengan que sustentar en ajustes de jubilaciones, reformas laborales que restringen derechos o el ajuste sobre nuestro pueblo.
-¿Qué tan cerca está de un acuerdo?
-Estamos en una instancia donde la información es restrictiva. Hay mucha información confidencial y yo no puedo aportar mucho en ese sentido.
-Hace pocos días hubo una reunión con los empresarios más influyentes del país que dejó como conclusión que el "cepo" al dólar era temporario. ¿Qué tan difícil es salir de este cepo?
-Me parece que tenemos que tratar de generar certidumbre. Parte de la incertidumbre de cómo termina la cuestión de la deuda agrega presión especulativa sobre la divisa. Eso es una parte importante que debemos terminar de cerrar. Otro tema importante es saber cuáles son los efectos de esos saltos. A nuestro juicio, son mercados tan chicos los que producen el salto en la divisa, como el dólar ilegal o el contado con liquidación, y el comercio exterior no está regido por esos valores. Son chicos esos mercados, pero ruidosos. Hay una alta especulación y necesitamos que eso vaya en un sendero de normalización y necesitamos que los inversores que están en ese sendero encuentren estímulos de ahorro en pesos, en letras del Tesoro Nacional o en otros instrumentos que no generen presión especulativa de la divisa. No tenemos en mente una devaluación; no vamos a devaluar. No vamos a ir en esa línea.
-O sea, ¿no está de acuerdo con el desdoblamiento?
-Exactamente.
-¿Prevén extender el congelamiento de tarifas?
Sí. Parte de las tarifas ya se habían prorrogado -la tarifa eléctrica- por la pandemia. Hay dos marcos normativos: la ley de solidaridad y reactivación productiva congeló los valores por los primeros seis meses del año. Estamos haciendo una revisión de los cuadros tarifarios, una revisión específica para ver cómo podemos ir hacia tarifas más justas, pero no continuar lo que se vino haciendo de aumento tras aumento.
-Se prevé extender el plazo?
-Nosotros no vamos a aumentar por el momento.
-¿La doble indemnización se extenderá también?
-Sí, porque vemos que está en riesgo el empleo cuando iniciamos parte de la gestión nuestra. El aumento del desempleo que deja la gestión anterior era una curva que se estaba profundizando y necesitábamos generar un corte ahí porque había una inercia heredada de un proceso de desindustrialización y que no había invertido en el capitalismo más productivo. Nosotros necesitamos sostener a nuestras empresas para que mantengan y creen más empleo. Necesitábamos cortar con esa inercia, y por eso hicimos las suspensiones.
-¿Cuánto le preocupa la inflación?
-Mucho.
-¿En qué están trabajando concretamente de cara a la pospandemia?
-Veníamos con una sensible baja en los primeros meses con el tema de la inflación, y no por los malos motivos. Hoy hay baja de inflación por la recesión muy profunda que es producto de la externalidad del coronavirus. Hasta marzo, los primeros números eran números que venían acompañando una política de estabilización macroeconómica que se estaba llevando adelante y eso generaba, no una tendencia porque eran pocos meses, pero sí se veía un camino o sendero a la baja. A veces esos senderos tienen altas y bajas, pero bueno, ahora nada sirve hablar de eso. Hoy hay otra Argentina, diferente incluso a la del primero de marzo.
-¿Con qué medidas económicas van a trabajar en adelante?
-Hoy tenemos reunión del gabinete económico justamente para avanzar en nuevas medidas económicas. Este es un Gobierno que escucha, que toma nota y que no le echa la culpa al otro, ni al empresario que no puede abrir. Las medidas que vienen tienen que ser de reactivación del tejido productivo, de reactivación de algunos sectores, y está claro que hay muchos sectores a los que les va a costar mucho volver a funcionar.
-¿Cuáles ven con mayor preocupación?
-Lo relacionado con turismo, el entretenimiento. Van a necesitar una ayuda mayor del Estado y tenemos la decisión política de ayudarlos.
-En materia energética el congelamiento de tarifas tiene su contracara con la vuelta de la importación, como plantean muchos analistas.
-Yo no sé en qué se basan los analistas para hablar de importación. La caída de los precios del petróleo, de los commodities energéticos, es notoria. Es histórica en algún punto. Todavía tenemos mucha capacidad para seguir produciendo como veníamos, y el barril criollo ayuda mucho a la producción primaria del petróleo y sostiene a varias cuencas petroleras.
-¿Por qué no armaron un comité económico como el que hicieron a nivel sanitario?
-Ese comité de alguna manera existe. Es con quienes producen y trabajan. Es más guiado en las mesas con la Unión Industrial o los empresarios de la Argentina, que están evaluando sus posibilidad de inversión, cómo siguen, si reconvierten líneas productivas o cómo se adapta el mercado del trabajo. Ir a un debate de economistas es más complejo.
Alberto y Cristina tienen una gran complementariedad pero no desde ahora, sino desde el momento en que ella tomó la decisión estratégica de acompañar su candidatura presidencial""
-¿Cuánto le preocupa la presión tributaria que tienen algunas pymes y grandes?
-El Presidente lo viene diciendo. Está en estudio avanzar en la modificación de algunos tributos. Pero te puedo contar hasta ahí.
-Sin embargo hay un nuevo impuesto en gateras. El denominado impuesto a la riqueza.
-Es un aporte, no es un impuesto. Es un proyecto del poder legislativo.
-Pero un aporte es voluntario y un impuesto coercitivo.
-El aporte puede ser voluntario o involuntario. La idea del impuesto es que hay un servicio detrás y que es algo permanente. Que queda. Acá pensamos en que sea un aporte de una única vez -estoy hablando del proyecto legislativo- y estamos expectantes de cómo se dé ese debate.
-La emisión monetaria es otro de los temas que genera un fuerte debate por estos días. ¿Cuál es su posición?
-La Argentina está transitando casi lo mismo que todo el mundo. Lo hace con sus prácticas y modos, pero hoy la cuestión de la emisión, siempre con parámetros, como se está haciendo ahora, que se hace con elementos desde el Banco Central para sostenerse, para sostener la base monetaria y que sea equilibrado, sucede en el resto del mundo.
-¿Cuál es la posición respecto de Venezuela?
-Venezuela tiene una crisis humanitaria que nos preocupa como país. Queremos que se resuelva, y queremos que la resuelvan los venezolanos. Desde el punto de vista de la arena política, hoy la oposición usa a Venezuela casi como una caracterización y como un insulto. Y a nosotros nos parece irrespetuoso, y así lo toma el Presidente. Parecería que cualquier ligazón o símbolo con Venezuela es sinónimo de autoritarismo, falta de derechos o de persecución política. En definitiva, esta suerte de demócratas liberales intentan simbolizar todo lo malo en Venezuela.
-¿Y su posición, cuál es?
-Queremos discutir Latinoamérica en su conjunto, y en ese conjunto vemos que las soluciones que se buscaron hasta acá, como aislar a Venezuela, no beneficiaron al pueblo venezolano. Cada vez más y más se sienten excluidos y aislados.
-¿La tensión Alberto Fernández-Cristina Kirchner es mito o realidad?
-Es un mito que inventó el macrismo para ver si tenía alguna chance electoral, y hoy continúa por un pequeño fuego que alimentan editorialistas. Ellos tienen una gran complementariedad pero no desde ahora, sino desde el momento en que Cristina Kirchner tomó una decisión estratégica viendo un mapa político y decide acompañar a Alberto y que sea el candidato a presidente. Hay una decisión importante con una mirada estratégica importante de Cristina y una decisión de unir al peronismo de parte de Alberto.
-"Con Macri sería una catástrofe" fue una de sus frases de estos días que parece acentuar la grieta.
-Me refería a la pandemia. Y a otras cosas también. Macri despreciaba lo público, despreciaba la salud pública. Son datos de la realidad. No es contrafáctico. Contrafáctico suena en el plano de la imaginación. Me parece que es claro que un Gobierno que, en su momento, cuando tuvo que generar políticas públicas, fracasó.
-La oposición enumeró nueve puntos concretos en los que lo contradice.
-Son nueve puntos que lo único que dicen son excusas. No ponen un hecho. No dicen: "Usted Cafiero está equivocado porque en nuestra gestión hicimos esto y tal cosa". Ni repartieron las vacunas que habían comprado.
-¿Es mito o realidad de que La Cámpora avanza en las "cajas" del Estado, con la llegada de Fernanda Raverta a la Anses, entre otras?
-Es un mito. No hay una visión de cajas, ni hay un botín de guerra en la que el Estado se vuelve un espacio para que cada uno genere una política estancamente, sin una visión general.
-¿Qué piensa sobre La Cámpora?
-Me parece triste que se siga diciendo lo mismo que hace diez años. Hace diez años dicen que son tal o cual cosa. Hoy es un espacio político representativo de la política argentina, le guste a quien le guste, como existe el PJ o la Coalición Cívica. Hay un trato estigmatizante e infundado de parte de muchos periodistas. A La Cámpora la critican por cosas que no hace y que no ocurren. Es un espacio político de la Argentina, ni es que el recién arrancaba hace diez años. Empezaron un crecimiento político que hoy tiene intendentes, una bancada, al presidente de la bancada oficialista.
-Sin embargo, en ese espacio político hay quien dice que Alberto Fernández es un presidente de transición hasta tanto llegue La Cámpora.
-Son confabulaciones de quienes buscan dividirnos y mostrar grietas hacia el interior de nuestro frente electoral. Somos un gobierno de coalición vigoroso y proactivo; somos un proyecto político en permanente construcción. No es agotado ni acabado. Esa no es la realidad de nuestra construcción.
-Le doy algunas definiciones de los últimos días para ver su opinión. Eugenio Zaffaroni dijo que los medios hoy "son como el nazismo, que funcionan como un partido único". ¿Coincide?
-No. No coincido. Me parece que no es así. Sí considero que hay una línea editorial que se repite mucho, pero no la vincularía jamás con el nazismo, que fue una etapa muy tortuosa para la humanidad.
-Dady Brieva pidió que seamos Venezuela ya…
-Dady es un gran compañero y me parece que tiene que ver con lo que decía antes de estigmatizar a Venezuela y todo lo venezolano. Es una profunda discriminación. Dady termina diciendo eso harto de esta discusión, de que si movemos el lápiz para acá, somos Venezuela; si te peinás no se qué, sos Venezuela. Es profundamente xenófobo y totalmente infundado.
Definiciones en un tuit
Alberto Fernández. "Un líder de actualidad, posmoderno, que está haciendo una tarea titánica al frente de una Argentina que estaba devastada. Y la va a poner de pie".
Mauricio Macri. "El peor presidente desde el retorno de la democracia. Y me quedé corto".
La grieta. "Una etapa perdida para la Argentina".
Cristina Fernández de Kirchner. "Un tuit es corto. Es la política más significativa que tuvimos desde la vuelta de la democracia".
Axel Kicillof. "Un gran dirigente que está gestionando una provincia muy complicada, que fue subsumida en el marketing político, y que no hizo nada para cambiar la vida de los bonaerenses".
Santiago Cafiero. "Un cinco que se tiene que ganar el puesto".
Horacio Rodríguez Larreta. "Si viviera en la Ciudad, no lo hubiera votado nunca. Pero entiende muy bien el rol que le demanda la sociedad argentina, sea del color político que sea".
La política en San Isidro. "Me enseñó la tolerancia a la frustración".
Su costado emprendedor como librero. "Aprendí la dinámica del comerciante, y por eso sufro y padezco mucho porque veo cómo sufre".
Esta nota fue publicada por primera vez el 10 de junio pasado.
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