Santa Cruz: la posible inclusión de un sindicalista en JxC desata una crisis en el armado de la coalición
Rodríguez Larreta promueve la inclusión del petrolero Vidal para enfrentar a Alicia Kirchner en Santa Cruz, pero enfrenta el rechazo de la UCR, de la CC y de Patricia Bullrich
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Ni el temor a Javier Milei ni los pactos matutinos de los jefes de Pro en Recoleta ni los besos impostados de presidenciables en un acto en Córdoba sirvieron para aplacar las tensiones en la oposición. La pelea que genera en Juntos por el Cambio la discusión por la estrategia electoral para reconquistar el poder nacional no cesa e, incluso, se trasladó en las últimas horas a la cuna del kirchnerismo: Santa Cruz.
En la provincia gobernada por Alicia Kirchner se desató una crisis en el principal frente opositor por la intención de Pro, cuyas autoridades locales responden a Horacio Rodríguez Larreta, de incluir en la alianza al sindicalista Claudio Vidal, referente del partido SER y secretario general del Sindicato del Petróleo y Gas Privado, que mantuvo un juego ambiguo con el kirchnerismo en los últimos años.
Los santacruceños elegirán al sucesor de Alicia Kirchner en la misma fecha que se realizarán las PASO a nivel nacional, pero mediante el sistema de la ley de lemas. En consecuencia, ese mecanismo -también conocido como sistema de doble voto simultáneo- se aplicará para la elección a gobernador y vice. A pesar de esa dificultad, Santa Cruz es uno de los distritos en los que la oposición se entusiasma con dar un batacazo ante el deterioro de la marca del Frente de Todos por la agudización inflacionaria y la inestabilidad cambiaria. En esta provincia el kirchnerismo gobierna desde 1991.
Sin embargo, la ingeniería electoral de JxC en Santa Cruz, como ocurrió en Tierra del Fuego, Córdoba, Mendoza, Neuquén y Río Negro, quedó enmarañada por las diferencias entre macristas y radicales en torno a la definición de las candidaturas locales, las reglas de competencia o la política de ampliación. Los referentes de Cambia Santa Cruz tienen tiempo hasta el 14 de junio, cuando termina el plazo para la inscripción de las listas, para evitar una fragmentación.
Con el respaldo de Patricia Bullrich, rival de Larreta en la interna nacional de JxC por la candidatura presidencial, los jefes de la UCR en Santa Cruz, el senador Eduardo Costa y la diputada Roxana Reyes, aliados de Gerardo Morales en el bastión del kirchnerismo, se abroquelaron junto al resto de los integrantes de la alianza opositora -el CC-ARI, de Elisa Carrió, Encuentro Ciudadano y el Socialismo- para resistir el intento de Alberto Parsons, titular de Pro y lugarteniente de Larreta en esa provincia, de incorporar a Vidal al frente Cambia Santa Cruz como candidato a gobernador. Todo ocurrió mientras que La Cámpora y los feligreses del cristinismo se alistaban para celebrar el vigésimo aniversario de la llegada de Néstor Kirchner a la Casa Rosada en la Plaza de Mayo.
El conflicto se profundizó cuando el senador Costa, -quien fuera cuatro veces candidato a gobernador-, convocó a Vidal, a través de una entrevista radial, a conformar una fórmula conjunta en la que el petrolero secunde a Reyes como candidato a vice, con el argumento de que la sumatoria de votos de la elección del 2021 permitiría destronar al kirchnerismo. Fue un mensaje interno para leer entre líneas, dicen en la tropa de la UCR.
De acuerdo a los resultados de la elección de medio término de 2021, hay tres sellos con caudal político en Santa Cruz: el kirchnerismo, el espacio local de JxC y el partido SER, que lidera Vidal. Esa fuerza nació en el corazón del gremio petrolero y también llevó para su orilla a radicales y peronistas marginales. En el campamento de Cambia Santa Cruz aseguraron que Vidal no tiene intenciones de integrarse al frente opositor, sino que lleva adelante conversaciones con sectores de la coalición por separado.
Con el objetivo de aplacar el temblor en el tablero opositor, la mesa de conducción de Cambia Santa Cruz se reunió el lunes para unificar una postura y emitió un comunicado para rechazar la propuesta de sumar a Vidal. Sin embargo, Parsons, presidente de Pro, evitó firmar el pronunciamiento, una maniobra que sus socios leyeron como una amenaza velada de ruptura. El conflicto encendió las alertas en el tablero nacional de JxC: Bullrich y sus laderos activaron llamados para preservar la unidad.
“Creemos que no es posible establecer alianzas electorales que no respeten ni respondan a dichos objetivos, que desvirtúen los valores originales que nos llevaron a trabajar juntos”, advirtieron las autoridades de la UCR, la CC, Encuentro Ciudadano y el socialismo.
Parsons, emisario de Larreta, considera que la movida de la conducción de JxC fue inoportuna y apresurada. Por ese motivo, les pidió a sus socios que reflexionen y no le cierren la puerta a un acuerdo que, aventura, podría incrementar las chances de vencer a Alicia Kirchner. Los radicales, en cambio, sospechan que Vidal es una suerte de “caballo de Troya” del oficialismo. No solo creen que el sindicalista tiene otros “valores” y representa otro modelo de provincia, sino que afirman que no hay coincidencias programáticas entre la UCR y el partido SER. En rigor: creen que simula ser opositor al kirchnerismo y que nunca “sacó los pies del plato” del Frente de Todos. Debido a los laberintos del sistema electoral de ley de lemas, temen que se beneficie de la dispersión de candidatos de Larreta, Bullrich y Morales y quede como el postulante de la oposición: “Corremos el riesgo de quedar abrazados a un kirchnerista”, afirman.
Por tanto, la UCR dio por terminada la discusión en torno a Vidal tras la última cumbre de la cúpula. Para retratar la desconfianza que despierta un acuerdo electoral el partido Ser en las filas opositoras difundieron imágenes de un acto que compartió recientemente el sindicalista con el empresario kirchnerista Cristóbal López, el exsecretario de Comercio Guillermo Moreno y Pablo González, titular de YPF. En la fuerza de Carrió también cuestionan la movida del larretismo: remarcan que la prioridad debe ser fortalecer la coalición local de JxC, más allá de la voluntad de ampliar.
En las elecciones de 2019, Vidal fue aliado de Alicia Kirchner. Sus filas están nutridas por exfuncionarios radicales y kirchneristas, entre los que se destaca el exgobernador Sergio Acevedo, quien en 2006, distanciado por Kirchner renunció a la gobernación. También cuenta con exministros kirchneristas como Jaime Álvarez y Roberto Borselli, y sumó también a dos exintendentes radicales: Roberto Giubetich, de Río Gallegos, y Facundo Prades, de Caleta Olivia.
Disputa
Hasta ahora, el frente Cambia Santa Cruz, que nació en 2007 para enfrentar al kirchnerismo, tenía varios dirigentes anotados en la carrera por la gobernación, como Reyes (UCR); el periodista Mario Markic (Pro), quien se sumó hace pocos meses a JxC a través de María Eugenia Vidal y Alex Campbell; Omar Fernández; y Mirey Zeidán (UNE), entre otros. En caso de que Vidal logre desembarcar en el espacio, su deseo es competir contra Reyes y Markic. Su frente también llevaría postulantes a diputados y senadores nacionales. Costa, aliado de Morales, tiene mandato hasta diciembre en la Cámara alta y busca renovar su banca en los próximos comicios. En el larretismo confían en que Morales intercederá para convencer a Reyes y Costa de que acepten sumar a Vidal. El jefe de la UCR evitó por ahora inmiscuirse en el conflicto, pero tiene previsto sentarse con sus alfiles en los próximos días.
Vidal, que mantiene puentes con Hugo Moyano, tiene dos aliados tácticos que provocan resquemores en el campo macrista. Se trata del exdiputado Antonio Carambia, del espacio MoVeRe, y su hermano el intendente de Las Heras, José María Carambia. Los hermanos Carambia tienen un acuerdo con Larreta en Santa Cruz, una sociedad que enerva a Mauricio Macri. Es que en diciembre de 2019, tras la derrota de Macri a nivel nacional, Antonio Carambia dejó el bloque opositor y se pasó a las filas del oficialismo. Luego, le dedicó duras críticas a la gestión de Macri.
Los larretistas argumentan que JxC necesita ensanchar la base de sustentación para enfrentar al kirchnerismo en una de sus fortalezas electorales, junto a la provincia de Buenos Aires. Consideran que Vidal es competitivo en los sondeos, por lo que su inclusión permitirá incrementar las posibilidades de desplazar al peronismo del gobierno de Santa Cruz. “Hay que unir al espacio opositor. ¿Quieren ganar o jugamos a perder?”, despotrican los arquitectos del proyecto presidencial de Larreta.
Pese a la negativa de la cúpula del Frente Cambia Santa Cruz, los larretistas no se dan por vencidos: aseguran que harán todo lo posible para habilitar la incorporación de Vidal. Responsabilizan, sobre todo, a los alfiles locales de la UCR por los magros resultados en Salta o Tierra del Fuego: “Muchos radicales prefieren ser segundos porque tienen acuerdos con los oficialismos provinciales”, afirman en el campamento larretista.
El caso de Vidal divide aguas en Pro. Por un lado, Larreta y algunos macristas consideran que JxC debe garantizarse un mayor caudal de votos para ganar gobernaciones claves. Y asemejan la apuesta de incluir a Vidal con el acuerdo que selló el Pro con Rolando Figueroa, exMPN, en Neuquén o las alianzas que teje Ignacio Torres en Chubut con gremialistas locales, como Jorge “Loma” Ávila. En paralelo, integrantes del ala dura del partido fundado por Macri le pasan facturas al jefe porteño por la maniobra. Detectan “un modus operandi” de Larreta en sus armados provinciales: le reprochan la ruptura que impulsó Omar De Marchi en Mendoza, el pacto de Javier Pretto con Martín Llaryora, delfín de Juan Schiaretti, en Córdoba, y también la escisión de Pro en Tierra del Fuego, donde el diputado Héctor Stefani fue candidato por fuera de JxC. “¿Quieren romper todo?”, braman.
El pésimo resultado electoral en la isla de JxC, fue un llamado de atención. La sumatoria de votos del Pro y JxC llegaron a magros 16 puntos, ubicándose muy lejos de los 53% que logró Gustavo Melella para alcanzar su reelección.
El Pro en Santa Cruz estuvo intervenido por Silvana Giudici, una de las dirigentes de confianza de Bullrich, hasta fines de 2021, cuando se normalizó el funcionamiento del partido. La interna para elegir a las nuevas autoridades no estuvo exenta de polémicas. La lista que impulsaba el bullrichismo acusó a los emisarios de Larreta de haber usado el aparato de los Carambia para manipular el resultado de la elección y “fraguar” una urna en Las Heras. El caso llegó a la Junta Nacional del partido, a cargo del larretista Claudio Romero, quien le dio el visto bueno al proceso electoral. Finalmente, Parsons asumió como titular de Pro en Santa Cruz. Y ahora es el principal impulsor del ingreso de Vidal al frente opositor.
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