Sabrina Ajmechet: “El Gobierno es una casta que tiene una vida con privilegios”
La precandidata porteña a diputada de Juntos por el Cambio teme que el Gobierno impulse una reforma constitucional si gana las elecciones de medio término; se diferencia de Vidal acerca del debate sobre la marihuana y elogia a su madrina política, Patricia Bullrich
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Licenciada en Ciencias Políticas, doctora en Historia y profesora de Pensamiento Político Argentino en la UBA, su lugar en el mundo eran los libros y las aulas, pero al ser convocada por Patricia Bullrich para integrar la lista a diputados nacionales que encabeza María Eugenia Vidal en la Ciudad, Sabrina Ajmechet sintió de golpe el viraje hacia un terreno más áspero y acaso menos grato que el de la investigación académica. “Fue difícil mi paso a la política; mi vida era mucho más tranquila, pero mi sensación es que en estas elecciones nos estamos jugando una última ficha”, afirma la precandidata y vicepresidenta del Club Político Argentino en una charla con LA NACION.
-Cuando la presentó en el mundo político, Patricia Bullrich dijo que usted representa “un aire nuevo para las generaciones que quieren hacer de la Argentina un país en el que cada uno tenga un plan de vida”. ¿Cuál es su plan de vida?
-Mi plan de vida es vivir en un país más normal y más generoso con los ciudadanos; un país en el cual el Estado no se meta en la vida de los ciudadanos para complicársela, un país en donde todos podamos hacer lo que nos interesa sin tener que preocuparnos todos los días por el precio del dólar, por cómo subieron los precios, porque no llegamos a fin de mes, cuando en otras partes del mundo no viven todo el tiempo en crisis. Acá vivimos con pánico y presión que fuimos naturalizando y la política tiene que hacer mucho para cambiar eso. Fue muy impactante cuando prendíamos el televisor para saber si al día siguiente teníamos o no que mandar a nuestros chicos al colegio, y salía Alberto Fernández a decir que no. Es un ejemplo de hasta dónde el Gobierno se metía dentro de nuestras vidas, impactándola.
-¿Cuál es el punto de inflexión en la historia argentina, el momento en que se mete en un laberinto de difícil salida?
-La Argentina tiene posibilidades de cagarse en serio en este momento. Vivimos muchísimas crisis a lo largo de la historia. En 2001 todavía estaba la expectativa de que en diez, veinte o treinta años íbamos a estar mejor. Hoy estamos en un momento en el que, si no pegamos un volantazo, vamos a estar peor. Las familias creen que sus hijos van a tener una mejor vida en otro país y eso es algo nuevo.
-¿Fue difícil dar este paso hacia la política desde el mundo académico?
-Sí, fue difícil pero también lo sentí necesario, inevitable. Fue difícil porque mi vida era mucho más tranquila. A mí me gusta mucho mi trabajo, me gusta dar clases, investigar. La grieta existe en todas las disciplinas y siendo parte de la academia había firmado la carta de intelectuales apoyando a Mauricio Macri en 2015 y después en 2019, y eso tuvo consecuencias en mi carrera. Yo ya tuve previamente una exposición pública, impactos de tipo ideológico por mis preferencias políticas en un lugar donde mayoritariamente no simpatizaban por Cambiemos. Pero es algo que yo necesitaba hacer. Cuando Patricia [Bullrich] me preguntó si yo quería estar en la lista, pasó por mi cabeza el último año y medio, todas las notas que había estado escribiendo, todo lo que había tratado de hacer para que volvieran los chicos a la escuela. Mi sensación es que estamos jugando una última ficha y como yo no me quiero ir del país y no quiero que mi hija tenga un mejor futuro en otro lado, siento que, si puedo aportar algo, es el momento de salir de mi zona de confort.
-¿Cómo ha observado el debate que se dio a partir de las clases presenciales y la lucha de los padres para que sus hijos vuelvan al colegio?
-Fue la mayor catástrofe educativa que vivimos en nuestra historia. La pandemia sucedió en todos los países del mundo y no en todos los países sufrieron en términos educativos lo que nosotros sufrimos y seguimos sufriendo. En la Ciudad hay presencialidad, pero son muchos los lugares en donde los chicos siguen sin ir a la escuela. Tenemos que entender que es el futuro lo que estaba en juego y que se violaron los derechos de los niños. Es también una oportunidad porque es la primera campaña electoral en la que la ciudadanía está preocupada por la educación, se está hablando de educación y nos importa a todos. Algo cambió.
-¿El episodio que se vio en un aula de una escuela de La Matanza, entre una profesora y un alumno, es una muestra de lo que pasa en la educación argentina?
-Definitivamente, lo que vimos en el video de la maestra de La Matanza no es una excepción, pasa en muchas escuelas, no es algo nuevo. Me preocupa que el aula deje de ser un lugar de aprendizaje y de libertad. Esa imagen no es la imagen de lo que es un maestro, es la imagen de una militante adentro de un aula. El lugar que tenemos los docentes es de responsabilidad, es asimétrico; nosotros evaluamos a los estudiantes, decidimos como dictamos la materia. Nunca podemos gritarles y maltratarlos.
-¿Cómo ve que Alberto Fernández lo haya celebrado?
-Si el Presidente marca que es ese el camino, lo que está planteando es para qué sirve para él la educación. La educación no es para bajarles línea a los estudiantes, es para que construyan un pensamiento crítico, para que crezcan en libertad, todo lo contrario a lo que se vio en esa aula.
-El voto joven quiere ser captado por los distintos partidos. Son siete millones de jóvenes que no tienen militancia. ¿Las declaraciones de los candidatos no le parecen algo sobreactuadas?
-En las conversaciones supuestamente dirigidas a los jóvenes no se les habla a los jóvenes. De lo que hay que hablar es que el 50 por ciento de los desocupados en Argentina tiene menos de 29 años, y en mujeres este número es aún mayor. Tenemos que hablarles sobre cómo vamos a hacer para que ellos consigan trabajo. Las dos cosas que más me interesan son educación y trabajo. La idea es proponer un proyecto de ley para que tengan prácticas formativas en el último año del colegio, como tienen en las escuelas técnicas de la Ciudad. Plantear como vamos a hacer las cosas para que elijan quedarse en Argentina. Ayudarlos a ver que el camino no es Ezeiza. Tener en cuenta que el 70 por ciento de los jóvenes que viven en Buenos Aires alquilan. ¿Qué vamos a hacer con la ley de alquileres, que es terrible? Deroguémosla.
-¿Qué evaluación hace de las declaraciones de María Eugenia Vidal sobre la marihuana? ¿Usted está de acuerdo con su despenalización?
-Es un debate interesante y que en algún momento lo tenemos que dar. Lo que dice María Eugenia sobre el peligro de la marihuana en los sectores más vulnerables me preocupa también, pero tengo una posición diferente, yo estoy a favor de la legalización de la marihuana, aunque esto no puede ser un slogan ni un tema de campaña liviano.
-¿La divulgación de la foto de la fiesta en Olivos es un aporte sano al debate público?
Es la foto de la imagen de los que es el Gobierno hoy, lo grave no es la foto, lo grave es que estábamos todos encerrados, sin ver a nuestras familia, festejando nuestros cumpleaños por zoom, esa era la realidad que vivíamos todos. Lo grave es tener gobernantes que vivan al margen de la ley, que hagan decretos que no regulan su propia vida, ni sus comportamientos. Lo grave es tener dirigentes a los que uno no puede respetar porque violan las normas que ellos imponen. Son una casta que se creen privilegiados y que tienen un mundo que funciona solo para ellos. Eso es lo más antidemocrático que puede existir, es un antiguo régimen, una nobleza, una aristocracia con privilegios que no tiene el resto de los ciudadanos argentinos. Es eso a lo que hay que decir basta. Todo eso se da en el medio de la liberación de presos mientras estábamos encerrados, la liberación del [Juan Pablo] Pata Medina, de [Luis] D’Elia, los arrestos domiciliarios de [Amaado] Boudou, de [Julio] de Vido, de Cristóbal López. Son un montón de elementos que nos muestran cómo funciona el Gobierno, cuál es la idea que tiene sobre para qué sirve la política.
-¿La Argentina tiene amor al relato, lo prefiere a la cruda realidad?
-Creo que todos los países tienen narrativas propias, el problema es que la narrativa que elaboró el kirchnerismo está completamente alejada de los hechos; el problema no es tener una narración que construye nuestra Nación y a nosotros como ciudadanos, el problema es la distancia entre los hechos y el relato. Es absolutamente insostenible. Es la idea de [Axel] Kicillof, cuando era ministro de Economía, que no había que contar los pobres porque era estigmatizarlos. Si tenemos datos claros podemos construir soluciones a los problemas. Lo que hace el kirchnerismo al usar la narrativa para construir un relato ficcional es no hacerse cargo. Por ejemplo, en educación se presentó el plan del Gobierno para la Educación 2030. Y ese plan no habla de lo que pasó en 2020 y 2021, es decir están negando que haya habido una situación particular sobre la que hay que trabajar.
-¿Se postulará Patricia Bullrich para la presidencia en 2023?
-Mucha gente confía en que Patricia tiene la fuerza necesaria para tomar las decisiones que son muy difíciles, para las que se necesita valentía, pero que hay que tomar. Patricia pasó por muchas situaciones en las que mostró los ovarios que tiene. Y estoy pensando en ella como ministra de Trabajo enfrentándose a los “Gordos”, o en el caso de Santiago Maldonado y toda la construcción mediática y social. Patricia demostró que tiene la fuerza necesaria para tomar decisiones y para marcar un camino.
-¿Macri podría volver a ser Presidente o es un tiempo concluido?
-Mi candidato de Cambiemos es aquel que gana las elecciones, es el que pegue el volantazo.
-¿Piensa que las internas potencian o era mejor ir con una lista unificada?
-La existencia de diversas opciones es un valor, la pluralidad lo es. La lista encabezada por Vidal es la lista que tiene más diversidad hacia adentro, es donde tenés personas con experiencia de gestión, como Maria Eugenia, experiencia legislativa como [Fernando] Iglesias o [Paula] Olivetto y personas que venimos de otro palo, como Martín Tetaz y yo. Celebro nuestra lista que tiene diferentes opciones.
-¿Cuál sería su primer proyecto de llegar al Congreso?
-Mi primer proyecto tiene que ver con una ley para que se tomen evaluaciones, las pruebas Aprender o pensar pruebas internacionales que nos permitan, de forma inmediata, medir qué saben los chicos que están en la escuela, para partir de ahí y tomar decisiones y elaborar políticas públicas basadas en la evidencia.
-¿Qué pasaría si el Gobierno ganara estas elecciones?
-Me imagino una radicalización del Gobierno y un cambio en las reglas de juego. Si el Congreso no funciona con diputados suficientes, con 120 diputados o más de la oposición para frenar sus iniciativas, no sabemos cuáles van a ser las reglas para el 2023. No sabemos si van a impulsar una reforma constitucional y a cambiar las reglas de juego. No sabemos si van a tener otro intento contra la propiedad privada como fue lo de Vicentin. Sin lugar a dudas Vamos a quedar vulnerables a los deseos del kirchnerismo.
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