Rubén Eslaiman y el caso Chocolate: “Massa me dijo que no me preocupara, que no era asunto mío”
El legislador sospechado de estar detrás del puntero Rigau y los Albini dice que buscan “enchastrarlo” para que no llegue a presidir la Cámara de Diputados provincial
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LA PLATA.-”Esto es una operación para sacarme de la cancha”, dice Rubén Eslaiman, el diputado bonaerense que está sospechado de participar en –o liderar, incluso- la apropiación delictiva de cientos de millones de pesos de la Legislatura provincial a través de “ñoquis” y de “chocolates” como Julio Segundo Rigau para el financiamiento de campañas electorales y enriquecimientos ilícitos personales. “Es una operación para que yo no llegue a ser el nuevo Presidente de la Cámara de Diputados”, afirma a LA NACION, aunque jura que no sabe quién podría estar detrás de esa supuesta operación, y se apega a su jefe, Sergio Massa.
“Yo no sé nada sobre manejos de dinero”, insiste, aún cuando múltiples diputados, funcionarios de carrera y empleados de la Legislatura lo señalan, bajo reserva de sus nombres, como un eslabón clave en el desvío de fondos públicos. “No tengo idea sobre todo eso”, dice, “me pasé los últimos tres meses, de sol a sol, abocado a la campaña presidencial, al lado de Malena [Galmarini], trabajando para Sergio, y sólo me enteré de lo que estaba pasando cuando me avisaron que querían pegotearme con todo esto y lo hablé con Sergio, que me dijo que no me preocupara, que ese no era asunto mío”.
-¿Que no era “asunto” suyo? ¿Entonces de quién sería? ¿Y Massa cómo podría saberlo?
-No lo sé. Me dijo que no era asunto mío y que me despreocupara de eso. Además, no sé por qué la prensa quiere meterme en esto. Todo esto es una operación para sacarme de la cancha, una operación para que yo no llegue a ser el nuevo Presidente de la Cámara de Diputados.
-Pero hay múltiples personas que, aunque bajo reserva de sus nombres, le adjudican un rol en el manejo de dinero en efectivo y Facundo Albini así lo dio a entender cuando lo entrevisté, minutos antes de que lo detuvieran…
-No, no, no. Facundito es un amigo. Es casi un hijo para mí. Es muy, muy amigo de mi hijo, quien es referente del espacio en [el partido de] San Martín. Además, yo me aboco a temas legislativos, no administrativos. No tengo firma para decidir la designación de empleados en la Legislatura. Eso es responsabilidad exclusiva del presidente [por Federico Otermin, alfil de Martín Insaurralde] y del vicepresidente primero [por Adrián Urreli, de Juntos por el Cambio].
-O sea que usted responsabiliza a ellos por el festival de “ñoquis”…
-No, no, no. Sólo le estoy aclarando que yo no tengo nada que ver, del mismo modo que Facundito [Albini] se está comiendo un garrón, pero por un error que cometió. Recuerde que “Chocolate” Rigau era un puntero que trabajaba para un diputado provincial que ya no está, Guillermo Escudero [actual], y cuando Escudero se fue, Albini “heredó” a Rigau, y se está comiendo un garrón, como yo también.
-¿Cómo sería eso?
-Fíjese que ahora sale en los medios que yo me habría comprado un Audi, cuando es de 2012, o que vivo en una mansión, cuando es una casa que compré en 2006 a un matrimonio que se había mudado de ahí siete años antes. Pero me quieren enchastrar, cuando yo tengo solo cuatro empleados en mi despacho.
-Pero entonces, ¿para quién extraía “Chocolate” todo ese dinero de los cajeros?
-¡Y yo qué sé! Le repito: yo no designé a ninguno de esos 48 empleados titulares de las tarjetas de débito que tenía Rigau cuando lo detuvieron. ¡Ninguno! Y fíjese bien que cuando usted entrevistó a Albini, el no me señaló a mí, sino que se quedó callado.
-Para ser exactos, le pregunté por dos ex diputados provinciales, Raúl Pérez y Jorge D’Onofrio, Albini los despegó, pero cuando mencioné su nombre, optó por decir que quiere declarar ante la Justicia…
-¡Por eso mismo! ¿Qué quiere? ¿Qué Facundo se ponga a desmentirle uno por uno todos los nombres? Ya le había dicho a usted que “el Cabezón” Pérez y “el Gordo” D’Onofrio no tenían nada que ver, y cuando usted mencionó mi nombre, Facundito optó por decirle que quiere colaborar con la Justicia, al igual que yo. Mi posición es que la Justicia tiene que seguir investigando y así quedará claro que yo no tengo nada que ver. Soy ajeno a todo esto. Soy un laburante que voy todos los días a la Legislatura y el día que no estoy en mi despacho, es porque estoy trabajando en San Martín: o el lunes o el viernes. ¡Pregúntele a todos los diputados en la Legislatura! ¡Me conocen todos y todos, de todos los partidos, me respetan!
-Pero Rigau…
-[Interrumpe] ¡Pero si yo no conozco a Rigau! Es decir, lo conozco, sé quién es, pero no lo he visto en mi vida, no tengo trato con él, no interactúo con él. ¡Yo no tengo idea de todo lo que están hablando, pero me estoy comiendo un garrón!
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