Roque Fernández: “Hay que abrir la economía en serio y hacer motosierra sobre aranceles”
El exasesor del Presidente durante la campaña rompe el silencio para evaluar el plan de ajuste de los libertarios; “Si la ley bases no sale, se va a demorar la reactivación y la inversión”, asegura
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Roque Fernández se acercó a Javier Milei durante la última campaña con el fin de brindarle un sostén técnico y robustecer su armado ante los ojos de la opinión pública y los mercados. Pero, al igual que Carlos Rodríguez o Emilio Ocampo, no volvió a nutrir los equipos de Milei tras el triunfo libertario en las urnas. Pese a que no fue convocado para ocupar un cargo, el exministro de Economía de Carlos Menem no guarda rencor con el Presidente ni se convirtió en un adversario. Al contrario, se siente un aliado por su pertenencia al Partido Demócrata, uno de los socios de La Libertad Avanza.
Fernández cultivó un segundo plano desde que asumió Milei, pero ahora decide romper el silencio para evaluar los resultados del nuevo régimen económico. Eso sí: aclara que opina sin la camiseta de oficialista ni la de opositor. Aficionado al golf, defiende la performance de ajuste y exhibe un optimismo moderado sobre el futuro. Cauto, elige los golpes a la hora de lanzar críticas o hacer advertencias sobre el plan y las reformas que plantea Milei. “Hay que abrir la economía en serio y hacer motosierra sobre aranceles”, advierte Fernández, integrante de los “Chicago Boys” y referente del Centro de Estudios Macroeconómicos de la Argentina (CEMA), donde preside el Consejo Superior.
-¿Cómo evalúa los resultados de estos primeros seis meses de gestión? ¿Milei tiene un plan de estabilización con reformas similares a las de los noventa?
-El plan de limitar la expansión monetaria le está dando resultados. Y si lo mantiene, va a terminar dominando la inflación. Es algo que toma tiempo, pero es efectivo. Es imposible que exista inflación si no está acompañado por emisión monetaria. Eso no solo es dinero en poder del público, sino también estos pasivos remunerados del Banco Central que generan expectativas de mayor emisión y eso empuja a la inflación para arriba.
La medida que tomaron el 16 de mayo pasado es muy importante. Es técnica, pero han creado un marco normativo para que todos los pasivos remunerados del Banco Central salgan de ahí y compren letras del Tesoro. De esta manera, el deudor pasa el Tesoro. O sea, el respaldo de las letras de tesorería son los impuestos. En cambio, el respaldo de una deuda del Banco Central es la emisión monetaria. Entonces, esta decisión consolida el plan de Milei.
-¿Alcanza con eso o se requerirán nuevas medidas?
-El segundo paso fundamental es hacer lo mismo con otros pasivos remunerados. Hay que pasarlas al ministerio de Economía para que eso no sea responsabilidad del Banco Central. El Central es una entidad monetaria muy importante que no puede entrar en cesación de pagos. Es clave que no tenga deuda y su objetivo sea la estabilización monetaria. Eso Milei lo tiene muy claro.
Los pasivos remunerados del Banco Central son una de las causas de la inflación, cosa que está negada por la mitad de la profesión. Pero tanto la base como los pasivos afectan a las expectativas y el sendero de la inflación.
"No hay posibilidad de que la inflación se dispare si no le aprueban las leyes a Milei"
-¿Qué consistencia tiene la baja de la inflación que logró Milei? Hay economistas que creen que podría volver a subir e, incluso, Domingo Cavallo sostuvo que será difícil que perfore el piso de 5 o 6%.
-Si el Gobierno mantiene un control de la expansión monetaria y va en la dirección que hablamos, el piso para la inflación va a ser cero. No creo que exista algún tipo de rigidez por la cual el efecto de una política monetaria prudencial no logre el resultado de la estabilización. No veo esos pisos.
En algunas de estas argumentaciones hay elementos que tienen que ver con la indexación y que pueden generar ciertas rigideces a la baja. Pero los precios tienen que ir acomodándose en términos reales. O sea, no son cosas que se ajustan nominalmente, sino que tarde o temprano tienen que converger en un equilibrio. El fenómeno de la indexación o los convenios colectivos hacen que esos ajustes se demoren un poco más, pero, a la larga, ceden.
-¿La decisión de postergar subas de tarifas no provocará un fogonazo inflacionario más adelante, cuando Milei se vea obligado a hacer las correcciones?
-Si verdaderamente se plantan en una tasa de crecimiento cero -o sea, que no hay emisión monetaria-, los precios relativos van a tener que acomodarse. Algunos van a subir y otros bajarán a los efectos de que el nivel general de precios se ajusta a la demanda por dinero.
A lo largo de nuestra historia, la oferta de dinero ha sido endógena muchas veces a todos estos cambios. Por ejemplo, suben los salarios un 50% y el BCRA emite 50% para convalidar este incremento salarial, de precios o tarifas. Ahora si el ancla monetaria está firme, los precios relativos se acomodan.
-¿Y las tarifas se tendrán que acomodar?
-Así como las tarifas pueden estar atrasadas, hay muchos bienes que se han adelantado y tendrán que bajar. El equilibrio real de la economía se va a lograr, pero para que se consiga rápido es importante que no existan rigideces para los movimientos de precios. Si hay rigideces, eso significa que habrá un sector que quedará fuera de equilibrio, con precios reales demasiado altos. Eso va a provocar problemas, como desempleo o pérdida de actividad económica.
-¿Pronostica una rápida reactivación económica en forma de “V” o habrá una larga recesión o depresión?
-Lo que hemos visto es que el cambio de régimen ha provocado una caída en el riesgo país y la tasa real de interés. La teoría económica básica diría que si la tasa de interés baja, se estimula el consumo presente en contra del consumo futuro con respecto al punto de equilibrio anterior.
La disminución del riesgo país a la mitad es un efecto expansivo que se va a manifestar. Por el momento es el argumento de la expansión. Acá no hay expansión keynesiana, por aumento de la obra pública, sino que viene por la caída de la tasa de inflación, reacomodamiento de precios relativos y la disminución de la tasa de interés. Eso va a provocar [la reactivación]. ¿Cuán rápido? No sé.
-¿La velocidad dependerá de la llegada de las inversiones?
-Desde el punto de vista del consumo es claro: si la tasa de interés es muy baja, estimula el consumo presente y no el ahorro. Pero el otro componente de la demanda agregada es la inversión. El hecho de que haya crédito o baje la tasa de interés estimula el aumento de las inversiones. Sin embargo, las inversiones requieren seguridad jurídica. Eso necesita una ley que está ahí en el Congreso.
La inversión en bienes durables -comprar una heladera o refaccionar una casa- se está dando. No se reactivó la construcción, pero podría ocurrir si se avanza en esos temas.
El Gobierno lo demora el fin del cepo por el impuesto PAIS; es la caja para sostener las finanzas públicas
-¿Será crucial que Milei logre aprobar las reformas y despeje la incertidumbre por las demoras en el Congreso?
-Sí. Dos cosas. Por un lado, el Poder Ejecutivo tiene los instrumentos para asegurar la estabilidad. No tengo miedo que la inflación se dispare, para nada. Aunque no le aprueben nada, si el Ejecutivo mantiene una política monetaria férrea…
-¿No teme que se dispare la inflación si se cae la ley bases?
-No, no hay ninguna posibilidad de que eso ocurre. Ahora, si la ley bases no sale, se va a demorar la reactivación y la inversión. No habrá inflación, pero la economía no se va a recuperar. Ese es el tema.
-¿Y cuánto dura el apoyo popular? ¿Cree que habrá más tolerancia social al ajuste si se cae la ley bases?
-Si la comunidad se da cuenta que la recuperación económica depende de las reformas estructurales, y esas no salen porque el Congreso no las aprueba, yo creo que Milei sube y sale fortalecido. Está dando la pelea correcta y el enemigo está en “la casta”, que no quiere ceder en nada y seguir con los fondos fiduciarios. ¿Contra quién va a surgir la intolerancia? Para mí, contra los que impiden el crecimiento económico, que no es Milei. El podrá decir: “¿Vieron? el problema era la casta”.
-¿Acaso el plan de Milei no es extremadamente recesivo? ¿Por qué no pagaría un costo?
-La recesión viene por un ordenamiento de los precios relativos. ¿Qué significa? Que los factores que están en un sector tienen que ir a otro. Es un problema de reordenamiento de precios relativos. Hacía falta hacerlo y el costo es ese.
-¿Hay señales de atraso cambiario? ¿La Argentina está siendo cara en dólares?
-No me animaría a ser muy taxativo sobre el nivel de equilibrio del tipo de cambio. Si me acuerdo mi experiencia personal en los noventa y creo que es parecido a lo que está pasando ahora. En 1997, cuando yo era ministro de Economía, todo el mundo decía que había que salir de la convertibilidad porque había un atraso cambiario. ¿Cuál era la alternativa? Retirar al Banco Central y no intervenir en el mercado. Si no comprábamos los dólares, el dólar iba a caer.
En definitiva, muchos de los que piden devaluación están reclamando que el Banco Central compre el dólar más caro. No piden un mercado totalmente libre. Las operaciones empresarias dicen que para competir necesitan un dólar más alto. Bueno, al final de 1999 teníamos una deflación.
-¿Compara ese escenario con la actualidad?
-He escuchado argumentos de Milei y Caputo que el balance comercial da acumulación de reservas. Pero no le daría mucho énfasis a ese tema, porque el cepo y todas las distorsiones que hay no me dejan claro si ese es un flujo de equilibrio. Habría que ver cuál sería el precio del dólar si uno mueve las restricciones al comercio internacional.
-¿No hay margen para una corrida si se levanta el cepo?
-Si verdaderamente sacan todos los pasivos del Banco Central, no le tengo miedo a remover el cepo y todas las distorsiones. Porque para que el dólar suba de precio, tiene que haber pesos en excedente. Y hoy día no los hay. Tampoco los habrá en el futuro si se mantiene esta política.
Yo no le tengo miedo a que se dispare el sistema. El que quiera comprar los dólares, tiene que hacer la transacción en pesos. Hay que estar seguros de eso.
"Milei no se volvió heterodoxo, sino que va acomodando la carga del ajuste durante el viaje"
-¿Por qué demora Milei el levantamiento del cepo? ¿Es un acierto o un error?
-Yo creo que el Gobierno lo demora por el impuesto PAIS y la caja que le da para sostener las finanzas públicas. Si tuviera esta conversación con Milei y Caputo, estarían de acuerdo en que hay que sentarse sobre la cantidad de pesos fija y dejar que el dólar flote; no se va ir a ningún lado. Pero ellos tienen que pagar los cheques de fin de mes y cerrar las cuentas. Ahí hay que hacer un análisis más finito.
-En ese sentido, ¿Milei está siendo heterodoxo u ortodoxo o una mezcla de ambas cosas? Ajusta, pero también congela tarifas y posterga pagos.
-Tal vez, lo mejor es enemigo de lo bueno. Por ejemplo, hacer más graduales los ajustes tarifarios para distribuir un poco el impacto en el tiempo es algo que puede suceder. No diría que Milei abandonó el programa o se volvió heterodoxo, ni por casualidad, sino que va acomodando la carga del ajuste durante el viaje.
Al mismo tiempo me gustaría saber cuáles son las verdaderas tarifas de equilibrio. ¿El gas y la electricidad están a precio internacional? No lo sé.
-¿El superávit es sostenible a mediano plazo? Usted hablaba de la incidencia del impuesto PAIS y los precios de la energía.
-Yo diría que sí. ¿Qué quiere decir que no es sostenible? ¿Lo van echar a Milei o le van a hacer un juicio político? Ahora si hablamos estrictamente de economía, y Milei se queda, es sostenible y óptimo porque, pasado este ajuste, se va a llegar rápido a la sostenibilidad. Si el Presidente se mantiene en su postura, lo va a lograr.
"Hay que abrir la economía en serio y hacer motosierra sobre aranceles"
-Es decir, usted ve una amenaza política, no económica.
-Claro. Cuando hablan de que “no es sostenible”, se refieren a que piensan que el pueblo va a salir a la calle y le va a pedir la renuncia; es el helicóptero de [Fernando] De La Rúa. Eso “es no sostenible”. Desde el punto de vista de asignación de recursos y economía es perfectamente sostenible.
-¿Y al plan de Caputo no le ve fallas técnicas que puedan desestabilizar a Milei políticamente?
-Técnicamente es un problema cómo se acomodan los precios relativos, que se van a acomodar, por las buenas o por las malas. Eso puede que no les guste a algunos o que haya protestas de sectores. Pero siempre respetando el sistema democrático. Transcurrida la protesta y cierto tiempo, los precios relativos se acomodan y la economía queda estable. No tengo dudas de eso.
-¿Milei cometería un error si devaluara?
-Una devaluación simplemente porque hay presión mediática es horrible porque, en definitiva: ¿quién decidió la devaluación? ¿la opinión pública o un grupo de iluminados? ¿En base a qué? Si el Gobierno lo hace y lo explica, tiene que realizarlo con mucho cuidado. La experiencia indica que, cuando ocurren esas devaluaciones debido al pedido de grupos de presión, el Gobierno perdió el control y ahí se dispara todo.
Con todas las distorsiones que hay actualmente, me mantendría firme en controlar la inflación. Después de que la inflación esté en cero, podría ver ahí si verdaderamente es posible tener un argumento sólido de tipo de cambio real que esté fuera de equilibrio. Recordemos que hay que sacar retenciones y un montón de cosas.
-¿El Gobierno no se verá forzado a corregirlo para estimular que el campo liquide?
-No. Si el problema es el campo, yo empezaría por sacar las retenciones. ¿Vamos a devaluar el dólar para compensar un impuesto que le quita 30%? Saquemos el impuesto. Vayamos a la causa del problema.
-¿Hay chances de que Milei logre un acuerdo con el FMI? ¿Debería tomar ese camino y asumir más deuda para liberar el cepo? Usted participó en agosto de una reunión con el organismo.
-El acuerdo con el FMI me parece una excelente estrategia, pero yo no tomaría deuda. La Argentina ya debe un montón de plata; lo que necesitamos es ordenar las finanzas públicas. Ahora si el Fondo dice ponemos estas partidas para aliviar la amortización de la cancelación del préstamo vigente, eso no sería aumentar la deuda, sino mantener la que está. Si eso ayuda a acomodar el ajuste de la economía, está bien.
"Se ve poca motosierra en el sistema de protección; falta apertura comercial"
-¿A Milei lo puede golpear un schock externo, como el efecto tequila en los noventa? Es un mundo complejo por las guerras o las elecciones en los Estados Unidos.
-Dejemos de lado la crisis con España, que es irrelevante, un tema que no tienen que ver con la economía real de la Argentina y España. Un conflicto más serio, como una guerra, ahí va a afectar a todas las economías.
Las inundaciones en Brasil pueden ser un shock positivo o negativo. Ahora lo que veo es una permanente vigilancia sobre distintos precios relativos. Afortunadamente, los movimientos de mercado trabajan a favor de una buena asignación de recursos y la sustitución del consumo. Es decir, si subió el rabanito, habrá que ponerle zanahoria a la ensalada.
-¿Por qué creen que Milei abandonó el plan de la dolarización, una de sus banderas de campaña? ¿Considera que hoy es una alternativa viable?
-Yo creo que Milei no lo abandonó, sino que lo cambió. Habla de competencia de monedas. No sé qué piensa o tiene en mente, pero, con el peso estable, no le tengo miedo a una competencia de monedas.
-¿Cómo funcionaría? ¿Es una dolarización encubierta?
-El mundo ideal es que uno pueda tener una cuenta en un banco en la moneda que quiera, ya sea euro, dólar o peso. Y si vas a comprar un auto y te piden dólares, le ordenarías al banco que te cambie los pesos por dólares al tipo de cambio de mercado.
Ahora, si tenemos un peso con la inflación de hoy en día, habrá una segregación del mercado. Vamos a ir a la verdulería con pesos y a comprar el auto con dólares. Pero si el peso está estable, no habrá problema.
-Milei insiste en que quiere eliminar al Banco Central. ¿Eso le parece un plan peligroso?
-Si el peso continúa operando en forma estable, uno necesita el Banco Central para regular la oferta monetaria y asegurar la estabilidad del peso. Pero se requiere una nueva carta orgánica en la que tenga prohibido emitir deuda. Así fue la de 1992, que permitió la convertibilidad. Cuando tuvimos las corridas del efecto Tequila o la crisis en Brasil, el Banco Central no podía salir a rescatar a los bancos o emitir pesos. Hubo que liquidar bancos y los argentinos aprendieron cómo se vive con una economía estable.
Acá hay que tener cuidado porque el Banco Central tiene la superintendencia de bancos. Mientras exista el peso, es el ente regulador de preservar el valor de la moneda. Es lo que dice la Constitución.
-¿Por qué los economistas que le habían dado sostén a Milei durante la campaña ya no están con él?
-Distinguiría mi caso del de los otros economistas. Yo tengo la misma relación que tuve siempre. No estoy en una acción política en contra de Milei, porque soy aliado con el partido demócrata; somos parte de la alianza. No soy enemigo político de Milei.
Los otros que yo sepa nunca formalizaron una alianza política con Milei. Ellos mantuvieron su independencia. Tal vez, tenían expectativas de apoyar en la campaña y después tener influencia sobre las decisiones. Eso no ocurrió y salen a opinar libremente. Yo me considero parte del espacio, pero opino independientemente como economista profesional.
-¿Milei no tiene un equipo como el de Cavallo? ¿Compró el plan de Caputo para la economía y el programa de Sturzenegger para desregular el Estado?
-El tema del equipo es fundamental cuando el presidente no es economista. Desde el punto de vista del diseño del plan, creo que Milei lo tiene y no necesita que se lo armen. Probablemente, la observación que se puede hacer es que, en definitiva, se quedaron gran parte de los funcionarios de La Cámpora en puestos del Estado. Esa gente puede ser leal o no. Ahora pueden ser gente leal pero no entender el plan. A lo mejor no entienden para dónde tiene que ir la cosa.
-¿La falta de capacidad de gestión y pericia política de Milei para implementar las medidas?
-En un país donde el Estado es tan grande, que está lleno de vericuetos y resoluciones, es muy complejo. Ahora, cuando Cavallo y yo entramos, llevábamos un grupito de funcionarios. Era la mesa chica. No era que uno tiene cientos de personas a sus órdenes para meterlas en el sector público.
A lo mejor en el sector público hay un porcentaje muy alto de gente útil. Hay funcionarios de carrera y hay que saber descubrirlos. También hay ladrones, corruptos y militantes. Pero si saben ubicar a los funcionarios probos, pueden manejarse muy bien con él.
-Milei mantiene la idea de que el Estado es una “organización criminal” y que los impuestos “son un robo”. ¿Esas visiones son propias de un liberal? ¿Cuáles son los límites de la motosierra?
-Cuando Menem vio la propuesta de privatizaciones que habíamos armado -Aerolíneas, teléfonos y las compañías de electricidad-, nos preguntó: “¿y el resto?”. Le dijimos que esas eran las viables, que las otras no se iban a poder hacer. Y nos contestó: “pongan todo”. Y privatizamos todo: ferrocarriles, Aerolíneas e, incluso, el hipódromo de Palermo. O sea, la motosierra no tiene límites. Hay que eliminar todo eso, porque si no, es imposible. Todo eso es plata para gente que no trabaja y está ahí simplemente porque pasó a ser empleada del Estado y cobra sin hacer nada.
-Cuando pone la lupa en el ajuste fiscal, ¿hubo “tijerita” o “motosierra”?
-Yo creo que hay lograr la seguridad jurídica y sacar los impuestos a bienes personales. Tener capital en la Argentina no puede ser una penalidad. Bienes personales tiene que desaparecer. El proyecto la reduce y establece un pago anticipado. También diría que hay otras distorsiones, que no dependen del gobierno nacional, como ingresos brutos. Eso hace prácticamente imposible hacer radicar una empresa en esos distritos. Si uno pretende crear fuentes de trabajo, tiene que hacer rentable y darle seguridad jurídica a la inversión.
-Hasta ahora no hubo “motosierra” para sacar impuestos. Milei había dicho que se “cortaría un brazo” antes de subirlos.
-En la parte de bienes personales hay una disminución. Donde se ve poca motosierra, pero no quiere decir que no vaya a venir, es sobre todo el sistema de protección que hay en la Argentina, con aranceles enormes, para que no sea competitivo. Si para producir un lápiz, tiene que pagar la gomita importada con un arancel enorme, la fábrica argentina no existe. Eso ocurre en el sector industrial.
Hay aranceles muy altos para los insumos de producción, con lo cual te saca de mercado cualquier proyecto industrial que uno tenga.
-¿Falta apertura comercial?
-Sí, hay que abrir la economía en serio y hacer motosierra sobre aranceles. Hay que bajar no solo los aranceles, sino las restricciones cuantitativas a la importación. Por lo que me dicen empresarios amigos, la importación no es libre y todavía hay restricciones. Pero ni el mismo Milei debe saber dónde están las trabas. Yo creo que deben estar en los vericuetos de la Aduana o secretaría de Comercio. La estructura burocrática y empresaria ha puesto una barrera para arancelaria que te impide crecer hacia afuera.
Si con 50% de pobreza, vas a tener una demanda efectiva importante para sacar el país adelante, no lo vas a lograr a corto plazo. Lo vas a conseguir en el largo plazo si podés vender mucho afuera y mejorar el bienestar de los argentinos que están adentro, para que pasen a tener un ingreso permanente más alto y sean la demanda interna que sostiene el crecimiento. Para eso, se necesita mucha apertura.
- Al regresa de España, Milei dijo: “La gira demostró que soy el máximo exponente mundial de la libertad”. ¿Coincide o es una exageración?
-Sin duda, Menem y él son los únicos dos presidentes liberales que hemos tenido en el siglo XX. Con respecto al mundo, no me animo a decir…No conozco cómo son los otros.
-¿Milei es comparable con Menem o el riojano era un político de raza?
-Era abogado, político, pero su ideología era liberal.
-¿Cuál es su visión sobre el RIGI?
-Me parece muy bueno el régimen que da seguridad jurídica y estabilidad tributaria a las grandes inversiones, pero lo extendería y lo haría general. Ahora, para todas esas grandes inversiones que no están, ya sea el litio o minería, el estímulo es interesante.
En definitiva, habría que buscar un puente fiscal para que sea para todos.
-¿Le sorprende que Milei no toque los regímenes especiales, como Tierra del Fuego o Mercado Libre?
-Me hubiera gustado que estén puestos, pero la explicación que escuché es que vienen más adelante. Dicen: ¿cuántos frentes voy a abrir acá? Incluso, con los pocos que abrió, todavía no los pudo sacar.
-¿Apoya la idea de reemplazar la obra pública por privada o es impracticable? ¿El Estado va a tener que intervenir cuando fallen los trenes o se rompan las rutas?
-Si hay seguridad jurídica, es viable. ¿Es posible tener una red ferroviaria moderna, que funciona muy bien y no se haga con plata del Estado? Totalmente posible. En muchos países del mundo está. El Estado se hace cargo del mantenimiento de las vías.
-¿Qué errores Milei no debería volver a cometer respecto del proceso de privatizaciones de los noventa?
-Es políticamente incorrecto lo que voy a decir, pero nos equivocamos con la Anses. Cuando privatizamos, el proyecto original era que cada uno pudiera jubilarse en base a sus aportes a la edad que corresponde. Era una cuenta de capitalización y seguro. Aquellos que eran indigentes iban por un plan social. Tendríamos que haber cerrado la Anses y haber dejado las AFJP, como hizo Chile. Al haberlo dejado abierto, la Anses se comió las AFJP. Es decir, con un sistema de fondo privado se elimina de cuajo las jubilaciones de privilegio.
-Teniendo en cuenta el plan técnico y su debilidad política, ¿qué chances ve que a Milei le vaya bien o mal?
-Yo creo que va ir creciendo, aumentando su caudal político porque, verdaderamente, si uno mira para los costados, Milei sigue siendo lo mejor. No veo líderes ni de la izquierda ni del liberalismo que puedan competir con él. Ha tenido, tal vez, la visión y la suerte de estar en un momento oportuno con el plan económico correcto para la Argentina que estamos ahora. Más adelante, podrá decir veamos otras alternativas, pero hoy día no tiene sustituto.
-Como dice el Presidente, ¿usted “la ve”?
-[risas] Yo creo que la veo.
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