Romper, pelear, negociar, firmar: las distintas posiciones dentro del oficialismo frente al FMI
En el Frente de Todos coexisten quienes abogan por un default hasta quienes consideran “imprescindible” el entendimiento con el organismo de crédito
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En plena negociación con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y a horas del primer vencimiento de US$718 millones que debe enfrentar este año el gobierno de Alberto Fernández, la discusión en torno a un eventual acuerdo expuso nuevamente las divisiones en el oficialismo: desde los sectores más intransigentes, que se declararon en contra de llegar a un entendimiento con el Fondo e incluso abogan por ingresar en un default, hasta quienes afirman que es más conveniente, necesario o indispensable llegar a un acuerdo. El espectro de opiniones dentro del propio Frente de Todos es amplio y variado.
Los intransigentes
“Primero lo primero: ¡Ni UN dólar más al FMI! [sic]”, es una de las consignas bajo la cual fue anunciada la marcha que hoy protagonizaron grupos “autoconvocados” contra la renegociación del préstamo. A un día de que el gobierno de Fernández enfrente el primer vencimiento de capital del año con el organismo de crédito, otro de los lemas es “las estafas no se pagan, ni este viernes ni nunca”.
De la movilización que empezó cerca de las 10.30 en el Obelisco y que se dirige al ministerio de Economía participan distintas agrupaciones de izquierda, organizaciones sociales y sectores afines al kirchnerismo. Al comunicado difundido esta semana por la denominada Autoconvocatoria por la Suspensión del Pago e Investigación de la Deuda se sumaron entre otros el premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel, la madre de Plaza de Mayo Nora Cortiñas y el director del Banco Nación Claudio Lozano.
Lozano directamente pidió “suspender el pago” y afirmó que “no se puede alcanzar un acuerdo con efectos negativos”. “Hay que suspender el pago, seguir conversando y ponerlo en el lugar que corresponde: es de contenido político. La Argentina podría haber llevado la discusión a la ONU: hay que hacer política con esto, esto no es un crédito stand by”, opinó el economista. “La Argentina tiene la experiencia del default en el 2002 y demostró que puede resolver su situación”, completó.
La diputada Fernanda Vallejos se sumó a quienes se declaran abiertamente en contra del entendimiento con el Fondo -al que describió como mayor violador sistemático de los DDHH de los pueblos- vía Twitter y consideró que “la Patria esta en Peligro”. Vallejos integra la agrupación kirchnerista “Soberanxs”, liderada por los exfuncionarios kirchneristas Amado Boudou, Alicia Castro y Gabriel Mariotto, que pidió que el Gobierno lleve al FMI a la Corte Internacional de Justicia.
Pero hoy me preocupan -y de eso tenemos que hablar los argentinos- los DDHH de nuestro pueblo, que EEUU, vía FMI, pretende volver a arrasar, obligándonos a firmar un nuevo acuerdo de deuda con condicionalidades fuertes para "pagar" la estafa macrista. La Patria está en peligro.
— Fernanda Vallejos (@fvallejoss) January 26, 2022
Una postura hostil
En este grupo se apuntan tanto la vicepresidenta Cristina Kirchner como su hijo Máximo. Incluye también al gobernador Axel Kicillof. Son aquellos que sostienen públicamente que debe haber un acuerdo, pero mantienen una posición crítica hacia el organismo y condicionan cualquier negociación a que no se impulse un ajuste sobre el gasto del Estado.
Desde Honduras, en una conferencia titulada “Los pueblos siempre vuelven”, Cristina Kirchner apuntó ayer contra “las políticas de ajuste”. Aunque evitó nombrar explícitamente al FMI -y dejó en claro que evitaba hacerlo-, terminó ligando a los organismos multilaterales de crédito el narcotráfico y su crecimiento en la región.
Máximo Kirchner también lanzó varias criticas al organismo de crédito. “No puede tener una actitud tan golosa el FMI respecto de nuestro país después de las condiciones en que les prestó, después de una pandemia, y querer que estas situaciones se resuelvan como si estos hechos no hubiesen existido”, dijo en una entrevista en Radio El Destape.
Kicillof también aseguró en varias ocasiones que el Gobierno debe “revisar” su estrategia y criticó a los organismos internacionales. Reclama que la negociación no afecte la recuperación económica. “Está en juego cómo seguimos, en esta etapa no podemos aceptar un ajuste porque tenernos niveles de pérdida de empleo producto de la pandemia y de la gestión (Mauricio) Macri y se requiere de una política activa para llegar a los que más lo necesitan”, aseguró el gobernador de la provincia y agregó, en diálogo con Radio 10: “Que lo del FMI no desvíe de lo que es una política de clara recuperación“.
A medio camino entre este grupo y los “intransigentes” se paró ayer Leopoldo Moreau, un diputado que integra el círculo más cercano a la vicepresidenta. Por esa razón es que llamó la atención que Moreau relativizara el impacto de un eventual default: dijo que no debe “aterrorizar” y consideró que no es “el peor de los remedias”.
“Nosotros no proponemos el default, pero nos empujan al default. Nosotros no somos el partido del default, pero tampoco vamos a entregar de pies y manos a la sociedad al peor de los ajustes, no nos vamos a jugar en una timba la democracia”, señaló el exdirigente radical a Radio con Vos.
“Néstor [Kirchner] gobernó la Argentina dos o tres años en default hasta que logró el acuerdo con los bonistas privados y con el FMI, y las divisas las usó no para pagar la deuda sino para reactivar la economía”, agregó Moreau.
Sobre esta senda se sumó ayer el planteo de diez expresidentes de la región, que le exigieron al FMI condiciones más flexibles para acordar. Fue a través de una carta titulada “El FMI debe asumir su responsabilidad”. Reclamaron “la eliminación inmediata de los sobrecargos” y plazos “que permitan un crecimiento económico sin ajustes brutales ni restricciones fiscales que sometan al pueblo argentino a condiciones de empobrecimiento”. Fue impulsada por el Grupo Hermandad, un conglomerado que cuenta con los legisladores kirchneristas Eduardo Valdés (diputado nacional) y Oscar Laborde (legislador del Parlasur). Entre los firmantes figuran además el ministro de Defensa, Jorge Taiana; el senador Oscar Parrilli y el sindicalista Víctor Santa María.
Apoyo y gestiones “discretas”
Están también quienes, sin salirse del discurso público de que el acuerdo con el fondo no puede condicionar el crecimiento, hicieron gestiones, más o menos discretas, para avanzar en un acuerdo con el FMI. En estas filas se encuentra el jefe de Gabinete, Juan Manzur, quien habría condicionado su continuidad en el Gobierno que el acuerdo con el FMI se concrete. “Queremos acordar, pero sin ponerle freno al crecimiento del país”, afirmó el jefe de Gabinete en una reunión con periodistas acreditados en la Casa Rosada y advirtió que es necesario que mejore la economía del país para cumplir con el eventual acuerdo. Fue uno de los funcionarios que viajó a los Estados Unidos para acercar posiciones.
La mayoría de los gobernadores del PJ se encuentran en este grupo: esperan un acuerdo, advierten en privado sobre las consecuencias negativas de no lograrlo, pero evitan involucrarse en la discusión interna entre kirchneristas y albertistas. El gobernador de Catamarca, Raúl Jalil, que viajará con Fernández a Rusia, China y Barbados dijo que tiene “fe” de que a más tardar en marzo se va a cerrar el acuerdo. “El Gobierno está trabajando para llegar a un acuerdo con el FMI. El tema va camino a solucionarse”, aseguró el mandatario catamarqueño.
Sergio Massa sostiene la línea de “pagar creciendo” y es otro de los referentes del oficialismo que impulsó conversaciones con funcionarios del Fondo y los Estados Unidos. “Nosotros, los integrantes del Frente de Todos, lo que hicimos fue depositar en el Presidente, el ministro de Economía y en el equipo que lleva adelante la negociación, la confianza porque entendemos que nuestra responsabilidad es resolver bien este problema”, dijo el presidente de la Cámara de Diputados en una entrevista con C5N. “La capacidad de pago de la Argentina depende de la capacidad que tengamos los gobernantes de vender trabajo argentino al mundo”, agregó en otra oportunidad, tras un encuentro con dirigentes bonaerenses del Frente Renovador.
Apoyo abierto
Sin abandonar el eje discursivo dominante (”un acuerdo que no frene el crecimiento”), en el oficialismo también hay dirigentes y funcionarios que abiertamente advierten que es necesario cerrar un acuerdo y que ese es el escenario más favorable para la Argentina. El grupo tiene dos inquilinos forzosos: el ministro Martín Guzmán, encargado de las negociaciones con el Fondo desde diciembre de 2019, y el presidente Alberto Fernández, que también participa en las gestiones, aunque por momentos su discurso tonó el tono de los “hostiles”.
Solo un día después de las declaraciones de Moreau, el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas consideró “un acto de voluntarismo o de irresponsabilidad” poner en riesgo la reactivación ante la hipótesis de que la situación sería peor con un acuerdo.
“Es una fantasía esta idea de ‘no le pago al Fondo y uso esa plata para otras cosas’, sin tomar en cuenta una multiplicidad de elementos que pueden afectar la economía y creo que podrían agudizar los problemas del país”, lanzó en diálogo con Radio Con Vos el funcionario del riñón del presidente Alberto Fernández en un mensaje que parecía dirigido al kirchnerismo duro.
“Estoy convencido de que es mucho mejor para la Argentina hacer un acuerdo que nos permita seguir creciendo a, como escucho por ahí, no hacer un acuerdo. Porque eso, de por sí, va a hacer mal. Esa hipótesis no se valida con la realidad”, opinó el ministro.
Kulfas aseguró que en la Argentina hay “recuperación” y opinó que el país está en condiciones de lograr un acuerdo que permita seguir sosteniéndola. De esta manera, el ministro intentó explicar que las exigencias del FMI no son tan crudas y a pesar de que caracterizó como “dura” la negociación aseguró incluso que hubo cuestiones en las que el organismo cedió. “Decir que el Fondo no se movió creo que es desconocimiento”, indicó.
“Otro tema que escucho es que se dice que hemos estado en default y la economía creció, por ejemplo, en el gobierno de Néstor Kirchner. Pero en ese momento estuvimos en default con acreedores privados, no con el FMI. Con el FMI hubo una demora en el pago, no califica como default”, sumó Kulfas, un argumento que esgrimieron Lozano y Moreau.
A esta lista se suma el exministro de Desarrollo Social y actual diputado nacional Daniel Arroyo, quien hoy consideró “imprescindible” un acuerdo con el Fondo para poder salir de la crisis. “Hay que lograr un acuerdo con un esquemas de pagos razonables y que nos permita crecer. Sin acuerdo con el Fondo la situación se va a complicar más”, afirmó en una entrevista con LA NACION.
Arroyo crítico el préstamo adquirido por Mauricio Macri pero aseguró que es necesario el entendimiento con el organismo que dirige Kristalina Georgieva para un posible crecimiento de la Argentina. “Este año tenemos que pagar 19.000 millones de dólares y el otro 20.000 millones de dólares. El préstamo ha sido absurdo en el monto, en las formas y en las características. Pero se necesita un acuerdo que permita crecer y avanzar, por la debilidad estructural que tiene la Argentina”, señaló.
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