Horacio Rodríguez Larreta ensaya delicados equilibrios en la semana que debe a coordinar medidas con el Presidente
Los sondeos que llegan a Uspallata, sede del gobierno porteño, indican que, más allá de los núcleos duros de electores que polarizan a un lado y el otro de la grieta, el grueso de los ciudadanos espera que los dirigentes bajen su nivel de confrontación. "Crisparse hace que bajes", sintetizan en el entorno de Horacio Rodríguez Larreta.
Ese diagnóstico explica, en parte, que Rodríguez Larreta haya marcado diferencias con el Gobierno por la forma en que se está tramitando la reforma judicial y que haya asentado su postura al respecto, pero sin por eso apuntar al fondo de la disputa ni confrontar con Cristina Kirchner y, mucho menos, romper el diálogo con Alberto Fernández.
Rodríguez Larreta observó en los últimos días que el kirchnerismo duro hizo una demostración del músculo que tiene para marcar la agenda. Lo vio en el plano judicial y en los discursos más radicalizados que salieron de los despachos nacionales. Comentó que eso, al final del día, le jugará en contra al Presidente.
Es por esa lectura que el jefe de gobierno porteño seguirá sosteniendo el diálogo y la coordinación con Fernández -con quien tiene un contacto cotidiano y en buenos términos, sobre todo en las "semanas pandémicas"- y marcará las diferencias con el Gobierno cada vez que lo vea necesario, sin utilizar artillería pesada.
"Cuando haya temas institucionales relevantes no va a dejar de pronunciarse. Ya pasó con la liberación de presos y con Vicentin. Eso no implica que al día siguiente no trabaje en conjunto para mejorar la vida a la gente por la pandemia", señalan en Parque Patricios. El 70% de los encuestados, en los sondeos que llegan a la Ciudad, dicen que esperan que se continúe el trabajo coordinado con Nación cuando se trata de la gestión.
Equilibrios
Rodríguez Larreta cuestionó la forma judicial no por la cuestión de fondo, sino por la forma. No dijo, como otros referentes de su espacio, que el proyecto de ley apunte a garantizarle impunidad a Cristina Kirchner. Como es habitual en él, ni siquiera mencionó a la vicepresidenta. Solo señaló, en un hilo de Twitter, que "en el Senado se decidió avanzar, apurando el tratamiento", que "no es la forma" y que "se requiere más tiempo para debatirlo".
Algunos en la Casa Rosada lo entendieron como una invitación a una conversación, aunque otros funcionarios cercanos a Fernández se mantuvieron inflexibles. "No entiendo dónde quiere que se den los consensos si no es en el Congreso", dijo este martes un alto funcionario a LA NACION sobre los tuits de Rodríguez Larreta.
En la Ciudad aclararon el sentido del mensaje del jefe de gobierno porteño: "No nos estamos prestando al debate en estas condiciones. Estamos diciendo que se tendrían que haber sentado todos los actores en la mesa antes, en lugar de que haya dos o tres decidiendo en un sótano".
"Por supuesto queremos ganar en autonomía con el traspaso de la Justicia, es algo postergado desde 1994. Ahora, si el traspaso de la Policía fue complejo y éramos todos del mismo color político, ¿cómo va a ser esto? ¿Cuáles van a ser los recursos? ¿No lo vamos a conversar?", reflexionaba un colaborador estrecho del jefe de gobierno porteño.
De acuerdo al cronograma semanal, es posible que Rodríguez Larreta tenga que negociar los términos de la nueva etapa sanitaria casi en simultáneo con el tratamiento de la reforma judicial en el recinto del Senado, y con una nueva manifestación en la calle. Se repetirá la incomodidad que se planteó en la previa del último banderazo.
Para Rodríguez Larreta la prioridad está lo que en su entorno califica como "su principal obnubilación", que es el éxito del manejo de la pandemia, algo que incluye tratar los contagios pero también tramitar la vuelta a la normalidad.
En ese sentido, volverá a plantearle a Fernández y Kicillof la necesidad de avanzar con su cronograma de aperturas, con restaurantes con mesas en la calle y la administración de los espacios verdes. Esta vez, el jefe de gobierno porteño parece coincidir con Nación y provincia en la lectura los indicadores epidemiológicos del AMBA.
El debate por las escuelas
Rodríguez Larreta también insistirá con sus proyectos para comenzar a retomar la actividad educativa, primero con los 5000 chicos que no tuvieron contacto con sus maestros en los últimos cinco meses, una idea que fue duramente cuestionada por Nación. "Si estamos habilitando el take away plus¿cómo no nos vamos a ocupar de la educación?", le dijo el jefe de gobierno porteño a su equipo de trabajo.
En la Ciudad aseguran que el plan había sido conversado previamente con el ministro de Educación, Nicolás Trotta, y con el propio Presidente, pero igual evitaron que el problema escalara.
Leyeron cierta picardía política en las declaraciones de Fernández, que dijo que avanzó en la regulación de las empresas de telecomunicaciones debido a los 5000 chicos de la capital sin acceso a Internet.
En lo concreto el comité asesor ad hoc del Ministerio de Educación se pronunciará en las próximas horas sobre el tema. En la Ciudad esperaban que les habilitaran los gabinetes informáticos de las escuelas, pero en Nación había resistencia.
Más allá de la agenda de la pandemia, la relación con la Casa Rosada tendrá una obligada continuidad. Como señaló LA NACION, el Gobierno ya recibió cinco pedidos vinculados a la economía de la Ciudad, como una zona franca, e incentivos para la economía del conocimiento y la hotelería.
Por ahora, Rodríguez Larreta seguirá apostando a la gestión y a la moderación política, en un escenario que tracciona hacia los extremos. Es también lo que le dicen las encuestas que lee y que le dicen cómo está su imagen. Tanto las que se hacen en la Ciudad como las nacionales.
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