Rodrigo De Loredo: “Es preferible que el Gobierno retire el artículo de jubilaciones de la ley ómnibus”
El jefe de bloque de la UCR celebra el giro del Gobierno en la negociación por el megaproyecto y espera que Milei cumpla con los cambios consensuados en la nueva redacción; alerta sobre el malestar de los gobernadores de JxC
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Rodrigo De Loredo camina con pies de plomo. A la espera de que el Gobierno acceda a los cambios en el articulado de la ley ómnibus que piden los aliados, el jefe de bloque de la UCR es cauto y evita hablar de un principio de acuerdo. Si bien se jacta de haber “persuadido” a la Casa Rosada, con “vocación cooperativa”, para que acepte modificaciones en la ley, De Loredo sugiere que la letra chica del nuevo articulado será clave para cerrar el pacto. “Es preferible que el Gobierno retire el artículo de jubilaciones de la ley”, admite en una entrevista con LA NACION.
En plena negociación, alerta sobre el malestar de los gobernadores de Juntos por el Cambio con Javier Milei por la falta de respuesta a sus reclamos. “El Gobierno no puede hacer pagar el ajuste a las provincias”, señala.
-¿Cuán cerca están de llegar a un acuerdo con el Gobierno para aprobar la ley ómnibus?
-Depende más de ellos que de nosotros, porque estamos esperando las precisiones que el Gobierno quedó en enviar en el texto normativo. Por lo pronto, nos parece un logro de nuestro bloque haber hecho reflexionar al Gobierno acerca de algunos puntos centrales de la ley.
-¿Por qué se podría caer el pacto? ¿Qué modificaciones concretas esperan para acompañar?
-Primero, el tema previsional no puede ser la variable de ningún ajuste. Segundo, nunca es buena la alternativa de retenciones y le pedimos al Gobierno que recapacitara sobre la chance de volver a parámetros anteriores o a retenciones cero. Tercero, que advirtiera que si quiere iniciar un proceso de privatización, requiere que el Congreso analice cada caso en particular. E insistimos en que, desde nuestra perspectiva, en ningún caso y lugar, se debería incluir a YPF o Banco Nación. Cuarto, es importante que el Gobierno también entienda que no hay urgencias para abordar una reforma electoral de esa envergadura. Y quinto, que tenía que reflexionar sobre las emergencias de las delegaciones, que siempre son acotadas en el tiempo y en el alcance de las mismas.
-¿Esperan que se materialicen esos cambios para acompañar?
-Y siempre es importante hablar sobre los textos concretos porque son temas extensos y complejos que en los detalles está lo central. Si miramos el proceso, es un logro de nuestro bloque haber tenido siempre una vocación cooperativa y, desde la perspectiva persuasiva, haberlo hecho recapacitar al Gobierno sobre esos cinco temas centrales para nosotros. En principio, parecería que nos han entendido.
-¿Usted prefiere que el Gobierno retire el artículo de jubilaciones? ¿O aceptaría la idea de indexar por inflación?
-Nosotros tenemos algo absolutamente claro: pese a compartir el objetivo de equilibrar las cuentas públicas y obtener el resultado del déficit cero, de ninguna manera, bajo ninguna circunstancia, ni con ningún eufemismo, pueden ser los haberes previsionales de 100.000 pesos variable de ningún ajuste. Sobre las distintas alternativas que pueda haber al respecto, es algo que ofrecía las mismas en concreto, el radicalismo analiza y da una devolución, pero, entre las que estaban sobre la mesa, es preferible que directamente se retiren esos temas de la ley.
-¿Qué modificación reclaman en retenciones? Milei dice que solo accede a eliminar la suba para economías regionales. ¿Puede ser una traba para pactar?
-Va a depender de lo preciso que haya sido la voluntad que ellos han esgrimido en las reuniones de dar marcha atrás con esta idea de obtener los objetivos fiscales aumentando la presión impositiva a través de retenciones. De por sí, hay una preocupación en el radicalismo en que se sostengan retenciones en procesos industriales en los parámetros que sugieren ellos porque eso, incluso, agrava el sesgo primarizador.
-¿Percibe un creciente enojo de los gobernadores de JxC con Milei por la falta de respuestas?
-Los diez gobernadores del radicalismo y Pro, que fueron los primeros en expresarse, de manera constructiva y positiva, para darle las herramientas que el Gobierno necesite para sus primeros pasos y llevar adelante su plan de gestión, entraron en un estado de preocupación y desconcierto por la desorganización del Gobierno y el riesgo de un plan que agrava el centralismo, toda vez que se sirve de derechos de exportación y retenciones, pero que no resuelve los problemas de gestión y fiscales de los gobiernos subprovinciales. Entonces, hay un reclamo creciente de que el Gobierno no puede hacer pagar el ajuste y los objetivos fiscales a jurisdicciones distintas a las que administra.
-¿Qué alternativa proponen? ¿El Gobierno deberían revisar los regímenes especiales, como el de Tierra del Fuego?
-Siempre lo dijimos, pero no creemos que, por una cuestión de respeto o de cooperación y de entender que no somos nosotros quienes gobernamos, tengamos que armarle el plan económico al propio gobierno. Respecto de tu pregunta, hace tiempo que nosotros insinuamos otras alternativas, y una particularmente es la que vos mencionabas, es decir, regímenes especiales que no cumplen claramente sus objetivos y que dan margen para avanzar en el ahorro fiscal en esos lugares.
-¿Quedaron conformes con la idea de Milei de excluir YPF del capítulo de privatizaciones o exigen acotarlo más para darle luz verde?
-Al no tener la precisión es un poco confusa la propuesta. En términos generales, nosotros decimos que cada instancia privatizadora tiene que tener su respectiva intervención en el parlamento. Esa fue nuestra postura desde siempre porque esta Argentina ya conoce de malas privatizaciones y pésimas estatizaciones. Entonces, en lo que se quiera avanzar debe ser de buena manera con transparencia y con los controles necesarios.
Extraer una empresa de un listado de ninguna manera conlleva que nosotros estemos de acuerdo con que se avance en términos generales con la privatización de las otras empresas. Entonces necesitamos precisiones de lo que quiere el gobierno. El radicalismo consensuó que no estaría dispuesto a acompañar un proceso privatizador de YPF y el Banco Nación.
-¿En el resto de las empresas exigen que sí o sí pase por el Congreso?
-Sobre el detalle, más que opinar, preferimos esperar la precisión del Gobierno. Si están garantizados los controles y la capacidad de oponerse u objetar del Parlamento, el mecanismo puede ser uno u otro. Pero no tiene que ser un pase notificador al Congreso.
-¿Cuál es la objeción respecto de la liquidación del Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS) de la Anses? ¿También sería conveniente que retiren ese artículo?
-Preferiríamos que lo retire. De todas formas, también necesitamos tener con precisión qué quieren hacer al respecto. Hay un elemento que se empieza a incorporar en esta discusión: cada vez es más creciente el pedido de las jurisdicciones subnacionales, incluso las jurisdicciones locales, de predisponerse a solucionarles los problemas al Gobierno, en la medida que la Nación no pretenda llevar adelante sus objetivos fiscales a costa de provincias y municipios.
-¿Puede ser un obstáculo por la presión de los gobernadores?
-La voluntad de acompañamiento de los bloques, que así lo hemos expresado, también está atravesada por un proceder noble y solidario para que entre todos, el gobierno nacional y los gobiernos provinciales, puedan cumplir sus objetivos fiscales y de gestión. Porque si no solamente se les resuelven las cuestiones que plantea el gobierno nacional en la ley y otras quedan probablemente pendientes, perjudicando situaciones de los distritos. Digo esto porque entiendo que hay muchos que todavía tienen situaciones no resueltas con el FGS.
-¿Las deudas?
-Claro. Entonces es un tema sobre el cual también no alcanza con los títulos, sino con la precisión de lo que van a enviar.
-¿Su idea es avanzar con la firma de un dictamen propio con Hacemos Coalición Federal, Innovación y eventualmente Pro o sumarse al texto del oficialismo?
-Es un tema que está en discusión, pero no descartamos que el radicalismo, continuando con un espíritu de ofrecer alternativas de solución e incluso ser más práctico en el debate -porque es bastante desorganizado-, contribuya ofreciendo una propuesta concreta que se puede traducir en un dictamen propio o de manera conjunta con otros bloques. Pero siempre desde ese lugar. Esto puede terminar siendo una vía que allane el núcleo de conciencias básicas al que queremos arribar para que el Gobierno tenga las herramientas justas y necesarias para llevar adelante su programa.
-¿Qué ocurriría si el Gobierno insiste en enviar el paquete de cultura o medio ambiente en la ley bases?
-No tenemos inconveniente en que haya temas que advirtamos que no son urgentes, pero que forman parte del texto de la ley y en los cuales nosotros estemos de acuerdo.
-Pidieron retirar la reforma electoral...
-Pero ese es el caso probablemente más sensible. Y pedimos excluyentemente que se retire. Y sobre los otros temas que no estemos de acuerdo, no los vamos a acompañar.
-¿Estarían de acuerdo con eliminar las PASO?
-No hay aún una posición cerrada en el bloque. Queremos que se saque el tema de las circunscripciones uninominales y rechazamos quitar los límites en el financiamiento privado.
-¿Y PASO sí o no?
-Puede llegar a ser una discusión todavía en el radicalismo, pero la gran mayoría no está de acuerdo con la eliminación de las PASO. Si creemos que es una herramienta que puede ser mejorada, pero cuya eliminación puede producir más problemas que el mal funcionamiento que hoy podemos observar de la misma.
-¿Cree que con la ley ómnibus y el DNU la economía puede tener un rebote en los próximos meses?
-No, todo lo contrario.
-¿Falta un paquete de medidas para estabilizar?
-Desde el comienzo nos extrañó el proceder del gobierno porque no vemos que en estos paquetes normativos haya un plan de estabilización monetaria, que es lo que le está haciendo falta al principal problema que tiene la economía: su escalada inflacionaria. Además, si durante años el Presidente estuvo particularmente diciendo que el problema inflacionario es monetario y no multicausal, como decían los kirchneristas, difícilmente uno pueda adjudicarle al tratamiento de estas leyes lo que está sucediendo con los riesgos hiperinflacionarios del país.
-¿El mega DNU es inconstitucional?
-Es algo que va a tener que decir la comisión bicameral. Que la bicameral no haya sido constituida es una responsabilidad exclusiva y excluyente del oficialismo. Sobre el DNU, está surtiendo efectos desde el 29 de diciembre. De manera que si el Gobierno interpreta que el efecto de estas normas depende de la situación económica del país, bueno, están en la calle y ya está surtiendo efectos. No estábamos de acuerdo con la votación a libro cerrado del DNU y vemos como un logro que haya accedido a retirarlo de la ley ómnibus.
-¿Qué opina del contenido del DNU?
-A la mayoría de los temas del DNU los vemos positivos, pero no estamos de acuerdo con la lógica permanente de “todo o nada”. Por eso, como espacio político, no formamos parte de la lógica bloqueadora y obstruccionista del kirchnerismo, pero tampoco de este otro péndulo o de ningún fanatismo o de entender que todo depende a que sea blanco y negro.
-¿Apoyaría la idea de incluir el capítulo laboral del DNU en la ley ómnibus? ¿Se habló en las reuniones con funcionarios del Gobierno?
-Sí, se habló. Y es un tema que tenemos que conversar entre nosotros los radicales para tener una postura en común. En mi caso particular, estaría de acuerdo en avanzar con esa iniciativa.
-La convención nacional de la UCR dijo que la ley ómnibus es “improvisada y poco democrática”. Y que rechaza el fondo y las formas. ¿Coincide con esa visión?
-Bueno, siempre dijimos que el proceder era anormal y extremadamente desprolijo y que había mucha improvisación en texto de las normas y en el abordaje de su tratamiento. Hasta el propio gobierno da cuenta de eso. De manera que lo dicho por la convención no es una novedad. Y lo que también expresó la convención son cinco aspectos en los que el bloque ya trabajó y que logró los resultados que se propuso hasta el momento.
-¿Llega tarde este pronunciamiento de la convención?
-No sé si tarde, pero la tomo como respaldatoria de cosas que el bloque ya había planteado y que había logrado persuadir al Gobierno del cambio de rumbo.
-¿Usted está más cerca de la posición de Pro que de la visión de Lousteau respecto de Milei?
-No, de ninguna manera. Me siento cerca de la posición que el radicalismo siempre toma en momentos de esta complejidad: sensatez, racionalidad y equilibrio. Estamos en un mundo que no premia estos comportamientos. Y me siento cerca también de este espíritu democrático que tiene nuestro partido de poner límites, pero, a la par, comprender y dar las herramientas a un gobierno que asumió hace pocos días.
-¿Que el Presidente comparte en sus redes insultos a Lousteau complica la negociación?
-Por supuesto. Me parecen absolutamente repudiables. De todas formas, nosotros no construimos nuestros posicionamientos públicos como reacciones a los agravios que hayamos recibido. Corren por cuenta de quienes los hacen.
-¿Le sorprende la actitud de Manes?
-No, porque es un dato de la realidad con la que me toca lidiar. No es nada nuevo en un partido como el nuestro, en el que hay miradas semánticas y posiciones diversas, con un tronco común de ideas y de comportamientos. En el seno de mi partido hay miradas más opositoras y otras más cooperadoras con los primeros pasos del Gobierno, entendiendo en todos los casos que no integramos parte del mismo, ni queremos hacerlo, pero también comprendemos, en todos los casos, que estamos muy lejos de las posturas del naciente kirchnerismo constitucional o del despertar de la larga siesta de la CGT.
-¿Manes actúa como un librepensador en la UCR?
-Todos somos libres pensadores en un partido como el nuestro.
-Héctor Daer dijo que “los dialoguistas no van a poder caminar por la calle”. ¿Qué opina?
-Otro exceso violento, inaceptable, que de ninguna manera nos va a amedrentar. No nos amedrentan o nos van a asustar los agravios de la CGT, ni mucho menos de los kirchneristas, pero tampoco los que formule el Presidente con su dinámica intempestiva y tuitera.
-¿Sería riesgoso que el gobierno quiera sesionar el martes después de firmar dictamen? Se podría solapar con el paro y movilización de la CGT.
-No lo sugeriría. La Argentina necesita, entre tantas otras cosas, pacificarse y entrar en sendas de normalidad y que la política se focalice en resolver los problemas principales que tiene la sociedad y salir de los shows, las peleas y los fuegos de artificio.