Rodolfo Suárez: "Tengo muy buena relación con Alberto Fernández; hay que dejar de lado la grieta"
El gobernador de Mendoza se muestra conciliador con la Casa Rosada y dice que busca cooperación; el traspié por el proyecto minero
Como un fuerte sismo, el gobernador de Mendoza, Rodolfo Suárez (UCR), sintió en carne propia el cimbronazo social contra su plan minero, a fines de 2019. Y puso un freno, temiendo que las calles de la provincia se convirtieran en Chile. Ahora, tras ese fuerte golpe a la gestión a pocos días de asumir en diciembre, insiste en que la tierra cuyana debe apostar a diversificar su matriz productiva y desarrollarse. Sin embargo, mira el contexto nacional y entiende que la realidad es compleja, y que queda un largo camino por recorrer, quizá junto al peronismo, dejando de lado las cuestiones partidarias.
-¿Fue duro el golpe por el rechazo social a su plan minero?
-Fue fuerte, pero hoy llevamos bien todo lo que pasó. En Mendoza se venía hablando de cambiar la matriz productiva, de generar empleo, que la gente esté mejor, que haya mejores sueldos, mayor acceso a más bienes, que la pase mejor. Por eso, en la campaña dijimos que si había consenso social y estrictos controles podíamos generar no menos de 15.000 puestos de trabajo e ingresar dólares genuinos a la economía provincial. Pero también dijimos que íbamos a llevar un gobierno con una escucha activa del pueblo. Y, obviamente, no hay consenso social, y lo respetamos por sobre todas las cosas. Esto no se había manifestando antes de esa manera, si no, no lo hubiéramos hecho.
-¿Cree que no se supo ver que eso podía pasar?
-No es que no lo supimos ver. No se había manifestado de esa manera, porque en mi caso y en la oposición, en la campaña todos dijimos lo que íbamos a hacer, en todos lados. La postura fue clara. No le mentí al pueblo de Mendoza; lo hice con el convencimiento de que era muy bueno para la provincia. Cuando me di cuenta de que ese aval no estaba, también le dije al pueblo que iba a escucharlo. Y así fue: uno es empleado de la gente. Evitamos que haya mayores problemas y disturbios, atentos a lo que ocurre en el mundo y sobre todo en Chile. Y veíamos que esto podía terminar mal, y mi responsabilidad es la vida de los mendocinos.
-¿Cómo evalúa lo hecho por Fernández hasta ahora?
-Creo que el tiempo de gobierno que se lleva gestionando no es mucho, para hacer una evaluación. Pero sí puedo decir que he recibido muy buen trato del gobierno nacional. De hecho, durante todo enero hemos estado gestionando y conseguimos cosas muy importantes para la provincia, como es la tarjeta alimentaria, los fondos para el sector vitivinícola, para la conectividad en la frontera, para las escuelas, para Portezuelo del Viento. Como gobernador, en cada viaje he apoyado que Juntos por el Cambio diera quorum; apoyé la última votación en Diputados para avanzar con la renegociación de la deuda externa, con lo cual espero que el peronismo local apoye también el roll over en Mendoza y el crédito para obra pública. Las negociaciones están avanzando con los intendentes, vamos a ver qué ocurre.
-¿Y con la deuda que mantiene Mendoza con la Nación?
-También se está trabajando. Queremos que se haga un reperfilamiento de la deuda que tiene Mendoza con el Banco Nación y con la Anses. Eso nos dará más aire en la provincia, pero necesitamos primero la autorización legislativa del roll over.
-Para darle la aprobación, la oposición le pide "blanquear la grave situación de las cuentas" tras la gestión de Cornejo.
-Es una crisis de la Argentina. Se gobierna en un país que tuvo 53% de inflación en 2019. Esto afecta a todos. Mendoza bajó en 9000 los empleados públicos, tiene un perfil de su deuda mejor que otras provincias; por algo es. Es una provincia ordenada, y lo logró Cornejo. Se optimizaron los recursos del Estado. La deuda no es un problema: mientras esté dentro de los parámetros de la ley de responsabilidad fiscal la provincia tiene capacidad de pago. Solo pedimos deuda para hacer obras para los mendocinos, porque además genera empleo. Lo de blanquear tiene que ver con la política. Lo que hay que hacer es desindexar la economía, como dice el Presidente.
-¿Es bueno el vínculo con Alberto Fernández?
-Tengo muy buena relación. Apostamos a que la salida y el futuro de la Argentina tienen que ver con que dejemos de lado la grieta, la división. He viajado en enero todas las semanas, me he entrevistado con todos. Estoy golpeando puertas. Yo hago mi gestión; la gente me ha elegido para trabajar por los mendocinos, los tengo en la cabeza. En la ciudad batimos récord de obra pública por golpear puertas, tener proyectos y trabajar seriamente.
-¿Hay avances con el plan de federalización del Gobierno de crear capitales alternativas?
-Estuve hablando con el ministro [Eduardo] De Pedro, y hemos determinado que la capital alternativa en Mendoza sea Guaymallén. Lo hablamos con todas las partes y nos pareció muy bien a todos. Estamos avanzando en ese proyecto, pero no se sabe cuándo comienza.
-Son cada vez más duras las criticas del radicalismo a Macri. ¿Cómo ve al partido y al futuro del frente?
-La UCR a nivel nacional la veo como parte integrante de Cambiemos. Hay que seguir y mantener ese espacio, con una mesa de conducción compartida. Tenemos que seguir unidos y representar a más del 40% de la población que nos votó. Tenemos que administrar con inteligencia las diferencias y mantener juntos esa identidad que representamos. Pero haciendo una oposición constructiva y peleando para que a los argentinos les vaya bien.
-Con otro color político, Mendoza necesita mantener buena relación con el Gobierno...
-Hay que ser sensatos. La política argentina tiene que ir a un esquema que, finalizadas las elecciones, hay que dejar de lado lo partidario. Yo lo voy a hacer acá en Mendoza con los intendentes que no pertenecen a mi espacio político; van a tener el mismo trato. Yo creo que la política tiene que darle respuestas a la gente, para que pueda vivir mejor.
-Volviendo a la política partidaria y al espacio que integran, en los últimos días Patricia Bullrich dijo que le gustaría ser presidenta.
-Me parece prematuro. Terminadas las elecciones hay que trabajar y dejar la política partidaria de lado. La responsabilidad hoy es mayor. No se me pasa por la mente pensar en una candidatura de alguien, aunque sea de la UCR. Faltan cuatro años; una locura.
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