Rodolfo Barra, el regreso del arquitecto jurídico del menemismo para apuntar la reforma del Estado
Integró la Corte Suprema durante el gobierno de Carlos Menem y formaba parte de la “mayoría automática” que convalidó sus políticas; fue ministro de Justicia e impulsó la reelección presidencial
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Pocas áreas como la Procuración del Tesoro, darán un vuelco tan profundo en la gestión de Javier Milei, que designó al frente del cuerpo de abogados del Estado a Rodolfo Carlos Barra, plenamente identificado con la década menemista.
Sucederá en ese cargo estratégico al maoísta kirchnerista Carlos Zannini y una de sus funciones principales será darle sustento jurídico a la ambiciosa reforma del Estado que proyecta el futuro presidente libertario. Reconocido especialista en Derecho Administrativo, Barra cumplió la misión de encontrar argumentos en el ordenamiento legal durante el gobierno de Carlos Menem, pero desde la Corte Suprema de Justicia, entre abril de 1990 y diciembre de 1993, y desde el Ministerio de Justicia, entre junio de 1994 y julio de 1996.
El acercamiento de los libertarios hacia figuras del menemismo no surgió de un día para el otro, a partir del reciente triunfo en el balotaje. En octubre de 2022, el diputado porteño Ramiro Marra, mano derecha de Milei en el distrito porteño, organizó en la Legislatura la presentación del libro “Los noventa. La Argentina de Menem”, en el que unos 30 dirigentes y funcionarios del mandatario riojano -entre ellos Eduardo Menem, Carlos Corach y el propio Barra- reivindican, cada uno en su área, la gestión de los años 90.
Activo militante en contra del aborto y defensor de los derechos del niño por nacer, Barra se graduó de abogado en 1970, en la Universidad Católica Argentina (UCA), donde más tarde obtuvo EL Doctorado en Ciencias Jurídicas. Formó parte del equipo de abogados administrativistas que Menem convocó a su gobierno -tras su triunfo de 1989- para llevar adelante el plan de reformas y de privatizaciones de empresas del Estado que ejecutó el ministro José Roberto Dromi, a quien el flamante procurador acompañó como secretario de Obras Públicas.
Tras un breve paso como secretario del Interior, donde secundó a Julio Mera Figueroa, fue designado ministro de la Corte Suprema, donde formó parte, de hecho, de la llamada “mayoría automática” que le permitió al presidente Menem contar con el aval para sus planes de reformas. Como ministro del alto tribunal, pasaron por sus manos expedientes sensibles, como los casos del “narcogate”, el escándalo por lavado de dinero que rozó a varias figuras cercanas al poder en ese tiempo. Tuvo cruces con el entonces ministro de Economía Domingo Cavallo, por el pago de sentencias contra el Estado. El entonces hombre fuerte del gobierno menemista lo responsabilizó por la falta de avances en la causa que llevaba la Corte para investigar el atentado contra la embajada de Israel.
Las urgencias llevaron al presidente de entonces a requerir de los servicios de Barra en el Ministerio de Justicia, en junio de 1994. Al mismo tiempo, fue convencional en la Reforma Constitucional de 1994, en la que se aprobó la reelección presidencial. Dos años después dejó el ministerio, en medio de acusaciones por una presunta participación “en el movimiento nacionalista Tacuara, con tendencias próximas al nazismo”, como difundió en ese momento Página 12 y recordó en las últimas horas el Foro Argentino contra el Antisemitismo, al cuestionar la flamante designación como procurador del Tesoro.
Ley mordaza y otras polémicas
Su paso por el área de Justicia lo enfrentó con la prensa. Se le atribuye haber impulsado la aplicación de una “ley mordaza”, que proponía aumentar las penas por calumnias e injurias. Promovió, también una “ley anticorrupción”, que prohibía publicar las declaraciones juradas de bienes de los funcionarios.
Menem lo mantuvo cerca de los poderes de decisión. Cuando dejó el área de Justicia, pasó a ser asesor presidencial ad honórem para las cuestiones vinculadas a la protección de los derechos de la persona por nacer. Entre marzo de 1998 y diciembre de 1999 fue presidente del Directorio del Organismo Regulador del Sistema Nacional de Aeropuertos. En ese ámbito cultivó relación con el empresario Eduardo Eurnekian.
Fiel al liderazgo del mandatario riojano, antes del fin del mandato presidencial, Barra impulsó en 1999 una nueva reelección y años más tarde Menem lo propuso como presidente de la Auditoría General de la Nación, cargo que ejerció desde diciembre de ese año hasta febrero de 2002.
Retirado de la primera escena política, Barra orientó su actividad en el sector privado y en el mundo universitario. Mantuvo su estudio jurídico y trabajó en el asesoramiento de empresas. Este mes cumplirá 76 años y es autor de varias obras, de las cuales la más difundida es el Tratado de Derecho Administrativo. Su última publicación fue “Capitalismo de rostro humano”. En los últimos años dictó cursos y conferencias en universidades nacionales y extranjeras en derecho administrativo y constitucional, y profundizó, incluso, sus estudios en el campo del derecho canónico.
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