Roberto Feletti estimó que la inflación de febrero “no va a ser superior” y pidió más intervención del Estado
Después de que enero marcara 3,9% de suba, el secretario de Comercio Interior también solicitó retenciones para “desacoplar” los precios
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Un día después de que el Indec publicara que la inflación de enero fue de 3,9%, el secretario de Comercio Interior, Roberto Feletti, estimó hoy que en febrero la escalada de precios “no va a ser superior”. Sin embargo, anticipó que este número “va a permanecer alto”, aunque sostuvo que no nota una “espiralización” en los precios.
El funcionario marcó la “falta de instrumentos regulatorios” como algo que atenta contra la contención de la inflación y, por eso, consideró necesaria una mayor intervención del Estado para ampliar la oferta de alimentos y, así, incidir en los precios. Por otra parte, se metió en un tema difícil para el Gobierno y -pese a que aclaró que él lo impulsa, pero no sabe si se está estudiando- pidió mayores retenciones, para lograr el “desacople” de los precios internos de los externos.
“Lo que estamos viendo es una falta de instrumentos regulatorios”, planteó Feletti que, al hablar del número publicado ayer por el Indec, dijo que en parte se debe a una cuestión estacional, ya que las frutas y verduras explicaron -según el funcionario- el 60% de la variación.
Sin embargo, Feletti consideró que es necesario que el Estado presente una “oferta alternativa” de productos, como una medida anexa a la canasta de precios que impulsó desde su cartera y que él cree actúa como “un ancla” para los valores de las góndolas.
“Lo que esta dándose es una inflación alta, pero que no se ha espiralizado. Si mirás la inflación núcleo, estás en una inflación alta, pero estable. Presionando hacia el alza, pero estable, donde se sedimentan las intervenciones del Estado. Ahora, tienen que ser más potentes, con más herramientas”, consideró.
En ese sentido, dijo que evalúan la posibilidad de, en el caso de los productos estacionales -sobre todo papa, cebolla y tomate-, hacer una compra a término de la producción por parte del Mercado Central o de los mercados concentradores. La idea es contar con esos productos a un precio inferior al momento de la estacionalidad y así después impulsar también otros mecanismos de comercialización con “alguna presencia del Estado”, como las ferias, en donde se podrían generar precios de referencia.
“Tiene que haber un proceso regulatorio del Estado, independientemente de la solvencia macro, la incertidumbre que puede generar el no acuerdo con el Fondo, las expectativas devaluatorias... Hay que reconstruir instrumentos estatales que permitan establecer ciertas regulaciones frente a lo que es el libre mercado en la asignación de recursos de alimentos”, planteó.
A favor de las retenciones
El secretario de Comercio creyó necesario “desvincular” en el trigo, el maíz y la leche el precio local y el internacional. “Si vos no tenés una firme diferenciación entre el precio interno y el precio internacional de aquellos bienes que se exportan, tenés todo el impacto al interior”, dijo y añadió: “Lo decisivo es el desacople, es un tema fuerte”.
De esta manera, Feletti hizo consideraciones al respecto de aplicar retenciones, una cuestión espinosa para el oficialismo por la desconfianza que hay en el sector agropecuario desde la Resolución 125 del kirchnerismo, a la que se opusieron fuertemente y que dejó la tensión latente, catorce años después.
“Cuando discutís la renta agropecuaria, trae problemas políticos”, deslizó Feletti, que ya tuvo fricciones con el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, quien a fines del año pasado le bajó el tono a las declaraciones del secretario que, en una entrevista, no había descartado una suba de las retenciones a la carne y a otros alimentos.
Entonces, Feletti hoy quiso hacer propia la voluntad de aplicarlas. “Yo lo estoy impulsando, no te puedo decir que se esté estudiando. No puede quedar librado al azar”, sostuvo.
Y sobre ese tema, envió un mensaje al campo: “Se piensa en los derechos de exportación como un arma recaudatoria y, en realidad, es un arma regulatoria, que facilita exportaciones de valor agregado. Cuanto más presionás sobre los primarios, más impulsás que se hagan aceites, harinas, manufacturas de origen agropecuario”.
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