Risas, complicidades y juego de memoria entre Alberto Fernández y "los hermanos" Larreta y Kicillof
5, 4, 3, 2, 1… "Muy bien…", son las primeras dos palabras dice el presidente Alberto Fernández, que apareció con gesto adusto. Esos cinco segundos sirvieron para cambiar el clima en el quincho de la quinta presidencial de Olivos. Hasta ese momento, todo era risas y buena onda entre el Presidente, el jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, y el gobernador bonaerense, Axel Kicillof. A esta altura, según admitieron desde la Nación, Ciudad y provincia, los tres ya "juegan de memoria".
Como sucedió hace 18 días, en la previa del anuncio de la cuarentena estricta, el Presidente, Rodríguez Larreta y Kicillof estuvieron reunidos en el despacho de presidencial durante una hora. Ahí fijaron algunos de los lineamientos, principalmente quedaron en remarcar la necesidad de "despertar" la responsabilidad social, y repasaron números.
El mensaje de fondo quedó expuesto con claridad. "Vamos a intentar volver a la vida habitual en este nuevo mundo, que nos exige cuidados diferentes, y lo vamos a hacer escalonadamente", sostuvo el jefe del Estado. Pero la "nueva normalidad" que comienza mañana solo se extenderá en caso de que no se sature el sistema de salud. Si el número de contagios de coronavirus crece exponencialmente, todo irá para atrás. "No voy a dejar que se nos vaya de las manos", anticipó Fernández.
No solo no hubo diferencias de fondo en los discursos, sino que Kicillof y Rodríguez Larreta usaron palabras calcadas, como "convivir con el virus" o hablar de una cuarentena "escalonada". Después de cuatro meses de convivencia obligatoria, ya no solo se toleran, sino que hay un respeto mutuo y hasta "cierto cariño".
"Son como dos hermanos de padres separados en una familia ensamblada", describió una de las personas que más conoce al mandatario bonaerense. El diálogo entre Axel y Horacio –hace rato que no se tratan por sus apellidos– es diario, aseguraron fuentes de La Plata y Uspallata.
[Kicillof y Larreta] son como dos hermanos de padres separados en una familia ensamblada
Mientras Fernández, Rodríguez Larreta y Kicillof ajustaban sus presentaciones, en las oficinas que tiene la Jefatura de Gabinete, el ministro coordinador, Santiago Cafiero; el ministro del Interior, Eduardo de Pedro; el secretario de Comunicación, Juan Pablo Biondi, y el secretario General de la Presidencia, Julio Vitobello, charlaban animadamente con el vicejefe de gobierno, Diego Santilli -que se fue apenas comenzó la transmisión-, y el secretario de Medios porteño, Christian Coelho; el jefe de Gabinete bonaerense, Carlos Bianco, y la ministra de Comunicación, Jésica Rey.
Distinta suerte corrieron los otros tres mandatarios invitados. Arabela Carreras (Río Negro), Gerardo Morales (Jujuy) y Jorge Capitanich (Chaco), que desde las 11.45 estuvieron conectados a la espera del Presidente, que apareció en escena recién a las 13. Durante esos minutos se los veía a los tres, con sus respectivos barbijos, conectados a sus teléfonos.
Antes de comenzar la transmisión, llegaron los últimos apuntes y recomendaciones. Claudio Martínez, subsecretario de Medios Públicos, uno de los encargados de la puesta en escena, le hablaba al Presidente y a Rodríguez Larreta, que reían por última vez. Otro que siguió de cerca todos los detalles fue el antropólogo Alejandro Grimson, uno de los asesores del Presidente. Kicillof miraba a Rey, su persona de máxima confianza, que le hizo un gesto para que se acomode por última vez el pelo. Ahora sí, todo listo.
Los minutos se iban acumulando. El Presidente utilizó 26; Rodríguez Larreta, 13, y Kicillof, 18 minutos. Mientras la cámara tomaba al gobernador bonaerense, Martínez escribía a toda velocidad un mensaje en una hoja A4 y se lo llevó Cafiero. El ministro coordinador aprobó el contenido, que segundos después el exdirector de El Oso Producciones dejó a la vista de Alberto Fernández. "Fecha, el cierre y el paso a las preguntas", le recordó el funcionario de larga experiencia como productor televisivo. Siguió Carreras, que utilizó 12 minutos; Morales, 17 y cerró Capitanich, con 16.
No voy a dejar que se nos vaya de las manos
Entonces sí, llegó el momento del final: el Presidente hizo caso al pedido y reforzó la fecha de la nueva etapa de la cuarentena, que se inaugura mañana y finalizará el 2 de agosto. Tiempo de preguntas, solo cuatro. Tras la última respuesta y la señal de la salida del aire, un fuerte aplauso que inundó el lugar.
Ahí, después de poco más de dos horas de tensión, volvieron las risas. Alberto Fernández palmeó en la espalda a Kicillof y después a Rodríguez Larreta, mientras los tres salían del quincho. Pero en el mismo acto, el Presidente giró sobre su eje, volvió a ingresar, levantó su mano izquierda y gritó: "¡Gracias por venir!".
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