Rige el estado de sitio después de los saqueos; renunció Cavallo
Jaqueado, anoche el ministro de Economía presentó su dimisión; De la Rúa dijo que la medida de emergencia se tomó para asegurar "la ley y el orden", pero miles de personas la desoyeron y salieron a las calles; hubo serios hechos de violencia
Luego de una jornada cargada de violencia, en la que los saqueos, los piquetes y los desbordes sociales se multiplicaron en todo el país y provocaron seis muertos y, por lo menos, 108 heridos y 328 detenidos, el Gobierno decretó el estado de sitio por 30 días en todo el territorio argentino y el ministro de Economía, Domingo Cavallo, renunció a su cargo. Así lo confirmaron a LA NACION fuentes inobjetables, que agregaron que todo el gabinete puso su cargo a disposición del jefe del Estado.
El presidente Fernando de la Rúa convocó al Consejo de Seguridad para las 15 y no viajaría a Montevideo para participar desde hoy en la cumbre de presidentes del Mercosur.
En un discurso que brindó poco antes de las 23, el Presidente dijo que el estado de sitio se decidió "para asegurar la ley y el orden y terminar con los incidentes de las últimas horas". Acusó a "grupos enemigos del orden y de la República" y dijo que "hay que distinguir a los necesitados de los violentos que se aprovechan de sus penurias".
De la Rúa pidió calma a los argentinos y reclamó a los medios de comunicación que contribuyan a mantener la paz. Posteriormente, una resolución del Comfer advirtió que la información que difundan las radios y los canales de TV "deberá ser veraz, objetiva y oportuna" y "no podrá atentar contra la seguridad nacional".
El jefe del Estado reiteró la necesidad de alcanzar la concertación nacional y lograr el compromiso de toda la dirigencia para superar la emergencia social y "retomar el camino del crecimiento. Ni bien terminó el mensaje presidencial, un cacerolazo espontáneo atronó en la ciudad. Miles de personas marchaban, al cierre de esta edición, por varias de las principales avenidas porteñas.
Tras una reunión del comité de crisis, que fue convocado por De la Rúa tan sólo después de las 17, se anunció la instrumentación de un plan de emergencia que distribuirá alimentos por 7 millones de pesos en los puntos más críticos del país y el pago de los planes Trabajar atrasados desde hacía varios meses.
El Presidente, que dos horas antes había descartado ante los periodistas acreditados en la Casa de Gobierno la posibilidad de decretar el estado de sitio, tomó la decisión luego de febriles discusiones en la reunión de emergencia del gabinete, donde se analizó, entre otras cosas, la renuncia del ministro de Economía, Domingo Cavallo, y de todos los ministros, como forma de descomprimir el estallido social y los saqueos a supermercados y comercios. Todos pusieron su renuncia a disposición de De la Rúa.
El recuerdo de 1989
Anteanoche, a las 22, cuando los desmanes empezaban a multiplicarse en el oeste de la provincia de Buenos Aires, De la Rúa dijo: “No encontramos motivos para que haya una magnificación de estos episodios. El problema existe, pero no debe ser motivo de alarma o de hablar de un conflicto general”. El Presidente incluso se molestó cuando se lo consultó sobre los episodios de 1989, que provocaron la salida anticipada de Raúl Alfonsín, y recomendó no utilizar la palabra saqueo.
Los hechos refutaron los dichos del primer mandatario. Los saqueos que comenzaron anteanoche en algunas zonas del conurbano bonaerense se repitieron en la madrugada en Concepción del Uruguay, Entre Ríos, y llegaron luego del mediodía a la Capital.
En la ciudad provocaron temor generalizado entre los comerciantes porteños, que aún en calles y avenidas céntricas como Florida, Corrientes, Rivadavia y Cabildo bajaron las persianas de sus negocios por miedo a perder toda la mercadería. “Nos dijeron que venía una caravana desde Once destruyendo todo. El dueño nos pidió que bajáramos las cortinas y atendiéramos como pudiéramos. Tenemos mucho temor”, dijo a La Nacion Haydée, empleada de la perfumería situada en Santa Fe 3002.
El descontento social también se hizo sentir con fuerza en el interior. Hubo desmanes en nueve provincias: Santa Fe, San Juan, Santiago del Estero, Mendoza, Corrientes, Chaco, Neuquén, Jujuy y Río Negro.
Pasividad policial
La población pudo advertir por televisión la pasividad de la policía, que en muchos casos observó cómo cientos de saqueadores se alzaron no sólo con comestibles sino con electrodomésticos, aparatos para hacer gimnasia y, en algunos casos, hasta arbolitos de navidad que adornaban los locales.
Un comerciante coreano de Ciudadela, al que le robaron hasta la caja registradora, lloró amargamente frente a las cámaras. A su lado, una mujer que acaba de llevarse un sachet de leche tomaba del pico con voracidad sin ocultarse. Poco después, las imágenes mostraron cómo en Constitución, un hombre con una beba en brazos tiraba piedras a los uniformados que intentaban evitar un nuevo saqueo al supermercado Día %, que había sido blanco de ataques el día anterior.
La televisión no registró, en cambio, cómo un comerciante chino mató de un tiro en la cabeza a un joven de 25 años que intentó saquear su local en Villa Fiorito, en el partido de Lomas de Zamora, ni cómo otro supuesto saqueador fue asesinado anoche por un comerciante de Castelar Sur. Sobre las circunstancias en las que murieron otras cuatro personas (un menor de 15 años en Santa Fe, un hombre y una mujer en Rosario y otra manifestante en Cipolletti) tampoco se conocen aún demasiados detalles.
No se difundieron cifras oficiales sobre la cantidad de supermercados y negocios saqueados pero se calcula que superan el millar. Se informó que entre los 108 heridos, hay 76 policías (71 de ellos de la provincia de Buenos Aires) y 32 civiles.
El malestar social golpeó directamente al Presidente, que al llegar y al retirarse de la reunión que se celebró por la mañana en la sede de Caritas en busca de una demorada concertación nacional, fue insultado y atacado con baldosas y patadas por manifestantes. “Poné h..., De la Rúa”; “Andate, ladrón”, fueron algunos de los gritos que recibió el jefe del Estado, que luego acusó a “activistas por montar” el episodio.
Contra Cavallo
Mientras la situación empeoraba con el paso de las horas y el Presidente y sus colaboradores seguían sin alterar la agenda del día, el justicialismo avanzó en su estrategia para endurecer su postura frente al Gobierno.
Con mayoría en ambas Cámaras del Congreso, el PJ se disponía anoche a derogar dos decretos considerados clave para la política económica del ex ministro Cavallo. Por ley, quitaría los superpoderes concedidos al Poder Ejecutivo en marzo último, que permitieron la firma de 102 decretos, y eliminaría las restricciones a la extracción en efectivo de los salarios y de las jubilaciones, impuestas el 1° de diciembre último.
El ex presidente Carlos Menem tampoco perdió tiempo y, apenas entrada la tarde, convocó para las 19 al consejo nacional del PJ. En un documento difundido anoche, el titular del justicialismo “convocó a la pacificación de los argentinos y reclamó la adopción de medidas que permitan superar el caos, la anarquía y la conmoción interior”. Menem reiteró que le hizo a De la Rúa una propuesta de acuerdo patriótico, de la que no recibió respuesta y se quejó: “Parecería que este Gobierno es incapaz de dejarse ayudar”.
En un comunicado, la Central de Trabajadores Argentinos (CTA) informó que en la medianoche docentes y estatales iniciaron un paro de 24 horas por “la profundización de la represión y el ajuste, antes las muertes y el estado de sitio”.
El vocero gubernamental, Juan Pablo Baylac, confirmó anoche que el decreto 1675 destina 7 millones de pesos a la distribución de unos 700.000 bolsones de 10 kilos -cada uno- de alimentos, que serán distribuidos por las municipalidades y organizaciones no gubernamentales. El funcionario anunció que “las fuerzas armadas y de seguridad utilizarán los medios logísticos” para hacer llegar las cajas de alimentos a sus destinatarios.
El Gobierno busca aplacar la conmoción social. La renuncia de Cavallo podría descomprimir la tensión acumulada en el propio partido del Presidente y en el peronismo, que desde hace meses la reclamaban como requisito indispensable para conseguir un verdadero acuerdo político nacional.
El estado de sitio
- El Presidente puede ordenar el arresto de cualquier persona. Pero el detenido puede pedir salir del país.
- También se restringen los derechos individuales, básicamente el de reunión (manifestaciones, convocatorias partidarias) y de huelga.
- El Comité de Radiodifusión recordó a las radios que puede disponerse la caducidad de las licencias si transmiten mensajes que provoquen intranquilidad.
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