Ricardo López Murphy: “Soy candidato a jefe de gobierno y voy a tratar de que Patricia Bullrich sea presidenta”
El líder de Republicanos Unidos anuncia que competirá en la Ciudad con críticas a la gestión de Larreta y explica por qué se inclinó por la titular de Pro en la interna nacional
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Ricardo López Murphy confirma lo que hasta ahora era un secreto a voces en Juntos por el Cambio: será candidato a jefe de gobierno porteño y respaldará el proyecto presidencial de Patricia Bullrich. A 72 horas de escenificar el acuerdo con la titular de Pro, el líder de Republicanos Unidos se instaló en sus oficinas en la calle Suipacha para reunirse con su comité de campaña y ultimar detalles de su lanzamiento en la Ciudad.
El exministro de Economía y Defensa y actual diputado nacional, que se incorporó a JxC en 2021 tras una negociación con Horacio Rodríguez Larreta, explica, sin medias tintas, por qué se alió con Bullrich. “La inclinación hacia Bullrich tiene lógica en la afinidad sobre un programa de reformas sin dobleces”, señala en una entrevista con LA NACION.
A la hora de desmenuzar su plan para seducir a los porteños, López Murphy resalta sus diferencias con la gestión de Larreta. Pone énfasis en que la Ciudad necesita bajar la presión impositiva, reducir el tamaño del Estado y “recuperar” el orden público. “¿Usted vio otra ciudad que esté tomada como la nuestra todo el día?”, afirma.
-¿Ya decidió que será candidato a jefe de Gobierno?
-Voy a ser candidato a jefe de gobierno y voy a tratar de que Bullrich sea presidente de la República. Lo hago pensando, sobre todo, en que el país necesita una gran transformación y un compromiso muy fuerte con las reformas. Además, nuestra base electoral nos está demandando eso. O sea no es una cosa arbitraria, sino que surge de una lectura cuidadosa de las circunstancias del país, del colapso productivo que vamos a vivir, producto de la crisis climática, y de una herencia muy gravosa. En ese contexto vamos a necesitar reformas profundas, un gran coraje y decisión, tenacidad para llevar adelante los cambios.
-¿Y eso aplica también para la Ciudad de Buenos Aires?
-Y vamos a necesitar en la Ciudad una transformación muy seria respecto lo que ha sido la administración a lo largo de todos estos años. Voy a decir un lugar común: vamos a conservar lo que está bien y vamos a cambiar lo que está mal. Pero el sesgo es muy claro: vamos a ir a menores impuestos y regulaciones, más espacio para el ecosistema productivo y la sociedad civil, con una influencia menor del gobierno. Debemos reducir algo que va a ser inevitable hacer en todos los niveles de gobierno: las estructuras excesivas y burocráticas.
-Hace un mes decía que iba a esperar a que se definan “las reglas de JxC” antes de tomar una decisión, ¿qué cambió? ¿por qué se alió a Bullrich, más allá de la “demanda” de la base electoral?
-Es verdad que las reglas no han terminado de cerrarse y eso crea una dificultad. Objetivamente, la estamos teniendo. La inclinación hacia el proyecto de Bullrich tiene lógica en la afinidad sobre un programa de reformas sin dobleces, que no parte de la idea de que en la Argentina no se pueden hacer cosas. Si la Argentina no hace cosas, va a consolidar su decadencia.
-¿Usted tiene más coincidencias ideológicas y programáticas con Bullrich que con Larreta?
-Sí, diría que eso es bastante claro si sigue las expresiones. Sigo pensando que hubiera sido mejor tener definidas las reglas, pero también es cierto que enfrentaba una realidad que es todo el mundo está definiendo candidaturas y seguir arguyendo sobre el programa, la narrativa y las reglas no lograba modificar la realidad. Y mi propia base electoral me pedía definiciones.
-Eduardo de Pedro recordó en un tuit que Bullrich y usted integraron el gobierno de la Alianza. ¿Le molestó esa chicana?
-Es cierto que tenemos mucha experiencia. Es verdad. Nos ha tocado ejercer el gobierno en circunstancias extremadamente difíciles. Hemos sido solidarios entre nosotros y librado una larga lucha. Nos parece un activo, no un pasivo. Es un activo no ir a improvisar o aprender al Gobierno.
-Su candidata a presidenta es Bullrich. Sin embargo, ella apoya a Jorge Macri en la ciudad, como titular de Pro. ¿Eso puede cambiar?
-Macri y ella forman parte de un partido, que es el Pro. Y eso tiene la lógica de haber integrado la misma fuerza como yo la coalición de gobierno. Ella sabe perfectamente que nosotros vamos por más, un cambio profundo. El hegemon de las últimas administraciones de la Ciudad ha sido el Pro. Y consideramos que manteniendo la coalición opositora, el espacio más republicano y liberal se siente en fuerza, con respaldo social. Creo que hay una gran necesidad de renovación del liderazgo en la Ciudad.
-¿Si usted era postulante a presidente se superponía la oferta con la candidatura de Bullrich?
-Eso no hay dudas. Había una superposición de voto que era muy ostensible. Y, en verdad, nuestras encuestas de opinión pública eran muy parecidas. Nos daban muy alto. La idea de una candidatura nacional implicaba un esfuerzo que excedía nuestros medios.
-¿Quién es su principal competidor: Lousteau o Jorge Macri?
-Es claro que Lousteau va a representar una parte del electoral y el candidato de Pro, otra. Ahí están Jorge Macri, Fernán Quirós y otros. ¿No hay demasiados candidatos? Eso nos simplificaría la argumentación y reglas. Esperaría que eso se simplificara en las próximas semanas.
-¿Habló con Mauricio Macri de su lanzamiento?
-He hablado de esto. Él conoce mi opinión. No quiere decir que la comparta [risas].
-¿Larreta intentó seducirlo para que lo apoye a él?
-Ahí hay una forma diferente de ver los problemas. Es legítima por parte de él y nuestra. Hemos tenido a lo largo de este tiempo diferencias notorias en materia de seguridad, impuestos, regulaciones y gasto. También es cierto que nuestro afán es que la coalición se mantenga unidad.
Las primarias tienen que ser una oportunidad de reconstrucción del liderazgo y convergencia, no de destrucción, alejamiento y fraccionamiento. Entonces, estoy conociendo los matices con el jefe de gobierno, que son muy claros, de muchos años y en el discurso que él tiene. Yo voy a tratar de siempre de preservar el valor de que hay que converger después de las PASO. Y ya lo hicimos en 2021 cuando enfrentamos básicamente a la coalición de Larreta, mostrando nuestras diferencias. Por más que encabezara Vidal, el que iba a la competencia era Larreta, en el momento que tenía mejores encuestas.
-¿Esas diferencias son profundas?
-Esas diferencias tienen que ver con el tamaño del gobierno, la intrusión del gobierno, el orden público y la orientación que le han impreso al gobierno durante las últimas gestiones.
-Dice que Larreta está peor ahora que en 2021 en las encuestas. ¿A qué lo asocia?
-Es la misma cuestión que me obligó a definir esto. Creo que hay un fuerte corrimiento del electorado hacia la necesidad de una reforma muy profunda. Y, por eso, teníamos que encontrar una forma de interpretación y representación porque si no íbamos a ser sustituidos. Si usted no responde a las demandas de la población...
-¿Crece el atractivo de Javier Milei?
-Bueno, va a tener competidores en ese espacio. Entonces, eso nos llevó, después de largas reflexiones, a tener que anticipar lo que nos hubiera gustado que sea programa, narrativa y reglas. Reconozco que lo de las reglas va a crear confusión. Nosotros creemos que cuanto más competitivas sean las reglas y más fácil pueda la ciudadanía elegir su propia composición de representación, mejor le va a ir a la coalición opositora. Cuanto más en bloque sean las ofertas, peor le va a ir. Eso lo tenemos que decidir. ¿Cuántos candidatos tiene el Pro?
-Cuatro por ahora: Jorge Macri, Soledad Acuña, Quirós y Emmanuel Ferrario. ¿Son demasiados?
-Como seis, entre los explícitos e implícitos. Bueno, nosotros no podíamos seguir subordinados a esta situación y era muy obvio que yo estaba recorriendo la Ciudad con mucha intensidad. No estaba paseando. Si hago actos y voy con propuestas a las barriadas, y he dejado de hacer el rol fuerte en el interior, había ahí un claro mensaje. Yo tenía la restricción de programa, narrativas, reglas y trataba de convivir con esa realidad. Llegamos a la conclusión de que eso nos desgastaba.
-Hace poco planteaba que la Ciudad debe ser un “faro de la libertad” para el país. ¿Hoy no lo es?
-Diría que la Ciudad no refleja ese clima o ese ecosistema a favor de la inversión y la producción. Yo diría que tiene una carga impositiva muy elevada, sobre todo, en ingresos brutos. Por ejemplo, yo le daría mucho más énfasis en reducir ingresos brutos que lo que bajaron el otro día. La clave es crear las condiciones para que las pymes tengan una performance más enjundiosa.
-¿Cómo lo haría?
-Acá quiero hacer una precisión importante. No es solo una consideración económica. Si usted no integra verticalmente, el sistema de ingresos brutos lo castiga. Es un sistema antipymes. Además, el surgimiento de las pymes, de la innovación o el “emprendedurismo” nos crea la base social de la democracia republicana. O sea necesitamos propietarios, que tengan cosas que perder y busquen avanzar en la vida. Esa base social es la clave en todas las sociedades exitosas de un régimen estable, pluralista, con alternancia. Si no tiene esa gigantesca clase media que generan las pymes, la búsqueda de caudillismos, clientelismos y mesianismos es enorme.
-Larreta anunció la eliminación del impuesto al uso de las tarjetas de crédito que él había creado por el recorte de coparticipación. ¿Por qué no avanza con una fuerte baja de la presión impositiva?
-El de las tarjetas se aplica en otras provincias. Diría que ellos tienen un énfasis mayor, del que yo creo apropiado, en el rol del Estado. No tienen una estadolatría como Kicillof, por eso, formamos parte de la misma coalición, pero tienen una inclinación a la acción del Estado, en infinidad de temas. Le sugiero que revise el organigrama de la Ciudad y piense lo que quedaría si nosotros llegamos. Mucho de eso tiene que ver con esa actitud que formó parte de la prevalencia ideológica de los últimos veinte años.
-Larreta dijo que eliminará ministerios si es presidente. Por lo que dice usted, ¿cree que la gestión de Pro no fue un ejemplo de reducción de la estructura estatal?
-El corrimiento de la sociedad hacia más reformas, menos peso para el Estado, más espacio para la sociedad civil y el ecosistema de producción y creación de riqueza es inevitable. Eso lo registramos no solo nosotros, sino Horacio también. Todos vamos a ir girando hacia esa posición. Lo que pasa que nosotros lo hacemos con más fuerza, energía y contundencia.
-¿Qué deficiencias detecta en la gestión de Pro en estos 16 años? Habla de la presión impositiva, que también fue alta cuando estaba Macri.
-Vamos a tres cuestiones que deben registrarse. Libertad es un valor muy importante, como sustantivo, adjetivo y como verbo. Ese va a formar parte del eje de la gestión, como el orden y el progreso. En materia de orden público y de la cuestión de la seguridad hubo una línea de trabajo distinta a la que nosotros seguiríamos.
-¿Falta orden público en la Ciudad? Hay un acampe desde ayer en el centro.
-Bueno, hemos dicho hasta el hartazgo que no validamos los quiebres a la libertad ambulatoria. Y no puede ser que los capataces de la pobreza y marginalidad le quieran imponer a la Ciudad y sus conciudadanos un régimen de sometimiento, es decir, convertirlos rehenes de sus demandas y caprichos. Eso no va a ser tolerado.
-¿Cuál es su propuesta para despejar las avenidas y evitar piquetes? ¿Cómo solucionaría el acampe en la 9 de Julio?
-Bueno, despejaremos las avenidas como se hace en todos los países del mundo. ¿Usted vio otra ciudad que esté tomada como la nuestra todo el día? No conozco. A lo mejor estoy poco ilustrado y poco expuesto. He conocido Tokio, Pekín, Singapur, Doha, Dubai, todas las capitales, europeas, de américa del norte y sur, y en ninguna vi lo que veo acá.
-La Ciudad dice que el problema “es político” y que se interviene la policía puede haber un muerto. Además, sostiene que entre los manifestantes hay chicos y familias. ¿Es un argumento válido?
-Imponer el orden implica daños colaterales. Eso no se puede evitar. La idea de que dejando el desorden usted evita los daños colaterales es creer que el statu quo es razonable. Nosotros creemos que no. Ahora, pensar que vamos a corregirlo sin ningún costo, no es cierto.
-¿Nota un rebrote de hechos de inseguridad en la Ciudad? Decía que no coincide con esa política de Larreta y es una de sus banderas.
-Hay un problema muy serio de narcotráfico y crecimiento del crimen organizado. Ese fenómeno nacional e invade todas las jurisdicciones. Es cierto que la Ciudad tiene un índice de homicidios muy bajos, pero eso no quiere decir que no haya problemas de inseguridad de otro estilo o tipo. La Ciudad tiene que ser un polo de atracción turística. Si algo tenemos que brindar es seguridad. No solo que no lo van a asesinar, que ha habido varios casos, sino que además vamos a hacer difícil esa actitud del raterismo, de importunar al que viene a gastar, a disfrutar y a gozar probablemente una de las capitales más bellas de América del Sur. Tenemos que dar vuelta esa idea de que usted tiene que salir vigilando en la Ciudad. Eso se tiene que acabar.
-Desde diciembre la Ciudad está sin ministro de Seguridad porque Marcelo D’Alessandro se tomó licencia por el caso de Lago Escondido. ¿Tiene que volver? ¿Eso genera desorden en la fuerza de seguridad?
-Después de un tiempo alejado con licencia, creo que esas cosas se resuelven reemplazando. Esta idea de que los ministros toman licencia no me parece una forma idónea de gestionar. El ministro debe estar al frente de la tarea y se ha habido un inconveniente o cuestionamiento, como en este caso, me parece bien que quiera la libertad y el espacio para defenderse, pero otro tiene que hacerse cargo en las tareas.
-¿La institucionalidad en la Ciudad también está degradada? Es una de las críticas del kirchnerismo por el escándalo de Lago Escondido
-Diría que si llegamos al gobierno habrá mucha austeridad. Me refiero a los gastos en corsos, las banderas y publicidad…Todo ese exceso que veo, será racionalizado. Tenemos que hacer espacio para bajar impuestos. No se bajan de cualquier manera. Se bajan si uno actúa con energía sobre el gasto. Y una de las cosas que vamos a hacer es bajar ese exhibicionismo.
-¿A qué se refiere cuando habla de “exhibicionismo”? ¿La publicidad?
-Bueno, usted ve demasiada publicidad, esto de la “transformación no para”. Yo vengo de una tradición muy austera. Mi visión de la ciudadanía y democracia republicana es la defensa no solo del ciudadano, sino del contribuyente. Los impuestos son una mala noticia, no hay forma de evitarlos, pero ojo: nadie se puede vanagloriar de los impuestos. Yo quiero cosas voluntarias. Solo ir a los impuestos cuando no hay más remedio. Desde esa perspectiva, vamos a tener un grado de austeridad más relevante.
-¿Comparte la visión de Larreta en materia de política social? Bullrich dice que fue demasiado concesivo con las organizaciones sociales
-La idea de que las políticas sociales son una forma de ingreso de una buena parte de la sociedad no es mi visión. Las buenas sociedades tienen la dimensión de ciudadano, contribuyente y de ganar el pan con el sudor de la frente. La excepción debe ser el caso. Ahora, es verdad que hay gente que por muchos años de malas política e insuficiencia de formación educativa, le resulta muy difícil ingresar al sistema laboral. Pero eso debe ser la excepción y hay que hacer todo lo posible para volcarlos al torrente productivo e integrarlos. Eso amplia la calidad de la sociedad que construimos. Ganar el pan con el sudor de la frente me crea buenos padres de familia y gente muy demandante.
-Larreta también destaca la integración urbana de las villas en la Ciudad. Por ejemplo, la 31 o en los barrios del Sur. ¿Qué opina?
-En general, nosotros trataríamos de que no se instale más nadie en lugares que no están urbanizados. Sobre lo que hay actuaremos de manera que formen parte del tejido urbano de la Ciudad. Lo vemos en Rosario. Hay que hacer una reforma urbana y tener el Estado presente en los lugares donde está en disputa la estatalidad, donde hay otro monopolio de la fuerza además del Estado. Eso sí, si algo en el orden público es importante es que el monopolio de la fuerza exista en cualquier lugar de la ciudad. En ese sentido vamos a avanzar en todo lo que sea los barrios de emergencia para imponer la estatalidad. Eso quiere decir la presencia de la seguridad, de los establecimientos educativas, sanitarios y oficinas de gobierno. No habrá prevalencia de otro poder.
-¿Qué rol debería tener Macri como expresidente?
-Yo miro el rol de José María Sanguinetti, Fernando Enrique Cardoso y Ricardo Lago. En general, actúan tratando de generar buenas referencias e introducir en el país criterios sobre lo que funcionan en el resto del mundo.
-¿Hay dos narrativas y dos modelos de país en Juntos por el Cambio?
-No, diría que hay énfasis. Al final de la historia debe haber convergencia y liderazgo.
-Uno de los polos que se armó es Bullrich, Macri, Cornejo y ustedes. ¿Ese sector tiene más coincidencias con Milei que con Morales, jefe de la UCR, o Elisa Carrió?
-No, creo que hay una gran coincidencia. Hay una muestra muy poderosa: la bancada de diputados de JxC. Si usted la ve, por lo menos en los últimos cincuenta años no hay una bancada tan homogénea como esa. Es una prueba fuerte. Chequeen los discursos cuando se votó la moratoria, se interpeló al ministro de seguridad o el acuerdo con el FMI, por más que hayamos votado de forma distinta. La clave del éxito está en no dejar nadie atrás, no crear fracturas ni asperezas.
-¿Le llama la atención que el FMI haya aprobado la revisión pese a la moratoria? Usted fue muy crítico.
-Lo curioso del documento del Fondo es que dice que fue “unexpected”. ¡Fue votada por el oficialismo! ¿Cómo inesperada? Fue una decisión que es claramente contradictoria con la lógica del programa de convergencia y es muy costosa, como tomar deuda a tasas extravagantes o mantener ese sistema cambiario exótico que no se aplica en ningún lugar del mundo. Todas las facetas exóticas e idiosincráticas que estamos teniendo con Massa son sumamente costosas, como algunas licitaciones en agua y energía.
-¿Cuánto le preocupa la crisis bancaria en EEUU y el efecto de la guerra en Ucrania en este cuadro económico?
-Quiero expresar mi solidaridad con Ucrania. Se están cometiendo crímenes de guerra. Se está bombardeando a la población civil. Juntos por el Cambio debe tener una expresión muy clara de no avalar las aventuras imperiales y autoritarias de Putin.
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