Reproches y disputas por el protagonismo en la gira a Brasil
Fue cuando el Gobierno buscó dar una imagen de unidad, especialmente tras los chisporroteos recurrentes entre la Casa Rosada y Massa; Cerruti, en medio de la polémica
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El viaje a Brasil, en el que el gobierno cifraba parte de sus expectativas financieras y políticas, terminó con Alberto Fernández de regreso, “sin dinero”, como dijo su par de ese país, Luiz Inácio Lula da Silva, y con un escándalo, luego de que se filtraran cruces, enojos y celos por el protagonismo de la comitiva presidencial. El periplo duró menos de 24 horas y la portavoz Gabriela Cerruti fue apuntada por los tironeos.
El viaje, que primero fue anunciado por Brasil a sus medios y recién luego a los argentinos, se preparó en el Gobierno como una escena de apoyo a Alberto Fernández, luego de que el presidente quedara relegado por su renuncia a pelear la reelección y por la actividad de Sergio Massa en la gestión.
Durante el viaje hubo tironeos entre Cerruti y Tolosa Paz por la exclusión de la titular de Desarrollo Social en la foto, que se suponía debía mostrar unidad entre Fernández, Massa, el embajador Daniel Scioli; el canciller Santiago Cafiero y el secretario general de Presidencia, Julio Vitobello. La ministra quedó afuera de la fotografía, que mostró a los varones alrededor de Massa, en pleno vuelo. La apuntada por la exclusión fue Cerruti, según reconstruyeron fuentes gubernamentales en diálogo con LA NACION.
El diario Perfil dio cuenta también de otro conflicto entre Cerruti y Lorena Scioli, hija del embajador argentino en Brasil, porque la segunda había sido invitada a la cena posterior al encuentro, El Gobierno desmintió el enfrentamiento y acusó al artículo de ejercer “violencia machista”. “Las mujeres queremos ejercer la política en libertad, no disputamos poder, quédense tranquilos, tenemos otra visión de poder”, escribió luego Cerruti, en Twitter.
A las revelaciones de los choques internos se sumaron las declaraciones de Antonio Aracre, exjefe de asesores presidenciales, quien en las últimas horas también le apuntó a Cerrutti al contar que la bloqueó en Whatsapp. “Yo la bloqueé porque en general bloqueo a las personas tóxicas“, aseguró el exfuncionario, quien agregó: “Cuando veo que una persona todo lo que dice y hace no me suma, resta o miente, la bloqueo” y “era imposible una comunicación madura con ella”.
Cerruti lleva tiempo cuestionada internamente por el oficialismo en general, pero por el albertismo en particular, desde donde admiten que la sostiene fundamentalmente el mandatario. Las desconfianzas hacia ella en la comunicación son de larga data, pero se exacerbaron en el último tiempo, en especial tras el paso que dio al costado el presidente Fernández respecto de la posibilidad de competir por la reelección.
En las filas de Fernández más de un colaborador cree que Cerruti pone todas sus esfuerzos en la posible candidatura de Massa. La figura del tigrense, que despierta suspicacias en el albertistmo, fue uno de los elementos que puso en jaque un esquema de comunicación en el viaje a Brasilia que buscó en la práctica que el titular de Hacienda no se llevara el rédito de lo que podría salir del encuentro con Lula. Con varios voceros en la comitiva acompañando a los funcionarios que viajaron se buscó que todo pasara por Cerruti y no por el aceitado esquema de Massa.
Sin embargo, pese a la preparación previa, no hubo nada que anunciar. Solo las declaraciones de rigor entre Fernández y Lula, en la que repartieron elogios, promesas, pero que como dijo el brasileño, no incluyeron ni un peso para Argentina.
“Esto pasa porque el albertismo está acabado”, resumió un funcionario kirchnerista que consideró que la filtración de peleas, cruces y reproches dentro del espacio “es un síntoma” del estado de la coalición.
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