Reunión sorpresiva de “Camau” Espínola en la Casa Rosada, las acusaciones de traidor del kirchnerismo y los planes electorales
Es el jefe del bloque que integraba Kueider; no descarta ser candidato a gobernador de Corrientes con apoyo de La Libertad Avanza; conversó sobre la situación del Senado con funcionarios nacionales
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El senador correntino Carlos Mauricio “Camau” Espínola, el jefe del bloque de peronistas díscolos que integraba Edgardo Kueider y que fue tildado de traidor por el kirchnerismo, estuvo hoy de visita en la Casa Rosada. El legislador, que aspira a ser candidato a gobernador de Corrientes el año próximo, se reunió con dos hombres del ala política del Gobierno: el vicejefe de Interior, Lisandro Catalán (número dos de Guillermo Francos) y el subsecretario de Gestión Institucional, Eduardo “Lule” Menem, mano derecha de Karina Milei.
El acercamiento de la gestión de Javier Milei con el senador peronista -que supo ser secretario de Deportes de Cristina Kirchner en 2014- se da por los votos que su bloque le puede ofrendar al oficialismo en la Cámara alta. Pero este miércoles, Espínola dio un paso más, se abrazó al Gobierno y no descartó ser candidato a gobernador de Corrientes en 2025 de la mano de La Libertad Avanza (LLA). “Estamos en un proceso, me encantaría poder arreglar, coordinar o ser parte de una sumatoria”, dijo en una entrevista radial.
Espínola llegó a la Casa Rosada pasado el mediodía acompañado por otro senador de su bancada, el salteño Juan Carlos Romero. Visitaron primero a Catalán en la Jefatura de Gabinete de la planta baja y luego se reunieron con Menem en el primer piso del edificio. Según pudo reconstruir LA NACION, los senadores hablaron con ambos funcionarios sobre la dificultad que tendrá el oficialismo el año próximo para pasar cualquier proyecto en el Senado, máxime después de la destitución de Kueider, el senador entrerriano que fue detenido in fragantti en Paraguay cuando atravesaba la frontera con 211.000 dólares en efectivo sin declarar.
En la Casa Rosada hay quienes todavía albergan la esperanza de conseguir un acuerdo para aprobar los pliegos de Ariel Lijo y Manuel García-Mansilla para la Corte Suprema en sesiones extraordinarias en febrero. Pero con el paisaje actual en la Cámara alta (donde el peronismo quedó a tres senadores del quórum propio) y los ánimos caldeados por el caso Kueider, esa alternativa parece muy lejana.
Fuentes al tanto de los encuentros en Balcarce 50 evitaron dar mayores detalles, pero reconocieron que durante la visita de los senadores aliados también se abordó la cuestión de los “armados provinciales”.
Qué pasa
En el Senado, Espínola y Romero venían trabajando en una ampliación de su interbloque, “Las Provincias Unidas”, que colaboró con votaciones clave para el Gobierno y está integrado, además, por Alejandra Vigo (Córdoba), la radical Edith Terenzi (Chubut) y la provincial independiente Lucila Crexell (Neuquén). Hasta su expulsión del cuerpo, Kueider también formaba parte este grupo.
La idea de estos senadores era intentar seducir a los bloques provinciales que integran los legisladores de Misiones, Santa Cruz y Río Negro. Para Espínola y Romero sería clave ofrendarle al Gobierno un interbloque más nutrido, pero el escándalo de Kueider y la sesión para destituirlo enlodó ese proceso.
Tanto el Gobierno como los senadores aliados del oficialismo quieren pasar de página lo antes posible para dejar atrás el traspié con el senador entrerriano, cuya banca será ocupada ahora por la camporista Estefanía Cora.
El kirchnerismo, en cambio, pretende redoblar la apuesta. Y presiona sobre Espínola denunciando a viva voz que “está sentado en una banca que no le corresponde”. El malestar con el correntino viene de lejos. La propia Cristina Kirchner señaló a él y a Kueider como responsables de “la entrega de la Patria”, después de la sanción de la Ley Bases: aquella votación terminó 36 a 36 y desempató la vicepresidenta Victoria Villarruel. Kueider y Espínola salvaron al Gobierno.
“Armaron una bandita para vender votos. Kueider me decía a mi que había que hablar con Camau porque era su socio, ¿qué quieren que piense de Camau? ¿por qué se fue?”, lanzó el jefe del bloque peronista, José Mayans, durante la última sesión en la Cámara alta. Hoy, en tanto, las inmediaciones del Congreso amanecieron empapeladas con afiches contra Espínola y la leyenda “Camau, jefe de la banda, devolvé la banca”.
Respecto al armado en Corrientes, que elige gobernador en 2025, Espínola trabaja para conformar un frente opositor al sector del mandatario actual, el radical Gustavo Valdés.
La UCR está dividida en Corrientes porque Valdés –que no puede renovar y podría elegir a su hermano como sucesor- protagoniza una interna feroz con el cacique radical Ricardo Colombi, quien fue tres veces gobernador de la provincia.
En el peronismo provincial, en tanto, crece la influencia de José Ottavis, uno de los fundadores de La Cámpora que se volcó a la política territorial en su pueblo natal, Monte Caseros, y es uno de los elegidos de Cristina Kirchner y Sergio Massa para ordenar el PJ correntino.
Espínola quiere conformar un frente amplio que pueda derrotar al oficialismo correntino y espera tener el respaldo del Gobierno. El referente de los libertarios en Corrientes, sin embargo, es el diputado Lisandro Almirón, menos contaminado por la política tradicional. Javier Milei tiene una excelente imagen en esa provincia: LLA seguramente aprovechará para impulsar un candidato a gobernador el año próximo. “No creo q Camau pueda ser el candidato de LLA en Corrientes. Es una provincia anti K por definicion y él fue con Cristina”, soltó hoy un colaborador de la Casa Rosada cuando trascendió la reunión.
En diálogo con el canal Max 13, Espínola dijo hoy: “Si vamos todos en el mismo camino de la transformación, por supuesto, no hay problema, con todos los que quieran empujar este cambio. Tengo mi expectativa de ser gobernador hace mucho tiempo, pero no soy egoísta para construir algo nuevo”.
Respecto a las acusaciones del kirchnerismo, se defendió: “Tratan de ensuciar, no tengo nada que ver con el kirchnerismo, La Cámpora o su estilo; no es saludable para la Argentina, hace tiempo vengo marcando mis diferencias, que se asentaron cuando vino la Ley Bases, el kirchnerismo quiso debilitar a Milei y en ese camino se podía destituirlo. Yo no me presto a ese juego”, remató.
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