Resignación en la Fuerza Aérea por la decisión del Presidente de limitar la compra de aviones militares
Alberto Fernández había declarado a The Financial Times que el reequipamiento no es una prioridad; el ministro Taiana relativizó las restricciones, aunque aclaró que las incorporaciones deberán tener financiamiento externo
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Malestar y resignación. Como un baldazo de agua fría se recibió en las Fuerzas Armadas la definición del presidente Alberto Fernández, que redujo la posibilidad de adquirir aeronaves para la Fuerza Aérea. “La Argentina tiene que destinar sus recursos a cosas más importantes que la compra de aviones militares”, declaró el mandatario, la semana pasada, al periódico británico The Financial Times.
La afirmación presidencial llegó luego de un año de intensas gestiones y viajes programados por el Ministerio de Defensa, que llevaron a autoridades y técnicos aeronáuticos a evaluar la posible compra de 12 aviones caza para recuperar las capacidades de la Fuerza Aérea. Estaban en carpeta posibles negociaciones con Paquistán, por los JF-17, con una eventual participación de China, y también con Estados Unidos para la incorporación de 12 aviones cas F-16 o F-18. Fuentes castrenses revelaron que es fuerte la presión norteamericana para evitar que la balanza se incline en favor de la opción chino-paquistaní y que todo se inscribe en una puja geopolítica.
En un juego de equilibrio, el ministro de Defensa, Jorge Taiana, ratificó la palabra presidencial, pero evitó dar por cerradas las operaciones. “Es un proceso que se dará en varios años, no en uno, en dos o en tres. La Argentina no puede gastar mucho más de lo que invierte en el presupuesto. Las grandes compras deberán tener recursos provistos por financiamiento externo”, declaró el ministro.
Un obstáculo siempre presente en las negociaciones con las autoridades de Defensa norteamericanas por acceder a material militar es la vigencia del veto del Reino Unido, que frena la llegada de unidades con componentes británicos. Una secuela de la guerra de Malvinas.
A las gestiones con Paquistán, China y Estados Unidos se sumaron este año misiones de expertos de la Fuerza Aérea a Dinamarca, China y la India, cuyos resultados no se difundieron.
La tajante definición de Fernández, sin embargo, pone freno a la posible incorporación de aeronaves. Taiana, en declaraciones al sitio especializado Infodefensa, indicó que los objetivos de la Argentina en materia militar son la adquisición de aviones cazas de cuarta generación, vehículos blindados a rueda y la recuperación de la capacidad submarina. Pero, aclaró, tan importantes como las condiciones técnicas son “las posibilidades de financiamiento”.
“Hoy por hoy está todo congelado. Se esperaba avanzar con la compra de un escuadrón de 12 aviones militares, pero no hay ahora un horizonte claro”, confió una fuente castrense.
Pedido de explicaciones
La inquietud generada en las Fuerzas Armadas se trasladó a la oposición política. El diputado nacional Alberto Asseff (Juntos por el Cambio, que encabeza la Comisión de Defensa en la Cámara baja, presentó un pedido de informes al Poder Ejecutivo para que explique “a qué obedece la negativa de adquisición de aviones supersónicos para la Fuerza Aérea”.
También requirió que el Presidente informe sobre el presupuesto previsto para 2023, destinado a gastos operativos de las Fuerzas Armadas, que “se redujo en términos reales un 43%, según advirtió el centro de estudios en defensa y seguridad de la República Argentina”.
“¿Qué fundamentos sostienen semejante reducción del presupuesto y cuáles fueron los parámetros que se tomaron en cuenta para esta determinación?”, indagó Asseff en su pedido de informes, acompañado por los diputados nacionales Alfredo Schiavoni, Carlos Zapata y Francisco Sánchez.
Frente al recorte del presupuesto, los legisladores explican que “si bien se establece un aumento nominal del 47%, para gastos operativos de las Fuerzas Armadas, la inflación prevista para 2023 se ubicaría por lo menos en el 90,5%, lo que implica una reducción del 43% en términos reales”.
En las propias fuerzas militares generan preocupación los crecientes recortes que llevan a restringir la instrucción en la formación militar. En el proyecto del presupuesto girado al Congreso, la Armada tendrá apenas 60 días de navegación en 2023 para el adiestramiento naval técnico y táctico. Son 19 días menos que el año pasado. Hace diez años, en 2012, la fuerza naval disponía de 358 días de navegación.
Similares recortes se aplican en el Ejército, que en 2023 tendrá solo tres días de adiestramiento operacional en campaña y 15 jornadas de capacitación en las guarniciones-
Por otra parte, Asseff reclama en su proyecto que el Presidente informe si se hará eco del reclamo de la vicepresidenta Cristina Kirchner, quien en su discurso en el Estadio Único de La Plata pidió que la Gendarmería “abandone las fronteras para concentrarse en el conurbano, lo que desnaturaliza la vital función de esa fuerza de seguridad, pensada para custodiar nuestros límites y no para sustituir a la policía”.
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