Reproches cruzados y sospechas mutuas: qué hay detrás de la guerra política entre Jorge Macri y Larreta que agita a Pro
El jefe porteño apuntó contra su antecesor y deslizó que hubo irregularidades en la preadjudicación del servicio de acarreo; sorpresa y malestar en el larretismo
- 9 minutos de lectura'
La guerra soterrada que mantenían hace tiempo Jorge Macri y Horacio Rodríguez Larreta terminó de estallar de forma pública en las últimas horas con acusaciones de alto calibre, pases de factura y reproches cruzados que agudizan la crisis del Pro desde que Javier Milei desembarcó en la Casa Rosada.
La decisión del jefe de gobierno porteño de imputar a la administración de su antecesor en la Ciudad supuestas irregularidades en la firma de una preadjudicación del sistema de grúas y acarreos reavivó la feroz interna entre macristas y larretistas. El expostulante presidencial de Juntos por el Cambio evitó por ahora salir a responderle a su sucesor, pero en la intimidad dejó trascender su malestar y sorpresa. Según expresó ante sus consejeros, Jorge Macri estaba al tanto de la medida que suscribieron en diciembre funcionarios del área de Transporte, que se encontraba a cargo de Manuela López Menéndez, 24 horas antes de que Larreta entregara el mando.
“Una preadjudicación siempre es reversible; no es vinculante. Es llamativo que lo cambien siete meses después [de asumir]”, dicen cerca del exalcalde porteño. Sus allegados argumentan que avanzaron antes del recambio de autoridades para “cerrar una etapa” y acelerar el trámite para modificar el sistema de acarreo de autos mal estacionados después de años de idas y vueltas por las trabas que ponían actores de peso interesados en controlar el negocio. A su vez, justifican que el proceso podía desactivarse sin costos para la Ciudad o sin riesgos de que la medida se judicializara. Sostienen que, en rigor, era una “recomendación”. “Jorge Macri era ministro de Gobierno con la gestión anterior. Participaba de la reunión de Gabinete y armó un equipo para la transición. Y en muchas áreas hubo continuidad”, alegan cerca de Larreta.
En el ala macrista ofrecen otra versión del culebrón que agita a Pro. Por caso, niegan que Jorge Macri o Gabino Tabia y Guillermo Romero, los dirigentes que había designado para llevar adelante la transición con los equipos de Larreta, hubieran tenido conocimiento de que se firmaría el pliego. Reconocen que el asunto se había tratado en las reuniones para coordinar el traspaso -que encabezó Felipe Miguel, exjefe de Gabinete-, pero afirman que es llamativo que Larreta haya asumido ese compromiso un día antes de que abandonara el cargo.
Jorge Macri y su antecesor vieron por última vez hace 15 días. Según fuentes cercanas al macrismo, el jefe porteño le anticipó que daría de baja la preadjudicación del sistema de acarreo. Apuntan, sobre todo, contra Miguel y López Menéndez y siembran sospechas sobre las razones del apuro para firmar el pliego. “Nunca nos dijeron que iban a preadjudicar”, repiten en la sede porteña de Uspallata.
Después de que estallara el conflicto con el gremio de Camioneros, que lideran Hugo y Pablo Moyano, por la recolección de residuos, el jefe porteño vinculó la protesta sindical con su decisión de suspender el proceso licitatorio para cederle el servicio de acarreo a las empresas privadas Transporte 9 de Julio, Ashira-Ecoba y SAEM-Tránsito Rosario. Como el dictamen de preadjudicación se firmó el 6 de diciembre, un día antes de que Larreta dejara el poder, e implicaba que la Ciudad debía darles a las compañías un anticipo de 8 millones de dólares, según estiman fuentes porteñas, Jorge Macri decidió frenarlo tras una frustrada negociación con Camioneros y representantes de las tres empresas involucradas. “Alguien hizo algo impropio”, lanzó Macri en diálogo con LN+, y anunció que abrirá una investigación. Hoy en la Ciudad le quitaban relevancia a ese proceso interno.
Quienes frecuentan a Mauricio Macri, presidente de Pro, que volvió a Buenos Aires el domingo tras su último viaje por Europa, aseguran que el exmandatario “está a favor de que se ahorre gasto en la ciudad y se priorice la eficiencia” en el manejo de los recursos. A su vez, consideran que la medida que adoptó su primo apunta a cortar un negocio que iba a beneficiar a los Moyano. Es decir, no lo interpretan como un embate político a Larreta. “No fue consensuado ni charlado con Mauricio. Fue una iniciativa de la Ciudad”, comentan interlocutores habituales del pope de Pro.
Larreta y sus excolaboradores activaron sus teléfonos apenas comenzaron a viralizarse las declaraciones del primo del expresidente. La mayoría no ocultó su bronca y desconcierto, aunque vinculan indirectamente el ataque a las heridas que dejó la interna de Pro. Cerca de Larreta despotrican contra Jorge Macri por haber insinuado que hubo irregularidades en el proceso. “Es un disparate absoluto. Los últimos meses de gobierno gestionamos juntos y hubo un seguimiento de todos los planes. Él iba a las reuniones de Gabinete. Entonces, si hubo algo ‘impropio’, Jorge también lo hizo”, ironiza un exfuncionario de Larreta.
El exjefe porteño argumenta que el objetivo era cambiar el sistema de acarreo de autos mal estacionados que regía en la ciudad de Buenos Aires hasta agosto de 2022. En ese momento, frente a la presión de un conglomerado de la oposición en la Legislatura, Larreta dispuso la estatización temporal del servicio hasta que concluyera el proceso de licitación que determinaría los nuevos concesionarios. Lo hizo después de varios intentos frustrados de regularizar los convenios de las empresas Dakota-STO y BRD-SEC, que operaron con contratos vencidos desde 2001 y con sucesivas prórrogas a cambio de un canon irrisorio ($55.000 mensuales).
En el entorno de Larreta defienden el proceso licitatorio que cerró en diciembre del año pasado y niegan irregularidades. Consideran que podía implicar a futuro una reducción de costos para el Estado porteño, no una mayor erogación. “Nosotros cambiamos el modelo y los incentivos. Antes se levantaban autos de manera indiscriminada y cerca de las playas de las grúas, porque a las empresas se les pagaba por acarreo”, aseguran.
Trastienda
La preadjudicación a favor de Transporte 9 de Julio, Ashira-Ecoba y SAEM-Tránsito Rosario se firmó el 6 de diciembre. Sin embargo, el pliego se oficializó y se subió al sistema de Buenos Aires Compras (BAC) cinco días después. La comisión evaluadora de ofertas que firmó el documento estaba integrada por tres funcionarios que respondían a la exsecretaria Menéndez. Se trata de Francisco Merodo, Francisco Pérez Martínez e Ignacio Salaberri.
Fuentes cercanas a Menéndez niegan que el pliego se haya firmado una vez que los funcionarios ya no estaban en cargos, como sugirió Jorge Macri, y vinculan la demora en la oficialización a cuestiones administrativas. De hecho, arguyen que se hizo a través del sistema de firma digital y que las credenciales de acceso de los funcionarios salientes estaban caídas desde el 9 de diciembre.
“Ellos pueden cambiar la política pública; no hay problema. Lo curioso es que modifiquen el sistema y decidan estatizar el servicio, a contramano del modelo de Milei”, chicanean en el seno del larretismo.
En la cúpula de la Ciudad afirman que se tomaron seis meses para auditar la preadjudicación del servicio de acarreo. Consideran que el costo del contrato no podía ser asumido en este momento por las arcas porteñas y que no había un estudio “claro” sobre el impacto que tendría el nuevo sistema en la movilidad y el tránsito. “Hasta diciembre teníamos mil denuncias diarias por mal estacionamiento. La oferta de las tres empresas no era descabellada. Y siempre se da un anticipo para la inversión en playas o compra de grúas”, se defienden los larretistas.
Néstor Grindetti, jefe de Gabinete, estuvo a cargo de la negociación con los representantes del gremio de Camioneros y de las tres empresas que habían sido seleccionadas por Larreta. El conflicto estalló el viernes, cuando Grindetti les anticipó que habían decidido dar marcha atrás con la preadjudicación. A los funcionarios porteños les llamó la atención que los sindicalistas eran la voz cantante en las reuniones, no los empresarios.
Cuando los Moyano decidieron ayer limitar la recolección de basura en la Capital con la excusa de que Jorge Macri pretendía “estatizar los 300 choferes de grúas”, la vicejefa porteña Clara Muzzio, quien fue ministra de Ministro de Espacio Público e Higiene Urbana de Larreta, intercedió para negociar una tregua con Camioneros. Había entablado un buen vínculo con los Moyano durante la pandemia, cuando la administración porteña buscó rediscutir los contratos de recolección. Hoy, el legislador porteño Facundo del Gaiso, de la CC-ARI, denunció a Pablo Moyano por extorsión ante el juzgado el juzgado de María Eugenia Capuchetti.
Muzzio integró el elenco de Larreta en la Ciudad, pero ahora está alineada con Jorge Macri en la interna de Pro. De hecho, toma distancia de su exjefe político y avala la idea de revisar la actuación del gobierno anterior. “El 75% del costo del servicio es la mano de obra. Jorge sabía y estaba al tanto del tema. Les avisamos que estaba listo para preadjudicar; no hubiéramos avanzado sin la venia de él”, repiten excolaboradores de Larreta.
Otro funcionario de alto rango que formó parte de la gestión de Larreta y continuó con Jorge Macri es Fernán Quirós, a cargo de la cartera de Salud. También siguió en su cargo Álvaro García Resta, secretario de Desarrollo Urbano. En la Legislatura, en tanto, permanecen dos dirigentes de confianza de Larreta: Emmanuel Ferrario y Claudio Romero. Con su denuncia pública, el jefe porteño profundizó el clima de desconfianza en la bancada oficialista, donde aún conviven macristas, bullrichistas, larretistas y radicales, entre otros.
Desencuentros
Pese a esos nexos, la relación entre Jorge Macri y Larreta quedó dañada desde que el exintendente de Vicente López se mostró públicamente con Patricia Bullrich en octubre de 2022 para sellar un acuerdo electoral en la Capital. En ese momento, Larreta buscaba hacer equilibrio entre Jorge Macri y Martín Lousteau, aspirante a jefe porteño, y estiraba un pronunciamiento sobre su preferencia por un sucesor. Cuando Jorge Macri ejecutó esa jugada, ya se había mudado al territorio porteño para convertirse en ministro de Gobierno de Larreta. Fue parte del pacto que habían trenzado en 2021 para despejarle el camino a Diego Santilli como candidato en Buenos Aires.
El vínculo personal y político entre ambos se deterioró de manera estrepitosa después de las PASO, cuando Jorge Macri venció por estrecho margen a Lousteau. El primo del expresidente activó una purga en la ciudad y acusó a funcionarios cercanos a Larreta, como María Migliore, de haber jugado a favor del senador radical en la interna. Tras la toma de posesión, Jorge Macri prescindió de dirigentes que estaban ligados a la gestión anterior. Sugirió que heredó una estructura sobredimensionada por los acuerdos políticos que tejió su antecesor para sumar aliados en la carrera presidencial. En Uspallata también tomaron nota de las críticas que hizo en privado Larreta al manejo de la ciudad tras el cambio de autoridades.