Renunció el polémico Ricardo Jaime
El ex secretario de Transporte dejó el cargo ayer, involucrado en varias causas judiciales; será reemplazado por Juan Pablo Schiavi
Antes del mediodía de ayer se instaló el rumor: el secretario de Transporte, Ricardo Jaime, se iba del Gobierno. El poderoso funcionario, responsable del reparto de millonarios subsidios y, también, de una treintena de causas judiciales que acumula en su contra, había dejado la renuncia a disposición de la presidenta Cristina Kirchner.
Pasadas las 19, llegó la confirmación oficial: "Por razones personales he presentado la renuncia en forma indeclinable al cargo con el que me ha honrado la señora presidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner", dijo Jaime a la agencia Télam, el lugar que eligió el secretario para comunicar su decisión.
El sucesor será el actual titular de la Administración de Infraestructura Ferroviaria, Juan Pablo Schiavi, un ex macrista, ahora cercano al ministro de Planificación Federal, Julio De Vido (ver aparte).
Más allá de los argumentos formales, varias fueron las razones que pusieron punto final a una de las gestiones más polémicas de la administración kirchnerista. Una de ellas, el apremio judicial. En el fuero federal avanzan dos expedientes en los que se investigan varios vuelos privados que realizó Jaime. Las causas tomaron fuerza después de la investigación que publicó LA NACION el 22 de mayo, en la que se daba cuenta de que Jaime se movía en un jet de ocho pasajeros, adquirido en Miami el 24 de diciembre pasado por poco más de cuatro millones de dólares. También existe otra causa en la que se lo investiga por enriquecimiento ilícito.
"Me parece que nos debemos dar una etapa de trabajar fuertemente por el peronismo; yo lo haré en Córdoba junto a Eduardo Acastello y no necesito ocupar un cargo para trabajar en este proyecto", dijo Jaime. El ex funcionario fue el jefe de campaña del Frente para la Victoria en Córdoba, donde el oficialismo cosechó un magro cuarto puesto. Esa fue otra de las razones que empujaron fuera del Gobierno al ahora ex secretario.
Por la mañana, la suerte de Jaime ya estaba echada. A las 11, el gremio de pilotos de Austral (UALA) tenía agendada una audiencia con el funcionario. Pocos minutos antes, se canceló la cita. "Te llamo de parte del ministro. Van a tener que esperar unos días para la reunión. Nos tienen que bancar una semana hasta que la cosa se encarrile", escuchó uno de los pilotos en su teléfono celular, pocos minutos antes de la hora fijada. Hablaba Roberto Baratta, subsecretario de Control y Gestión y ladero incondicional de De Vido.
La Secretaría de Transporte cobró importancia en los últimos años por los millonarios subsidios que distribuye mes a mes. Pese a estar dentro de su órbita, De Vido jamás pudo meter sus narices en ese reducto. Jaime reportaba directamente a Kirchner y así se lo hacía saber a sus interlocutores. Pero con la llegada de Schiavi, De Vido logró instalarse en una de las más grandes cajas públicas, que le había sido esquiva.
De Vido se queda
"De Vido salió fortalecido. Primero, porque presentó la renuncia y no se la aceptaron. Y después, porque colocó a uno de sus alfiles en un lugar clave", dijo ayer un empresario que recorre los pasillos por los que hasta ayer deambulaba Jaime.
La llegada de Schiavi no fue bien recibida por todos. Sucede que Jaime había repartido varios cargos entre los sindicatos ligados con el transporte, como ferroviarios o camioneros. Los gremialistas no estaban de acuerdo con el nuevo funcionario y ayer hicieron lo imposible para colocar al interventor en la Comisión Nacional de Regulación del Transporte, Antonio Sícaro, un hombre que tiene relaciones más aceitadas con los gremios.
Otro interrogante es saber qué pasará en Aerolíneas Argentinas. Allí hay muchos ejecutivos colocados por Jaime, que ahora tienen destino incierto.
El control aerocomercial, en manos civiles
- La Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC) tomó el control de la aviación comercial, hasta ayer en manos del Ministerio de Defensa. El cambio de jurisdicción fue rubricado en la Escribanía General de la Nación por los titulares de la ANAC, Rodolfo Gabrielli, y del Comando de Regiones Aéreas de las FFAA, Marcelo Ayerdi. El proceso de traspaso fue decidido en 2007, en medio de una polémica por el mal funcionamiento de los radares instalados en el país. El ANAC supervisará que se complete la instalación de los 11 radares encargados a la empresa Invap, seis de los cuales ya están en funcionamiento.
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