Renunció De la Rúa: el peronista Puerta está a cargo del Poder Ejecutivo
El senador del PJ convocó para hoy, a las 11, a la Asamblea Legislativa, que aceptará la dimisión presidencial y además nombrará al sucesor, que pertenecerá al peronismo, con mayoría en las dos cámaras; habrá hoy feriado cambiario
Presionado y sin apoyo político, en el día de mayor violencia social en el país desde el regreso de la democracia, Fernando de la Rúa renunció ayer a la presidencia de la Nación. Quedó en ejercicio del poder el presidente provisional del Senado, el justicialista Ramón Puerta. La Asamblea Legislativa, convocada para hoy, a las 11, debe decidir en forma urgente la sucesión.
Puerta aparece como el principal candidato para manejar la transición y, en marzo, convocar a elecciones presidenciales. En principio asumirá interinamente por 48 horas, pero todo parece indicar que será confirmado por la mayoría de los legisladores este fin de semana.
"Confío que mi decisión contribuirá a la paz social y a la continuidad institucional de la República", expresó De la Rúa en una carta manuscrita que envió al Congreso al caer la tarde. A las 19.52 despegó el helicóptero que lo transportó desde la Casa Rosada hasta la residencia de Olivos. La revuelta popular y los saqueos -que provocaron por lo menos 23 muertes en los últimos dos días- no cesaron, pese a que se produjo el cambio de gobierno que reclamaban los manifestantes.
En ese contexto, la incertidumbre económica se sumía sobre el futuro de la Argentina. El Banco Central dispuso feriado cambiario, a partir de hoy, para dar tiempo a que la nueva conducción del país determine una política monetaria que podría marcar el fin de la convertibilidad entre el peso y el dólar.
Puerta, ex gobernador de Misiones, de 50 años, permanecía esta madrugada en Merlo, San Luis, adonde había viajado para reunirse con seis gobernadores del PJ. Una tormenta eléctrica en el espacio aéreo de San Luis y de Córdoba le impedía regresar a Buenos Aires para asumir en forma provisional el cargo.
Hoy, a las 8, saldrá hacia Buenos Aires, y tres horas después presidirá la Asamblea Legislativa, cuya primera misión será aceptar la renuncia a De la Rúa.
La definición del futuro jefe del Poder Ejecutivo y del plan económico que se instrumentará se resolvía esta madrugada con inusitada prisa en la reunión de gobernadores en Merlo y en varios encuentros en el Congreso Nacional entre legisladores nacionales y otros mandatarios provinciales, entre ellos el bonaerense Carlos Ruckauf.
El regreso del justicialismo al poder podría ocurrir en medio de una huelga general. El líder de la CGT rebelde, Hugo Moyano, convocó una medida de fuerza por 24 horas, pero por la noche puso en dudas que realmente vaya a cumplirse. Por el temor a que continúen los saqueos, algunas de las principales cadenas de supermercados analizaban no atender hoy al público.
La estrepitosa caída del gobierno de Fernando de la Rúa -diez días después de cumplir la mitad de su mandato- acaparó la portada de los principales diarios de Europa y de América y provocó reacciones de preocupación en todo el mundo.
El presidente de los Estados Unidos, George W. Bush, dejó trascender en boca de su vocero, Ari Fleischer, que está "monitoreando" la situación en la Argentina.
De la Rúa había asumido el 10 de diciembre de 1999, tras vencer -con casi el 50 por ciento de los votos- a la fórmula justicialista que lideraba el ahora senador Eduardo Duhalde.
Desde anteayer, dos días de extrema violencia en todo el país dejaron un saldo de por lo menos 23 víctimas mortales (16 fallecieron ayer), más de 2000 de heridos y otros tantos detenidos, calles ensangrentadas y cientos de edificios destrozados. Fue el vertiginoso desenlace de una crisis política, económica y social que acompañó a De la Rúa durante casi toda su gestión.
En franco desafío al estado de sitio vigente desde anteanoche, las manifestaciones y los saqueos se sucedieron de manera incontrolable.
Oferta rechazada
El epicentro de la violencia fue la Plaza de Mayo. Los enfrentamientos empezaron con la represión policial, con disparos de balas de goma y de gases lacrimógenos, a un grupo de manifestantes pacíficos, a las 9.30. El descontrol se generalizó con el paso de las horas. Sólo en el microcentro porteño murieron cinco personas, atacadas por la policía con balas de plomo.
La tensión política se hacía insostenible. A las 16, De la Rúa, en la máxima soledad política (todo su gabinete había renunciado), hizo un último intento por seguir en el poder.
En un mensaje televisado convocó al PJ a acompañarlo en el gobierno. "He ofrecido al justicialismo, que triunfó en octubre y tiene mayoría en ambas cámaras, que participe en un gobierno de unidad nacional", afirmó. También explicó que el Ministerio de Economía -tras la forzada renuncia de Domingo Cavallo la noche anterior- quedaría dividido en dos áreas, a cargo de Nicolás Gallo y de Chrystian Colombo.
Minutos después, el ministro del Interior, Ramón Mestre, sacaba sus pertenencias del despacho que ocupaba en la Casa Rosada. Otros funcionarios juntaban en bolsas plásticas sus portarretratos y sus cuadros.
El ex vocero oficial Juan Pablo Baylac (que había renunciado al mediodía) confirmó, a las 16.15, que si el PJ no aceptaba el convite, el Presidente abandonaría el Gobierno. Lo dijo con resignación. La respuesta de la oposición parecía escrita de antemano.
A las 18.05, el jefe del bloque de senadores de la UCR, el chubutense Carlos Maestro, adelantó que la decisión de dimitir estaba tomada.
En ese momento, miles de personas ocupaban las calles del centro porteño y se batían en forma incesante con agentes de la Policía Federal. Columnas de humo salían del edificio de la sede del Banco Provincia y se registraban destrozos en una hamburguesería frente al Obelisco.
Puerta, en tanto, volaba hacia Merlo, sin saber que la máxima responsabilidad del Estado estaba a punto de recaer en su persona.
El miedo de Cavallo
El reclamo en las calles -que había empezado la noche anterior- fue incesante. La reacción popular generó que Cavallo pidiera seguridad especial.
Tres jueces impidieron al ex ministro salir del país, por la causa del contrabando de armas a Croacia y a Ecuador, por una entrega irregular de fondos reservados, por la bancarización forzosa de la economía y por la investigación del megacanje de la deuda externa. Quería irse a Miami, indicó un ex funcionario cavallista.
Las noticias se sucedían con un vértigo inusitado. A las 19.25, Gallo confirmó lo que todo el país ya sabía. De la Rúa había renunciado. "Mi mensaje de hoy para asegurar la gobernabilidad y construir un gobierno de unidad fue rechazado por líderes parlamentarios", escribió en el segundo de los cinco párrafos de su carta de dimisión. "Pido a Dios por la ventura de mi Patria", termina el mensaje.
La Avenida de Mayo seguía regada de cascotes, vidrios y ladrillos. Pasaban patrulleros a velocidades extraordinarias. Llovían disparos de balas de goma y plomo. El aire era irrespirable, después de casi un día de explosiones de gases lacrimógenos.
A las 19.52, De la Rúa caminó con la cabeza gacha hacia el helicóptero. Lo abrazaba el edecán del Ejército, teniente coronel Gustavo Giacosa. La nave despegó, entre insultos de la gente que lo miraba desde la avenida Leandro N. Alem. Partió hacia la quinta de Olivos.
Colombo se quedó en la Casa Rosada. El hasta entonces jefe de Gabinete recibió un llamado de Puerta que le pedía por favor que permaneciera en funciones hasta que él pudiera hacerse cargo de la responsabilidad.
La atención pública se trasladaba intermitentemente de las calles del centro de Buenos Aires -hasta las 22 seguía el conflicto-, al Congreso de la Nación -donde se definía la metodología de la Asamblea de hoy- y a la cumbre peronista en Merlo.
En el conurbano bonaerense -principalmente en La Matanza- los saqueos se extendían a casas particulares. Los propietarios se defendían con palos y armas de todo tipo.
Ruckauf pidió calma a la población de su provincia y ratificó la vigencia del estado de sitio para controlar los desmanes.
Contener la crisis social será el primer objetivo del futuro gobierno, aseguraron los máximos dirigentes del PJ, que entre la incertidumbre y el temor de la mayoría de la población diseñaban anoche las primeras medidas de emergencia.
Servicios
- Feriado cambiario. Los bancos sólo pagarán sueldos y jubilaciones
- Por el paro general no funcionarán los servicios Ferroviarios
- Los colectivos, subterráneos y taxis circularán normalmente
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