Renuncias y mudanzas en el primer día del nuevo gabinete
"Estamos en una transición". Las sinceras palabras de un secretario de Estado, al promediar la mañana, sintetizaron la mezcla de incertidumbre con una pizca de desorientación que podía palparse en la Casa Rosada, en el día de "estreno" de la nueva estructura del gabinete . Un torbellino de reuniones de apuro, con funcionarios que terminaron de irse, otros que comenzaron a acomodarse en sus nuevas funciones y un nuevo sistema de trabajo con otros voceros y menos ministros sentados junto al Presidente.
El primer cambio, o por lo menos el más visible, fue la desaparición de la reunión de coordinación que el Presidente encabezaba a diario. En su reemplazo, el flamante gabinete de diez ministros fue el que repasó junto a Mauricio Macri la preocupante actualidad económica y financiera, el diálogo del Presidente con Trump y las medidas de contención destinadas a los sectores más vulnerables.
Participaron, además de Macri y sus ministros, el jefe de Gabinete, Marcos Peña ; el nuevo vicejefe, Andrés Ibarra , y el titular de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó . "El gabinete reemplaza a lo que fue coordinación, y la idea es que se reúna mucho más seguido, varias veces por semana por lo menos", contaron cerca del jefe de los ministros.
El flamante vicejefe y aún secretario de Modernización tuvo una posterior reunión a solas con el jefe de Gabinete. Ibarra se encontró allí con Mario Quintana , uno de los vicejefes del área eyectados de sus cargos en los recientes cambios, que pasó a despedirse de su jefe.
"Renunció ayer por Gde [el sistema operativo]", contaron a LA NACION cerca de Quintana, quien tampoco aceptó la propuesta de supervisar las empresas con participación estatal, una de las opciones que se manejaba hasta ayer.
El exvicejefe de Gabinete, cuyo despacho ocupará en breve Ibarra, según fuentes del Gobierno, se despidió de su equipo con un poema del monje budista Thich Nhat Hanh, reconocido en el mundo por su activismo en favor de la paz. "No digas que partiré mañana / porque estoy llegando", comienza el poema, de 46 versos.
En tanto, Gustavo Lopetegui , el tercer integrante del trío de "ojos y oídos del Presidente" desarmado en la caótica jornada del domingo en Olivos, mantendrá su despacho, pero como asesor presidencial. "Se va a ocupar del seguimiento de siete u ocho temas que quiere el Presidente y le va a dar una mano a Andrés", contaba un vocero bien informado.
La treintena de jóvenes que coordina Hernán Iglesias Illia, que se ocupaban del seguimiento de cada ministerio, continuarían en sus puestos con nuevas funciones, dejaban trascender los recién llegados. "No está del todo claro", afirmaban, en tanto, en una oficina cercana.
Luego de la reunión de gabinete, y al igual que el día anterior, el ministro del Interior, Rogelio Frigerio , habló con los periodistas, junto con el canciller Jorge Faurie , uno de los mencionados durante la frenética negociación con la UCR como candidato a salir de ese puesto.
"Vamos a ir rotando los ministros, dándoles más participación en la comunicación", respondió Frigerio sobre su nuevo rol de vocero, una tarea históricamente reservada para Peña.
"Uno nunca puede descartar cambios en un gabinete, pero este es, como dijo el Presidente, un gabinete más compacto, en el que él se siente cómodo para trabajar y solucionar los problemas de los argentinos", contestó con prudencia Frigerio cuando LA NACION le preguntó sobre futuros cambios.
"Todos los que somos ministros integramos un equipo que el Presidente ha elegido. Lo importante en este momento no son los nombres, sino adónde queremos llegar, cómo podemos resolver los problemas y quién puede hacerlo de la mejor forma", contestó, a su vez, el propio Faurie, cuando le preguntaron por su situación personal.
"Olvidate, está muy firme en su cargo", aseguraron a LA NACION fuentes de la Cancillería, preocupadas por las insistentes versiones sobre el eventual retorno del extitular de Hacienda Alfonso Prat-Gay al gabinete.
Los ministros que pasaron a ser secretarios también vivieron un día distinto. "Me llevo muy bien con Lino [Barañao] y Pablo [Avelluto] , vamos a trabajar juntos de la mejor manera", dijo a LA NACION el ministro de Educación, Alejandro Finocchiaro , quien tendrá Ciencia y Cultura bajo su control.
Finocchiaro faltó a la reunión de gabinete por un viaje programado a Mendoza por el G-20, pero tampoco estuvo ajeno al clima de cambio que se vive en el Gobierno con las nuevas estructuras.
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