Religión y política: la impronta católica de Juan Manzur y su compromiso con la comunidad maronita
El jefe de Gabinete mantiene desde hace varios años estrechos lazos con instituciones cristianas y con la comunidad judía; en Tucumán jerarquizó el área de Culto
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Trasladada a la Casa Rosada, la impronta católica practicante del jefe de Gabinete, Juan Luis Manzur, contrasta con la neutralidad religiosa que otros funcionarios proclaman cerca del Presidente, en un gobierno que enarbola como un logro la sanción del aborto legal y los avances de la identidad de género.
Como acostumbraba a hacerlo en Tucumán, Manzur sintió que estaba en su casa cuando pidió que “ojalá Dios nos ayude y nos dé una manito”, al encabezar el anuncio de un plan para jubilaciones anticipadas. Al mejor estilo Maradona en México, inmortalizó su propia mano de Dios”:
Perteneciente a la Iglesia Católica de rito maronita, una de las iglesias orientales que reconoce la autoridad del Papa y tiene su sede patriarcal en el Líbano, el exgobernador de Tucumán conserva en la vidriera pública su vida de fe y nunca dejó de tejer lazos con las distintas confesiones religiosas.
“No es una frase hecha, expresa su forma de ser. Tal vez en Buenos Aires es poco habitual, pero en el norte es más frecuente”, confió a LA NACION una funcionaria provincial que mantiene su lealtad y fidelidad al gobernador en uso de licencia.
El origen del culto maronita se remonta al siglo IV y debe su nombre a San Marón, un monje de la Iglesia de Antioquía que se refugió como ermitaño en el monte del Líbano tras la invasión de los árabes. Los primeros inmigrantes libaneses comenzaron a llegar a la Argentina después de mediados del siglo XIX y en 1901 se instaló en el país la Misión Maronita Argentina, que asistía espiritual y materialmente a los inmigrantes.
Se estima que en la Argentina hay un millón y medio de descendientes de libaneses y muchas familias llevan ya tres o cuatro generaciones en el país. Los fieles que participan de la comunidad cristiana maronita suman unos 500.000 y se concentran, principalmente, en Buenos Aires, Mendoza, Tucumán y en Villa Lynch, en el partido bonaerense de San Martín. La tradición es un elemento significativo y en determinadas fórmulas litúrgicas se mantiene en las celebraciones el uso del arameo, la lengua de Jesús.
La comunidad maronita es una de las 23 iglesias orientales católicas en el mundo, de las cuales seis son patriarcales. La maronita entre ellas. Estas seis tienen un patriarca, que gobierna su iglesia con la asistencia de un sínodo. Responden a Roma, pero tienen cierto grado de autonomía para designar obispos, aunque los nombramientos siempre deben tener la aprobación del Papa.
Además de los maronitas, son patriarcados católicos orientales las iglesias de los melquitas, los coptos, los sirios católicos, los babilónicos de los caldeos y los católicos armenios. Todas están en comunión con el Papa, a diferencia, por ejemplo, de las confesiones ortodoxas.
Activo colaborador de la Catedral maronita
En 2001 se celebró en Buenos Aires el centenario de la llegada de los primeros inmigrantes libaneses a la Argentina y la comunidad maronita inauguró el edificio de la Catedral de San Marón, una impactante construcción revestida de piedra en Paraguay y Esmeralda, con pisos de mármol, muy buena iluminación y una majestuosa escalera exterior. El templo renovó la capilla del vecino Colegio San Marón, uno de los símbolos de la obra educativa de la comunidad en la región.
Manzur colaboró activamente en la construcción de la iglesia catedral, que se edificó con piedras traídas de las canteras del Líbano. Son frecuentes sus visitas y aportes a la comunidad. Hace diez días, la iglesia sufrió un robo y profanación del sagrario, por lo que el jefe de ministros asistió con su hija Samira a una misa de desagravio, en la que acompañó al obispo maronita, Juan Habib Chamieh y al embajador del Líbano, Johnny Ibrahim.
El jefe de Gabinete está casado con Sandra Mattar Sabio, también integrante de la comunidad,maronita y oriunda de San Juan. Bautizaron a sus tres hijos con nombres libaneses, típicos de la montaña de esa región: Samira, Waded y Elías.
Ante una consulta de LA NACION, el obispo Chamieh destacó especialmente la condición de “fiel maronita y de origen libanés” del jefe de Gabinete. “Es una de las pocas personas que conocí que están en el poder y confiesan ser hijos de libaneses e hijos de la Iglesia maronita. Lo confiesa no solo delante de nosotros, sino también en sus discursos públicos”, contó el titular de la eparquía maronita.
Manzur mantuvo siempre aceitados contactos con el primer obispo maronita en la Argentina, Charbel Merhil, quien permaneció 23 años al frente de la eparquía, y hoy está retirado en una ermita en el Líbano. Al celebrarse los 100 años de la fundación de la Iglesia maronita en Tucumán, el gobernador declaró huésped de honor al abad superior de la Orden Libanesa Moronita, Naamtalah Hachem.
El templo de cabecera para la familia Manzur, desde hace muchos años, es la parroquia de Nuestro Señor del Milagro y San Marón.
En junio de 2018, cuando el Congreso de la Nación debatía la legalización del aborto, en una discusión habilitada por el gobierno de Mauricio Macri, Manzur acompañó al arzobispo de Tucumán, Carlos Sánchez, a recibir en el Vaticano el palio -signo de su dignidad episcopal-, en una misa presidida por el papa Francisco. No se le conoce, sin embargo, una llegada directa al pontífice argentino.
Pese al acercamiento de Manzur con las confesiones religiosas, el arzobispo de Tucumán no deja de alertar sobre la deuda social que desde hace varios años arrastra el gobierno de la provincia, en materia de pobreza y desnutrición.
En los últimos años se acercó a los protestantes y fijó el 31 de octubre como Día de las Iglesias Evangélicas, en recuerdo dela Reforma de Lutero.
En agosto de este año, en tanto, encabezó el Primer Encuentro Provincial de Pastoras Evangélicas, al aire libre, en el Hipódromo local. Destacó allí el aporte de “estas valientes mujeres”.
El área de Culto
En los últimos seis meses de su gestión como gobernador, Manzur constituyó en Tucumán la Subsecretaría de Culto, como un gesto de acercamiento a todas las confesiones religiosas. Funciona en jurisdicción del Ministerio de Gobierno y Justicia, está a cargo de Roxana Díaz y su creación facilitó a las instituciones religiosas la realización de trámites que antes debían realizar en Buenos Aires.
Durante la pandemia, Tucumán fue una de las primeras provincias en habilitar las celebraciones religiosas en los templos, con un 30% de aforo y medidas de distanciamiento social.
Son fuertes e históricos, también, los vínculos con la comunidad judía. Mantiene una larga amistad en su provincia con el rabino Salo Nussbaum, desde antes de recibirse de médico, y hace tres años el entonces gobernador viajó a Jerusalén, junto con empresarios y profesionales de la salud. Fue recibido por el Gran Rabino de Israel, David Baruch Lau, quien al año siguiente retribuyó la visita y viajó a Tucumán para inaugurar el templo de la sinagoga Beit Jabad.
El acercamiento a la Fundación Hadassah, además, favoreció la capacitación del personal de salud de la provincia, y fue importante su vinculación con el Fondo Agrario de Israel, con el cual avanzó en el desarrollo de un parque de mejoramiento de recursos hídricos. Manzur no oculta los gestos y muestras de cercanía con comunidades religiosas y los exhibe como un puente para el logro de resultados políticos.
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