Las provincias, en acuerdo con la Nación, tendrán clases en las aulas
CÓRDOBA.- La administración de los costos de la pandemia se instaló en la agenda entre la Casa Rosada y los gobernadores. Hace una semana, fue la decisión de aplicar o no restricciones para frenar los contagios del coronavirus, y, en los últimos días, el eje es el comienzo de las clases en modalidad presencial.
Después de que el ministro de Educación, Nicolás Trotta, dijo que serán las provincias las que tomen la "decisión final", el Gobierno buscó articular un "consenso" para garantizar la presencialidad en todo el país, con la modalidad de clases que cada distrito crea más conveniente.
LA NACION consultó a fuentes de Educación de distintas provincias, y hay coincidencia en que todas intentarán regresar presencialmente, pero advierten que a 45 días del regreso, es difícil determinar si esa será la modalidad dominante o, al menos durante los primeros meses, predominará un esquema híbrido.
El propio Presidente, Alberto Fernández, salió ayer a refrendar el planteo, cuando señaló: "El dictado de clases es para mí un aspecto prioritario en este año. Hay razones de desarrollo de los chicos que así lo exigen. Pero también hay razones de desarrollo social que lo hacen imperativo. Perder un año de educación y conocimiento es muy grave para cualquier sociedad y eso es algo que no nos podemos permitir".
Exigencias de la sociedad
La presión social, reconocieron los referentes de distintos gobernadores, ya es difícil de esquivar. Trotta está visitando diferentes provincias, precisamente, para tratar de coordinar el regreso.
"Hay una anomia tal en la sociedad que ya no se pueden tomar decisiones como al comienzo de la pandemia cuando todos acompañaban; en todos los niveles pasa lo mismo. Los gobernadores también comparten con los intendentes. Hay algunas que no son las correctas, desde lo sanitario, pero que son las que se pueden hacer", se sinceró un ministro provincial.
Durante el año pasado, solo algunos alumnos de ciudad de Buenos Aires (CABA), La Pampa, San Luis y Formosa volvieron por un tiempo a las aulas. Sin incluir los estudiantes del programa porteño de revinculación, según el "Mapa de la vuelta a clases presenciales en la Argentina" –elaborado por el Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (Cippec)– sólo el 0,2% de los matriculados regresaron a las escuelas. En Jujuy, Catamarca y San Juan, retrocedieron en la intención por el aumento de contagios.
Pese a la presión de grupos de padres en todo el país, tanto la Nación como los gobernadores se mostraron menos permeables a ceder en la vuelta en clases que en la habilitación de otras habilidades vinculadas con la economía y la recreación. Ese fue un hilo común a todos, sin importar el partido al que pertenecen; esa percepción parece haber cambiado de cara a marzo.
Dirigentes peronistas del interior –en especial de los distritos más importantes– insisten en que el interés de la Rosada se centra en Buenos Aires, por su decisivo peso electoral, y que en el resto del país en aquellos temas donde puede asumir menos costos político, lo hace. Esos referentes, en diálogo con este medio, admitieron que este año no regresar a las aulas implicaría un foco de conflictividad extra.
El interior negocia con Trotta
Entre los pocos ministros de Educación provinciales que públicamente hablaron del planteo de Trotta se encuentran el cordobésWalter Grahovac, quien indicó que el 1 de marzo es el día estipulado para el inicio del ciclo lectivo y que las clases comenzarían con un sistema mixto entre lo virtual y lo presencial. "Recurrir a la presencialidad, así sea con la bimodalidad va a ser algo positivo", definió.
Otro fue el de La Rioja, Ariel Martínez, quien confirmó que las clases se iniciarán el 8 de marzo, aunque aún no se decidió si serán presenciales, virtuales o combinadas. "Vamos a analizar la situación epidemiológica de cada distrito o departamento, tras lo cual se resolverá la modalidad y qué estrategia pedagógica emplear", añadió.
"La Ctera está conurbanizada desde antes que el kirchnerismo –ironizó un funcionario de una provincia grande–. En las provincias, el peso lo tienen los gremios locales, y habrá que ver si se plantan para decir ‘no’ a la vuelta a las aulas. Los costos políticos no son solo para los gobiernos; todos los sectores leen lo que la sociedad demanda". Tampoco la Asociación del Magisterio de la Enseñanza Técnica (Amet) y la Unión Docentes Argentinos (UDA) juegan fuerte en el interior. Las reuniones para el regreso a las aulas entre autoridades y gremios coincidirá con el inicio del debate por la paritaria anual.
En noviembre pasado, en el cuadernillo"La Escuela 2021. Compromiso y transformación", Educación de la Nación avanzó con las pautas de la vuelta a la presencialidad, ese es el esquema que desde las provincias dicen seguir sosteniendo; allí están oficializadas las fechas de inicio de clases. El "semáforo epidemiológico", consensuado el año pasado, establece parámetros sobre los indicadores sanitarios regentes y es al que echan manos algunos gremios para plantear que no volverían. El Consejo Federal de Educación podría revisarlo porque, tal como está, prácticamente ningún distrito cumpliría las condiciones exigidas.
Los ministros avalan el pedido de los gremios de que los docentes sean vacunados entre los primeros grupos, saben que es un ítem clave para consensuar la vuelta, pero también apuestan a que entre los maestros y profesores son más partidarios del regreso que los dirigentes. Las autoridades provinciales advierten que un discurso homogéneo en el gabinete nacional es importante. "Si uno sale un día y asegura y el otro al día siguiente lo pone en duda, se complica para todos", reconoce un norteño.
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