Reforma judicial: Massa promete cambios en la media sanción del Senado pero la oposición desconfía de Cristina
La Cámara de Diputados se apresta a dar un extenso debate, de impredecible final, sobre la reforma judicial. El presidente del cuerpo, Sergio Massa, anticipó que se incluirán modificaciones al texto para conseguir los votos hoy renuentes a acompañar la iniciativa; sin embargo, la oposición desconfía y advierte que, por más cambios que se introduzcan, Cristina Kirchner y su legión en el Senado tendrán la última palabra para ratificar la media sanción que impuso el kirchnerismo el jueves último tras una sesión para la polémica.
El oficialismo, con 118 diputados, no cuenta con la mayoría de los votos para apurar la sanción de la ley; requiere otras 11 voluntades para alcanzar el quórum, por ahora esquivo. Para ganar tiempo y conseguir esos votos, Massa y Máximo Kirchner extenderán el debate en comisión –que arrancaría la semana próxima- con la promesa de introducirle cambios en el texto que, sin alterar el corazón de la reforma, lo hagan más aceptable para aquél sector de la oposición que suele acompañar al oficialismo pero que ahora se muestra reticente.
Un catalizador que podría facilitar las negociaciones es el proyecto de presupuesto 2021; el Gobierno lo presentará a mediados del mes próximo y su discusión coincidirá con la de la reforma judicial. El reparto de fondos y obras públicas entre gobernadores e intendentes a cambio de votos en el recinto ya es todo un clásico en la Cámara baja.
Un catalizador que podría facilitar las negociaciones es el proyecto de presupuesto 2021; el Gobierno lo presentará a mediados del mes próximo y su discusión coincidirá con la de la reforma judicial
"Hay que tener cuidado con los tramperos y los juegos parlamentarios", alertó el jefe del interbloque de Juntos por el Cambio, Mario Negri. El principal bloque opositor rechaza de plano la reforma judicial: asevera que con ella el oficialismo buscará colonizar la Justicia Federal. La trampa, sostiene Negri, es que por más que el oficialismo prometa modificaciones que hagan más amigable el texto aprobado por el Senado, éstas podrían ser luego barridas de un plumazo por Cristina Kirchner. El Senado, como cámara de origen del proyecto, tiene la facultad de aceptar las revisiones propuestas por los diputados o bien ratificar la media sanción original. Negri está convencido de que Cristina terminaría imponiendo su voluntad.
Hay una única manera de neutralizar la acción de Cristina Kirchner: que el texto que se discuta en la Cámara de Diputados sea aprobado con los dos tercios de los votos. El Senado, si quisiera ratificar su media sanción, necesitaría replicar esa mayoría agravada. La vicepresidenta y su séquito en el Senado no la tienen.
Massa, aunque quisiera explorar esta posibilidad, tampoco la tendría fácil. La única forma de alcanzar los dos tercios en el recinto (171 legisladores) es con la adhesión de Juntos por el Cambio. Y la única forma de lograrlo es atacando el corazón de la reforma judicial, que es la creación de los 23 nuevos juzgados en Comodoro Py para licuar el poder de la Justicia Federal. El proyecto propone cubrir esos cargos con jueces subrogantes; la oposición advierte que, con esta maniobra, el oficialismo violaría la ley de subrogancias y la jurisprudencia de la Corte para nombrar magistrados afines.
El problema para el oficialismo no es sólo el rechazo de Juntos por el Cambio; el interbloque Federal, que preside Eduardo "Bali" Bucca, sentenció que esta reforma es inoportuna y que carece de un acuerdo político amplio, requisito básico para que la ley prospere sin que la Justicia luego la declare inconstitucional. En ese bloque de 11 miembros revisten los cuatro diputados de Córdoba que responden al gobernador Juan Schiaretti y que en otros tiempos fueron claves para dar quórum. Presionados por el electorado cordobés, profundamente ankirchnerista, esta vez se alinearon con el lavagnismo y el resto de sus compañeros de bancada.
Cristina Kirchner no ayudó demasiado a facilitarle la tarea a Massa de atraer los votos díscolos de la Cámara baja. Primero le bajó el precio al proyecto que prohijó el presidente Alberto Fernández al advertir que "no es una verdadera reforma judicial". Al día siguiente, minutos antes de la votación, los senadores kirchneristas impusieron su mayoría para crear de centenares de cargos judiciales en distintas provincias y municipios –en su mayoría peronistas- para complacer a los gobernadores e intendentes de su cuño.
Así, la reforma judicial pasará a crear un total de 1739 puestos, incluidos jueces, camaristas, fiscales, secretarios y empleados, con un costo superior a los $10.000 millones, según la oposición. Muy lejos de lo que contemplaba el proyecto original del Poder Ejecutivo, con 219 nuevos cargos y un presupuesto de casi $2000 millones.
"No tuvieron ningún pudor con el mamarracho de las modificaciones que introdujeron a último momento, con la creación de más de mil cargos. Metieron 400 cargos en 15 minutos con una birome. Lo que ocurrió en el Senado es vergonzoso, no tiene antecedentes, fue una bofetada a las instituciones y a la sociedad argentina", acusó el diputado Negri.
Desafíos
¿Se atreverán los diputados oficialistas a "corregir" este dispendio de cargos aprobado por el Senado? Difícil: la mayoría de ellos están dirigidos a provincias y municipios gobernados por terratenientes peronistas. El conurbano bonaerense, terruño del kirchnerismo, fue el principal beneficiado en este festival de cargos. "Al municipio de Tigre se le concedió dos juzgados federales. ¿Alguien puede pensar que Massa (exintendente de la localidad) no estuvo detrás de eso?", acicatean en la oposición.
Si el proyecto original del Poder Ejecutivo era indigerible para buena parte de la oposición en la Cámara baja, los aditamentos que le incorporó el Senado complican más aún su tratamiento. Massa propondrá extender en el tiempo la discusión para enfriar los ánimos; ya anticipó que más de 60 expositores están anotados para desfilar por las comisiones.
"Dilatar el debate no le servirá al oficialismo mientras no se ataque el pecado original que tiene esta reforma, que es la creación de 23 juzgados en Comodoro Py para licuar el poder de la Justicia Federal y frenar las causas de corrupción que afectan al kirchnerismo. Podrían ahorrar tiempo y retirar el proyecto del Congreso", insistió Luis Petri, de Juntos por el Cambio.
El debate no se anticipa sencillo en la Cámara de Diputados y su final es impredecible. Para peor, en los últimos días se agudizó el malestar entre el oficialismo y Juntos por el Cambio por la continuidad de las sesiones remotas en la Cámara baja; la oposición insiste en que el debate sobre la reforma judicial debe ser presencial.
Contra todo, el oficialismo podría forzar la sanción de la ley con algunos retoques al proyecto y efímeras promesas de fondos públicos a los legisladores díscolos; empero, sin el apoyo de los principales bloques opositores –Juntos por el Cambio y Consenso Federal-, la victoria sería pírrica. La norma, aquélla que Fernández imaginó como el sello distintivo de su gestión, acabaría en los tribunales acusada de inconstitucional.
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