Reducción de la jornada laboral: la oposición rechaza la iniciativa que impulsan el kirchnerismo y la CGT
Juntos por el Cambio y los libertarios se oponen a los proyectos que presentó el oficialismo en el Congreso y que reclamó ayer la central obrera
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El acto de la CGT por el Día del Trabajador marcó la reaparición pública de sus principales referentes, que se encolumnaron detrás de una consigna unificada: la reducción de la jornada laboral legal de 48 a 40 horas. “Hay que acabar con la semana de 48 horas”, dijo uno de los triunviros de la central obrera, Héctor Daer, desde el escenario montado en el estadio de Defensores de Belgrano, en el barrio porteño de Núñez.
El argumento es que así se registrarían miles de empleos que están hoy en la informalidad. La iniciativa, sin embargo, genera resistencia en distintos sectores de la dirigencia política opositora al gobierno, como Juntos por el Cambio o los libertarios que responden a Javier Milei.
“Creo que antes de debatir las horas trabajadas se debe debatir productividad y como hacer un sistema mas ágil”, indicó, en diálogo con LA NACION, el diputado nacional de Pro Martín Maquieyra. En ese sentido, el dirigente pampeano precisó que el actual régimen laboral “necesita actualizarse y pasar de las indemnizaciones a un seguro de despido, implementado un seguro de desempleo en remplazo de un plan social”, un propuesta en línea con lo anunciado por Horacio Rodríguez Larreta en territorio porteño.
La reducción de la jornada laboral es pensada por los sindicalistas como “un instrumento que estimule el empleo y distribuya mejor el beneficio extraordinario del capital”, según plantearon en su documento. Sin embargo, Maquieyra respondió que “por menos horas que ponga, lo que te sucede hoy es que las pymes o empresas no pueden contratar o registrar sus empleados por la alta carga social, la industria del juicio y las indemnizaciones”.
La propuesta de la CGT no es novedosa. Hace tres años que proyectos de ley en este sentido se apulan sin tratamiento en el Congreso. En 2020, el diputado nacional del Frente de Todos y referente de la CTA, Hugo Yasky, presentó uno que proponía llevar la jornada laboral legal de 48 a 40 horas semanales. El más reciente, sin embargo, es del 2021 y estuvo a cargo de su compañera de bancada Claudia Ormaechea, quien responde al dirigente bancario Sergio Palazzo. Los proyectos de Yasky y Ormaechea tienen el visto bueno del kirchnerismo.
Esta mañana, el propio Yasky informó que la semana que viene la Comisión de Legislación del Trabajo de Diputados “va a empezar a discutir esos dos proyectos, que seguramente en algún momento los podemos unificar”. Y aseguró además que “se va a convocar a los empresarios que ya empezaron a implementarlo”.
Una de las integrantes de esa comisión, la diputada nacional de la Coalición Cívica (CC) Mónica Frade, tildó al proyecto de “remache”. Y, en sintonía con Maquieyra, denunció que “se corre el eje de la discusión central: la imperiosidad de cierta modernización laboral”. “Seguimos discutiendo la periferia de los temas centrales. Eso no va a solucionar nada. Con estos índices de trabajo no registrado, será papel muerto”, sentenció.
En tanto, en el Senado, y casi al mismo tiempo que la CGT hacía pública su demanda, el senador nacional Mariano Recalde, la espada laboral de La Cámpora, presentó ayer un proyecto propio en la Cámara alta para reducir la jornada laboral legal de 48 a 36 horas. Su intención es que la semana laboral sea de cuatro días y no de cinco o seis, como se distribuye en la mayoría de las actividades.
“Si Perón estuviera vivo, los echaría de la plaza por fomentar políticas para vagos”, lanzó, por su parte, el legislador porteño Ramiro Marra, quien calificó a la demanda de la central obrera como “bastante triste”. “La CGT tiene que defender a los trabajadores. Es el trabajo es el que dignifica a las personas”, definió el dirigente cercano a Milei en diálogo con LA NACION.
En esa línea, el diputado bonaerense Nahuel Sotelo sostuvo que “el país debe dejar de escuchar a unos viejos sindicalistas que lucran con el trabajo de los verdaderos trabajadores y que no hacen más que arruinar el país”. Y agregó: “Que guarden silencio, que se vuelvan a sus oficinas y que dejen a los trabajadores y empresarios trabajar en paz“. Sotelo es un legislador que acaba de romper con el partido de José Luis Espert y conformó un monobloque en la Legislatura bajo el nombre de Fuerza Libertaria.
“La imagen del acto casi vacío de la CGT fue clara y dilapidante: los trabajadores no se ven representados con estos empobrecedores. Solo buscan la manera de acomodarse en los distintos gobiernos para seguir currando con el Estado a costa de los que trabajan y emprenden el país”, denunció el libertario.
“Dar la pelea en serio”
Por el contrario, la voz que coincide con lo planteado por la central obrera, pero critica su “oportunismo”, es la de la izquierda. “La CGT está en un descrédito total. No tiene que dar discursos, tiene que dar una pelea para reducir en serio la jornada laboral”, sostuvo ante LA NACION la diputada nacional del Frente de Izquierda-Unidad (FIT-U), Myriam Bregman.
Para la referente del PTS, el tema de la jornada de trabajo “es central”. “Para algunos, porque no tienen trabajo y, para otros, porque se naturalizó trabajar más de 12 horas por día y tener múltiples trabajos para llegar a fin de mes”, indicó, para después precisar que “aplicado solo a las grandes empresas, se podrían generar, en forma inmediata, 1 millón de puestos de trabajo”.
En ese sentido, Bregman remarcó lo que diferenciaría el proyecto confeccionado por el FIT-U del impulsado por el oficialismo: “Nuestro planteo es de reducción de la jornada, pero también, y lo que es muy importante, de reparto de las horas de trabajo, sin reducción salarial y que nadie gane menos que lo que cuesta la canasta familiar”.
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